Bailó detrás y sobre el escenario. Mauricio Macri no entraba en sí y no ocultó su euforia. Cuando faltaban sólo cinco minutos para las 22, el nuevo presidente de los argentinos salió a arengar a la multitud que lo esperaba en el búnker de la victoria -que estaba vez fue del frente opositor Cambiemos- y pronunció un breve discurso en el que reforzó la gran idea de toda su campaña: que encarará un gobierno de unidad nacional.
“Es un día histórico, es un cambio de época. Se los dije que iba a ser maravilloso. Éste es el inicio de un camino que nos tiene que llevar al futuro, a las oportunidades que nos van a conducir al progreso”, dijo Macri, quien recordó que fundó el Pro hace poco más de diez años, muy poco tiempo en términos políticos, para colaborar con el desarrollo de la Argentina.
El presidente electo no dio precisiones sobre el gobierno que comandará a partir del 10 de diciembre. Prefirió dejarse llevar por la emotividad y abrazar a los suyos. Tuvo, sí, un primer agradecimiento a Ernesto Sanz, presidente de la UCR, y a Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, los otros dos artífices de la alianza que ayer desplazó al kirchnerismo del poder.
“Gracias de verdad porque creyeron en sumar”, dijo a sus socios políticos y despejó, de esta manera, las primeras tensiones en la coalición por la incertidumbre que reina sobre el armado del nuevo gobierno.
Macri propuso a todos los argentinos construir un país con “pobreza cero”, quizás la principal promesa de su campaña. También conminó a la ciudadanía a luchar contra el narcotráfico y mejorar la calidad de la democracia. “Pero todo esto requiere que no perdamos nuestra vitalidad; debemos ponerla en función de nuestro futuro”, sostuvo perfilando así un discurso enfocado en transmitir optimismo y buenas vibras.
Respecto de la inserción de la Argentina en el mundo también tuvo un pequeño párrafo. “Queremos tener buenas relaciones con todos los países. Queremos trabajar con todos. Sabemos que el pueblo argentino tiene mucho para aportar al mundo. Esperamos encontrar una agenda de cooperación”, manifestó. Pero pronto se entusiasmó con los gritos de sus seguidores que repetían como un mantra tres palabras: “Sí, se puede”.
“Le pido a Dios que me ilumine para ayudar a cada argentino a encontrar su forma de ser feliz. Les pido a ustedes, porque estoy acá porque ustedes me llevaron (acá), que por favor no me abandonen, que el 10 de diciembre empieza una nueva etapa maravillosa. Es acá y es ahora. ¡Vamos Argentina!”, concluyó y se entregó a la danza junto a su pequeña hija Antonia y su esposa, Juliana Awada.
Fue tal el desenfado del nuevo presidente, que se animó a hacer pasos robóticos sobre el escenario, a pedidos de la multitud que le celebró las ocurrencias como a una estrella de rock. Detrás, en segunda fila, miraban congratulados los popes del nuevo oficialismo. Entre ellos, la vicepresidenta electa, Gabriela Michetti; los radicales Alfredo Cornejo, Gerardo Morales y Sanz; Carrió y la primera plana del Pro.
Los primeros pálpitos
A las 16 de ayer, ni bien abrieron las puertas del imponente complejo para eventos de Costa Salguero, el búnker de Cambiemos ya respiraba euforia.
Los datos de las encuestas de boca de urna coincidían en que el líder del Pro se había impuesto al candidato oficialista, Daniel Scioli, pero diferían en la dimensión de la ventaja. Los más optimistas decían hasta 15 puntos, número que finalmente quedó muy lejos del guarismo que arrojó el resultado provisorio.
Las tropas del macrismo, del radicalismo y de la Coalición Cívica se acurrucaron en el VIP del comando de campaña. Sólo quince minutos después del cierre de los comicios el radical Sanz y los dos principales armadores políticos del Pro, Marcos Peña (futuro jefe de Gabinete nacional) y Emilio Monzó (asumirá la conducción de la Cámara de Diputados), salieron a transmitir optimismo a la muchedumbre. “Estamos muy felices por lo que ha pasado hoy en la Argentina”, dijo Peña, quien tiene sólo 38 años y tendrá un rol determinante en el nuevo gobierno.
Luego fue el turno de los cuatro mandatarios provinciales electos este año por Cambiemos. El mendocino Cornejo, el porteño Horacio Rodríguez Larreta, la bonaerense María Eugenia Vidal y el jujeño Morales. Los radicales tuvieron los discursos más potentes. “Queremos decir a Argentina que nos merecíamos otra democracia. Nos merecíamos una democracia con alternancia”, dijo Cornejo.
“Vengo desde el Norte, donde tenemos las mismas esperanzas de recuperar el respeto, el orden democrático y recuperar la cultura del trabajo, para lo que hay que producir, levantar las economías regionales”, lanzó Morales.
Una noticia que se replicó en todo el mundo
Los principales diarios del mundo ya daban como ganador del balotaje y futuro Presidente de la Nación a Mauricio Macri, de acuerdo a los resultados oficiales difundidos por el gobierno argentino.
Desde los países vecinos, los diarios El País y el Observador de Uruguay publicaron en su portada digital que los primeros datos oficiales daban la victoria de Macri, mientras que El Mercurio de Chile también destaca la “ventaja” del candidato de Cambiemos.
Folha de Sao Paulo, de Brasil, encabeza con “Opositor Mauricio Macri lidera el resultado presidencial en la Argentina” y O'Globo remarca con “el nuevo presidente se decide un nuevo modelo político”.
En España, el diario El País marcó la ventaja de nueve puntos de Macri sobre Daniel Scioli escrutadas el 23 por ciento de las mesas. El Mundo reseña que primeros resultados dan al candidato de Cambiemos como próximo presidente y ABC también refleja el triunfo de Macri.
La Repubblica, de Italia, destaca que la “centroderecha” de Macri “va a la cabeza” en el escrutinio por sobre Scioli, mientras que el francés Le Monde indica que “el liberal Mauricio Macri gana la elección presidencial”.