Lo de esta noche no es un concierto, sino una “manifestación sonora”. No es sentarse cómodamente a recibir cómodos sonidos, sino una experiencia auditiva cargada de sensaciones: desde el susurro elemental al caos de una polifonía de textura enmarañada pero rigurosa.
Mire la foto, de izquierda a derecha.
El primero es Nico Arnáez: cuando tuvo que escribir "El brazo de Orión" no sabía qué instrumento la iba a interpretar, por lo que jugó con la improvisación libre.
Sumó ocho sesiones, en ocho canales: en el primero indica que se tienen tocar notas largas con silencios, en el segundo pide que se toque sobre esos silencios mientras se escucha la primera, por lo que se improvisa sobre lo que ya se improvisó en el pasado y que reproduce un parlante.
Así, estas sucesivas capas se van acoplando, la grabación se dispone en un círculo y (¡atención!) cada una gira a la velocidad de la órbita de siete planetas. Es decir: en lo que tarda en dar la vuelta la de Saturno, la de Mercurio ya giró varias. Mientras, los músicos tocan entre el público y la atmósfera densa puede ser realmente shockeante para los desprevenidos.
El segundo, Rodrigo Maturana Fóscolo: inspirado en piezas medievales de Hildegard Von Bingen, recreó una misa moderna en 32 canales, cada uno con una voz femenina que recitan (en diferentes lenguas, con diferentes cadencias) versos de poesías elegidas por él. ¿La idea? Crear una armonía compleja para reecontrarse con la paz del ser humano, esa paz alguna vez perdida...
Finalmente, Mauricio Lúquez: basándose en el Código Morse, compuso una compleja pieza para piano que, de tan compleja, nunca pudo ser interpretada. Fue entonces cuando la desarmó y la reelaboró para cuatro líneas de instrumentos que, además, nunca especificó.
Pero lo que une a estas tres obras es el “alto riesgo estético”, que es el espíritu de la Música Contemporánea. Ellas, y otras más, cobrarán forma esta noche en el Teatro Independencia, donde estos compositores tuvieron que adaptar sus requerimientos técnicos a un sonido cuadrafónico (es decir: cuatro parlantes dispuestos en ángulos de 90 grados).
Se trata de un espectáculo atípico en la provincia, ya sea por el concepto y por las exigencias técnicas que plantea: obras electrónicas, electroacústicas, de procesamiento en tiempo real, acústicas, de improvisación estructurada y libre, y de escritura exacta, gráfica e indeterminada.
¿Siempre componen en base a un concepto? “Una obra puede empezar a componerse desde cualquier punto de partida: con un concepto, por inspiración, por escuchar una en la calle, por curiosidad... en mi caso, la mayoría de las veces depende de los recursos que tengo”, explica Nicolás.
Él es mendocino, hace cinco años que se fue a Canadá para doctorarse en Composición y hace poco volvió para presentar la muestra “O-ir mortales”, que estuvo expuesta hasta la semana pasada en el ECA.
Rodrigo siguió idéntica travesía, pero al otro extremo: está radicado en Berlín. Mauricio, por su parte, decidió quedarse acá en la provincia, donde forma junto a otros músicos el ensamble Sueños 101.
-¿Cuál es el panorama de la música contemporánea en el extranjero?
Nicolás: -En Canadá se organizan conciertos regularmente con público propio. Hay mucha gente trabajando. Lo bueno de allá es que tiene un soporte económico por parte del gobierno, porque esta música muchas veces no se vende por sí misma, por lo que necesita subvenciones y un gobierno presente que la apoye.
Rodrigo: -En Brasil, por ejemplo, pasan cosas muy interesantes: los conciertos se hacen al aire libre, se ponen parlantes en las plazas y la gente se pregunta instantáneamente "¡¿qué es esto?!". En Berlín es distinto. Allá compone mucha gente y se presentan cosas todas las semanas. Tiene hasta un sentido económico, porque se pueden comprar paquetes de conciertos. Claro, es que Berlín es también la "meca" de toda esta música.
-¿Y cómo es hacer este tipo de música en Mendoza?
Mauricio: -A medida que uno va alejándose de estos centros donde tiene apoyo económico, se hace más difícil. Acá los espacios donde se genera son pequeños y distantes. Hemos solicitado al Fondo Nacional de las Artes varias veces y a la Universidad, pero nunca tuvimos. La única entidad que nos dio apoyo fue la Universidad de Belo Horizonte (Brasil), en 2014.
-¿Tienen público?
Mauricio: -Tenemos un público reducido, en el que hay muchos artistas plásticos. Dentro de lo que hacemos, música contemporánea experimental, también nos rodeamos mucho de los que hacen contemporánea experimental pero más del ámbito de la plástica.
-¿Qué los une?
Mauricio: -Hoy en día se introdujo la electrónica, que de por sí es muy experimental, y la música académica contemporánea también lo es.
Ahí se entrelazan.
-¿Y qué los separa?
-No trabajan tanto con instrumentos, pero toman las mismas propuestas nuestras: no buscan crear formas musicales preconcebidas, que ya existen, sino que tratan de generar un organismo más distinto, con más identidad.
Un futuro promisorio
Alguna vez se creyó que la música clásica, después del dodecafonismo, iba a llegar a tener una aceptación masiva. Esto nunca sucedió; sin embargo, parece que el tiempo ha tomado su revancha y una música sin fronteras se abre, de a poco, lugar en los oídos inquietos.
Explica Rodrigo: “Nos hemos acostumbrado a escuchar música siempre de la misma forma, y creo que se ha perdido un poco el deseo por experimentar. Hoy la gente tiene ganas de escuchar cosas nuevas.
Obviamente, no hay que ser naíf: no es lo mismo un grupo que está patrocinado por todo un sensacionalismo popular que un músico independiente. Por ejemplo, ahora viene Egberto Gismonti, un músico que da vueltas por todo el mundo y pide mil personas de público”.
“Hay un movimiento, hay una forma de rebelarse a lo impuesto”, concluye.
Programa
1. Dúo de Improvisación (contrabajo y guitarra).
2. Trío de Improvisación (contrabajo, guitarra y procesamiento sonoro en tiempo real).
3. "De situs orbis terrarum" (electrónica cuadrafónica).
4. "Ni es Cielo ni es Azul Nº2" (3 teclados, 4 barriles y guitarra eléctrica).
5. Estudio Electrónico Nº1 (electrónica estéreo).
6. Morse, 2º código (2 flautas, guitarra eléctrica y bajo eléctrico)
7. "El testigo" (guitarra eléctrica, guitarra clásica y piano).
8. Improvisación en el Brazo de Orión (Improvisación multidimensional, cuadrafonía – Ensamble de Orión).
Además de Mauricio, el Ensamble Sueño 101 lo componen Mauro Andrés Echegaray (compositor), Matías Gutierrez Brunet (compositor), Rodrigo Salomón (compositor y guitarra), Dario Matta (presentador y voz), Micaela Baum (flauta), Sabina Cerutti (flauta), Luciana Orellana Lanus (soprano), Celina Jury (violín). Como invitado, actuará Yuyo Iglesias (Bajo eléctrico).
La improvisación estará a cargo de David Bajda (guitarra), Jorge Hernáez (contrabajo) y Nicolás (electrónica en tiempo real).
Ficha
"En el brazo de Orión"
Música contemporánea
Fecha y hora: Hoy, a las 21.30
Lugar: Teatro Independencia (Chile y Espejo)
Entrada: $50