“Descubrí que tengo un montón de cosas en común con mis padres”

Claudia, la hija de Walter Domínguez y Gladys Castro, es la nieta recuperada 117 y ayer contó su historia junto a sus abuelas, que la buscaron durante 37 años. Agradeció a su familia adoptiva.

“Descubrí que tengo un montón de cosas en común con mis padres”

Impacta verla junto a la foto de su madre, desaparecida por la última dictadura militar argentina. El parecido es lo que genera una tremenda emoción, además de toda la historia -claro-.

Se llama Claudia, desde agosto sabe que es hija de una pareja que fue secuestrada en 1977. Su papa era Walter Domínguez y su mamá, Gladys Castro, cursaba el sexto mes de embarazo cuando se la llevaron con 24 años. Su familia biológica siguió buscándola siempre.

Ayer, luego de más de 37 años, se mostraron en público juntas la nieta recuperada 117 y sus abuelas María de Domínguez, la titular de Madres de Plaza de Mayo en Mendoza, y Angelina Catterino.

Las lágrimas que cayeron en la conferencia de prensa que tuvo lugar en Radio Nacional y cuyo fin fue justamente que se sepa quién es Claudia, no fueron pocas.

Pero estuvieron cobijadas por un sentimiento de alegría que se sintió desde el principio hasta el fin. Ella ya había tenido encuentros en privado con sus familias paterna y materna, y ayer decidió mostrarse en público. Todo era felicidad pura en la sala de la radio ubicada en la calle Emilio Civit.

“Son muchas cosas para poder expresarlas. Lo que he vivido ha sido en principio un shock; de tener una vida medianamente armada, a un panorama que no tenía en cuenta. Mis padres adoptivos me dijeron desde que nací que no era hija biológica de ellos. Así que esa duda la tuve siempre, pero sin ningún tipo de lineamiento relacionado al terrorismo de Estado y a la dictadura.

La única duda que me surgía era respecto a la fecha de nacimiento, como es lógico. Cuando me entero, cuando empiezan a surgir los acercamientos por parte de Conadi, que recibo un llamado telefónico, ahí pensé que sí, que era posible”, comienza contando Claudia, sentada entre sus abuelas biológicas que no dejan de abrazarla.

El descubrimiento
Claudia (que pidió que se preservara el apellido que le dieron sus padres adoptivos) vivió siempre en Mendoza. Hoy tiene 37 años, está casada y tiene tres hijos (de 9, 6 y 1 año).  Fue en enero de este año cuando recibió un llamado que terminó por cambiarle la vida, por ayudar a que esas 'dudas' de las que habla tuvieran nombre y apellido.

A través de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) decidió hacerse los exámenes, ya que se sospechaba que podía ser hija de Walter Domínguez y Gladys Castro, una pareja de mendocinos secuestrados por los militares en 1977.

Claudia cuenta que en todo momento tuvo el apoyo de sus padres  adoptivos, que la acompañaron para que llegara al fondo de su verdadero origen.

“Era real que yo no era hija de ellos, así que quedaba en libertad de decidir para averiguar, para acercarme, para buscar la verdad”, dijo con una sonrisa.

Pasaron los meses, hasta que en julio, por medio del Banco Nacional de Datos Genéticos, le tomaron la muestra de ADN para cotejarlo con los de los desaparecidos. Como ese procedimiento demora, fue recién el 27 de agosto cuando estando en Chubut con su familia la llamaron para decirle que el resultado era positivo.

“Cuando me lo dijeron, no sé qué hice durante una hora. Gracias a Dios mis hijos están vivos porque estaban conmigo y yo no sé dónde estaba (risas). Fue un shock de pensar cosas para atrás: qué nos perdimos, qué es lo que pasó entre medio que no sabemos yo y mis padres adoptivos. Después de procesarlo un poco, llegó mi esposo y me dijo que había que encarar el tema. Mi miedo principal fue esto de ustedes (por los medios), que para mí es muy nuevo, no para mi abuela”, confesó mientras acariciaba el hombro de María. “Para mí siguen siendo mis viejos. Tengo cuatro padres ahora... y va a seguir siendo así”, agregó con emoción.

Lo más difícil
Para Claudia, que está sumergida en una mezcla de sensaciones, hay un dolor latente que aún no procesa. No se ha dado el tiempo y va de a poquito porque sabe que será muy doloroso conocer la historia que terminó con la desaparición de sus padres biológicos.

"En mi caso, hasta ahora tuve la mejor parte. Mi vida fue espectacular porque gracias a Dios las personas con las que estuve me dieron todo, hicieron que yo sea lo que soy ahora... Pensando en ellas (por sus abuelas), que hacía tanto que me estaban buscando y que no podía perder un minuto más, es que me puse un poco fuerte”, continuó el relato.

Si bien cualquiera puede apreciar el notable parecido que Claudia tiene con sus padres, al mirarlos en fotos, ella comenta que no lo notó al principio. Pero luego, cuando sus abuelas le mostraron imágenes de Walter y Gladys, empezó a darse cuenta de que sí. Y de que, además, le gustan cosas que ellos también disfrutaban.

“He descubierto un montón de cosas que tengo en común con mis padres. Por ejemplo, pintar. El año pasado pinté dos cuadros. Sé que en la familia hay artistas. También toqué guitarra. Mi tío me contó que mi papá le había comprado una guitarra a él. Tengo que terminar de aprender ahora”, deslizó con alegría.

María de Domínguez (Abuela paterna): "Muy lindo todo, gracias a Dios. A pesar del dolor, de todo lo que hemos sufrido... pero para que vea el pueblo argentino el daño que han hecho estos asesinos (los militares del Proceso). No se les puede llamar de otra forma: ¡asesinos! Qué necesidad tiene ella (por Claudia) de estar viviendo esto ahora. Por lo menos podrían haber tenido la generosidad de dejarla en la puerta de la casa una vez que nació. Es un daño muy grande el que han hecho pero, bueno, la tenemos acá."

Angelina Catterino (Abuela materna): "Nos encontramos en privado. Fue una emoción tan grande que no se puede describir. Parece mentira, después de 37 años de espera. Siempre esperándola, en todo momento. Estoy muy contenta, feliz por haberla encontrado. Es una más en la familia. Me siento muy contenta", dijo Angelina, mientras Claudia, a su lado, contó: "Ya probé los fideos de la abuela".

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