El papa Francisco llegó el lunes por la mañana a Suecia, donde celebrará junto a los protestantes el 500º aniversario de la Reforma de Martín Lutero, una visita con la que busca consolidar medio siglo de esfuerzos en aras de la reconciliación.
El avión del pontífice aterrizó poco antes de las 11H00 (10H00 GMT) en el aeropuerto de Malmö (sur), donde fue recibido por el primer ministro sueco, Stefan Lövfen.
A continuación, el papa se reunió con el rey Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia, antes de pronunciar una homilía durante una "oración común" en la catedral de Lund.
"Es un viaje importante" desde el punto de vista ecuménico, declaró el papa a los periodistas en el avión.
Mientras que teólogos luteranos y católicos prosiguen con su lento diálogo doctrinal iniciado hace 50 años, el papa pretende acercar a los 1.200 millones de creyentes católicos a sus hermanos protestantes.
El 31 de octubre de 1517, el monje católico alemán Martín Lutero criticó al papa por el negocio que éste hacía por las "indulgencias", por el perdón de los pecados y un acceso facilitado al paraíso, colgando sus "95 tesis" en la puerta de una capilla de Wittengerg (sur de Berlín).
Fue excomulgado y esta ruptura comportó sangrientas guerras religiosas en las décadas posteriores.
La presencia del papa como pistoletazo de salida a un año repleto de acontecimientos sobre Lutero (principalmente en Alemania) despertó el entusiasmo de los que defienden la unidad de los cristianos, pero también puso en guardia a los más conservadores.
En este sentido, el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, encargado de proteger el dogma en el Vaticano, consideró que no existía "ninguna razón para celebrar" la Reforma, que "llevó a la ruptura del cristianismo occidental".
Los actos programados el lunes en el sur de Suecia fueron denominados "conmemoración común" y no "celebración".
"Lutero dio un gran paso para poner a Dios en manos del pueblo", subrayó el papa sobre el reformador que tradujo la biblia al alemán, en una entrevista publicada el viernes en dos revistas jesuitas de Suecia y del Vaticano.
El papa insistió en el "ecumenismo de sangre" al defender que "cuando los cristianos son perseguidos y asesinados, lo son porque son cristianos y no porque sean luteranos, calvinistas, anglicanos, católicos u ortodoxos".
La homilía del papa argentino en la catedral luterana de Lund este lunes será estudiada minuciosamente, así como la del obispo luterano Munib Yunan, palestino y presidente de la Federación Luterana Mundial. La liturgia fue cuidadosamente negociada por expertos con tres años de antelación.
Junto al papa, se encontrará el primado de la Iglesia Luterana de Suecia, Antje Jackelen, primera mujer en ocupar el prestigioso púlpito del arzobispo de la catedral de Uppsala.
La Iglesia del país escandinavo autoriza la ordenación de mujeres desde 1960, celebra matrimonios entre personas del mismo sexo desde 2009 y nombró a una obispa lesbiana en Estocolmo, algo impensable para la Iglesia Católica.
Los protestantes no rinden culto a la virgen María ni a los santos, Dios es el único que puede ser venerado, ni tampoco reconocen el principio de jerarquía de la Iglesia romana ni la autoridad del papa.
Ambos tienen en común el bautizo pero a la eucaristía, que también comparten, le otorgan una simbología diferente, por lo que no pueden participar indistintamente en la comunión de una u otra iglesia.
"Rezamos para que un día podamos celebrar juntos la santa comunión", confió Munib Yunan. Mientras esto llega, "en una época en el que el extremismo devora el mundo, damos ejemplo de nuestra unidad con esta conmemoración común, a pesar de nuestras diferencias del pasado", apuntó.
La Federación Luterana Mundial, organizadora del acto, representa a 74 millones de fieles, aunque la miríada de iglesias protestantes reagruparía a unos 800 millones de fieles.
Una concentración ecuménica, cuyo tema central será la crisis en Siria, constituirá el segundo gran acontecimiento del lunes, en un estadio de Malmö.
El obispo de Alepo intervendrá allí y los ingresos de los 10.000 tiques de entrada se destinará a ayudar a jóvenes refugiados sirios.
Se prevé que la multitud participe en un rezo por el fin de la guerra de Siria, que se secundará en otras ciudades del mundo.
Además, los organismos caritativos luteranos (World Service) y católicos (Caritas) también sellarán un acuerdo para reforzar su cooperación.