La incorporación progresiva al empleo formal de los alrededor de 400.000 beneficiarios actuales de los planes de asistencia social que administran los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social es el objetivo central del plan "Empalme" que anunció anteayer el presidente Mauricio Macri durante el acto de Día del Trabajador organizado por las 62 Organizaciones que encabeza el sindicalista ruralista Gerardo "Momo" Venegas.
El "Empalme" con el que el Gobierno de Cambiemos procura pasar del "asistencialismo a la empleabilidad" de lo que se estima 30% de la fuerza laboral que es beneficiaria de planes sociales o trabaja en la denominada "economía popular" entrará en vigor hoy o mañana cuando se publique el decreto presidencial correspondiente en el Boletín Oficial.
Según fuentes del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, el plan tendrá una vigencia inicial de dos años (24 meses). Durante ese período, los beneficiarios de planes sociales podrán ser contratados por empresas privadas, en cuyo caso el trabajador percibirá como salario: el monto que percibe por plan directamente de Trabajo o de Desarrollo Social, mientras que el resto correrá por cuenta del empleador. Éste, además tendrá a su cargo el pago de los aportes sociales.
Un ejemplo. Si el salario por el que será contratado el beneficiario del plan social es de 12.000 pesos y lo que cobra por el plan son 4.000, la empresa deberá afrontar el pago de los 8.000 restantes, como también los aportes correspondientes a 12.000 pesos. El máximo monto por subsidios en Trabajo ronda los 4.000 pesos.
En ese caso, el acuerdo, que incluye ese virtual subsidio estatal, tendrá una duración de 24 meses. Finalizado, el empleador puede recontratar al trabajador bajo las normas habituales de la legislación laboral, o despedirlo, en cuyo caso tendrá que pagar la indemnización de ley.
El “Empalme” no tendrá un período de vigencia determinado y alcanzará a todos los sectores de la economía privada, pero quedará excluido el sector público en sus tres niveles nacional, provincial y municipal, como las empresas estatales.
La empresas que quieran contratar personal bajo la modalidad del “Empalme” podrán hacerlo teniendo como base la dotación de personal al 31 de diciembre pasado. De ese modo las autoridades buscan prevenir que puedan despedir trabajadores para remplazarlos bajo la forma del nuevo plan, lo que les resultaría más barato.
Los alrededor de 400.000 potenciales beneficiarios pertenecen a una decena de programas sociales que fueron implementados desde la crisis de 2001.
Son administrados por los ministerios a cargo de Jorge Triaca y de Carolina Stanley y se denominan: “Ellas Hacen”; “Argentina Trabaja”; “Construir Empleo”; “Jóvenes con más y mejor trabajo”; “Promover”; “Intercosecha”; “Trabajo Autogestionado”. También los egresados de cursos de formación profesional apoyados por el Ministerio de Trabajo.
El ministro Triaca dio precisiones acerca de las expectativas gubernamentales en torno al “Empalme”. “Proyectamos que en los primeros meses va a abarcar de 5.000 a 10.000 personas adicionales por mes”, dijo ayer. “Esperamos que unas 80.000 personas puedan incorporarse año a año”. Por su parte su colega de Modernización, Andrés Ibarra, dijo que el propósito es “transformar los planes en trabajo genuino”.
El antecesor de Triaca en el cargo durante el gobierno de Cristina Fernández tuiteó: “Raro que Macri tome una herramienta de la ‘pesada herencia’ como una ‘nueva’ política para generar empleo”. Carlos Tomada agregó: “Macri debería también copiar la vocación que tuvo nuestro gobierno por crear, sostener y defender puestos de trabajo”.
Para el diputado cordobés radical Mario Negri, presidente del interbloque de Cambiemos, el “Empalme” prueba que el Gobierno nacional “busca por todos los rincones cómo incentivar el empleo formal”.
