"El ciudadano ilustre" ganó la Espiga de Plata en el Festival de Valladolid

Además del segundo premio en el festival de España, la candidata al Oscar recibió el premio al Mejor guión.

"El ciudadano ilustre" ganó la Espiga de Plata en el Festival de Valladolid

La película argentina "El ciudadano ilustre", de Mariano Cohn y Gastón Duprat, elegida para representar al país en la selección para las películas que competirán por el Oscar y el Goya español, ganó hoy el premio Espiga de Plata y el premio al Mejor guión en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), España.

El jurado decidió otorgar el premio mayor, la Espiga de Oro, a la película italiana "La pazza gioia", dirigida por Paolo Virzi, que narra la amistad que surge entre dos mujeres internadas en un psiquiátrico cuando se escapan del centro en busca del amor y la felicidad en el mundo de los cuerdos.

Las protagonistas de la cinta, Valeria Bruni-Tedeschi y Micaela Ramazzotti compartieron también hoy el premio a la mejor actriz en esta 61 edición de la Seminci, donde la película de Virzi ganó además el Premio del Público.

La Espiga de Plata fue para la argentina "El Ciudadano Ilustre", de Mariano Cohn y Gastón Duprat, que aborda con mucho humor la historia de un premio Nobel de Literatura que vuelve de visita a su pueblo natal. La cinta también consiguió el galardón Miguel Delibes al Mejor Guión para Andrés Duprat, mientras que Oscar Martínez, que encarna al laureado escritor, no consiguió imponerse como mejor actor en Valladolid, a pesar de haber logrado la Copa Volpi a la mejor interpretación masculina en el Festival de Venecia.

En tanto, "Frágil equilibrio", el documental del madrileño Guillermo García López que cuenta con la narración del ex presidente uruguayo José Mujica, ganó el primer premio de la sección Doc. España.

"Frágil equilibrio" retrata tres dramas actuales: el de los subsaharianos que aguardan en Marruecos para cruzar la valla a Melilla (España), el de los españoles desahuciados de sus casas durante la crisis financiera española y el de los japoneses que viven al borde del suicido, arrastrados por un círculo vicioso de eternas jornadas de trabajo y consumismo.

Las tres historias quedan enlazadas por el discurso humanista de Mujica, de 81 años, que participó en el proyecto cuando aún era presidente del país sudamericano y que a lo largo de la película analiza con mirada certera los problemas de sociedad actual.

"El peor problema del mundo es la falta de gobernanza", dice en una ocasión. "Tenemos el conocimiento y los medios para hacer un mundo más habitable y menos egoísta, pero no tenemos dirección", añade Mujica.

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