David Luiz fue uno de los primeros jugadores que salió a dar la cara tras la catastrófica derrota de Brasil ante Alemania.
El defensor no pudo contener las lágrimas, pero tuvo tiempo para hacer declaraciones: "Queríamos darle una alegría al pueblo, no lo conseguimos. Disculpas a todo el mundo, a todos los brasileños. Sólo quería ver a mi pueblo sonriendo".
Después del partido, se arrodilló para rezar y luego estalló en llanto, y recibió el consuelo de Thiago Silva, quien no pudo jugar por suspensión. "Es un día de mucha tristeza. Perdimos la línea, explicar ahora lo que pasó es muy difícil. Ellos fueron mejores, se prepararon mejor, jugaron mejor fútbol", señaló.