Áscaris y Ancylostomas son dos familias de parásitos intestinales que se diagnostican con mayor frecuencia en cachorros y gatitos pero también pueden parasitar a perros y gatos de cualquier edad y de raza indistinta.
Los animales pueden nacer parasitados por áscaris o adquirir la infestación a edad temprana, incluso pueden infestarse a través de la leche de su madre. La parasitosis puede avanzar con un cuadro grave, y hasta ser mortal en las primeras 2 a 3 semanas de vida. Si estas infestaciones no son adecuadamente tratadas, se puede producir la contaminación con huevos, en el medio ambiente y el hogar.
El Ancylostoma se caracteriza por chupar gran cantidad de sangre de sus huéspedes. Los animales infectados pueden verse saludables en la primera semana de vida, pero pueden desarrollar un rápido, y a menudo fatal, cuadro de anemia. La infestación intestinal puede desarrollarse tan sólo en 2 semanas (en perros) y 3 semanas (en gatos), a su vez produce la contaminación con larvas infestantes del medio ambiente y del hogar.
Estas infestaciones parasitarias deben ser consideradas como un potencial peligro para la salud de cualquier familia que convive con perros y gatos.
Prevención
La mayoría de los casos pueden ser prevenidos eliminando parásitos intestinales de las mascotas a través de un tratamiento antiparasitario regular y de los ambientes potencialmente contaminados (como cajas con arena de fácil acceso a los niños) y practicando una buena higiene personal.
También es importante eliminar, en el momento, la materia fecal de la mascota, para eliminar los huevos potencialmente infecciosos antes de que sean esparcidos en el medio ambiente a través de la lluvia, insectos o por la migración activa de las larvas. Hay que utilizar una bolsa evitando el contacto directo con la materia fecal.
Los huevos de ancylostoma pueden convertirse en larvas infestivas en el suelo en tan sólo 5 días y los huevos de áscaris en 2 semanas, dependiendo de la temperatura y humedad del lugar.
La mayoría de los dueños no saben que sus mascotas pueden tener parásitos que podrían afectar también a las personas. Por lo tanto es recomendable tomar precauciones. El dueño del animal debe concurrir con frecuencia al veterinario para informarse sobre el tema y realizar los correspondientes controles a su mascota.
Recomendaciones
- Informarse con su veterinario sobre las enfermedades parasitarias que transmiten los animales a las personas.
- Realizar un buen tratamiento antiparasitario preventivo en nuestras mascotas.
- Hacer exámenes veterinarios regulares de la materia fecal de cachorros y gatitos.
- Realizar una rápida recolección y eliminación de la materia fecal de las mascotas, especialmente en áreas donde juegan los niños (jardín/patio), para retirar los posibles huevos del ambiente.
- Mantener a los niños alejados de las áreas que podrían estar contaminadas con materia fecal de las mascotas.
Debido a que los cachorros, gatitos, y hembras gestantes y lactantes están en mayor riesgo de contraer estas infecciones parasitarias (y son responsables en gran parte de la contaminación ambiental), los tratamientos antiparasitarios vía oral son los más eficaces cuando se inician en forma temprana y se enfocan principalmente en las categorías de animales en riesgo.
Si la hembra preñada no recibió ningún tipo de tratamiento, los cachorros y gatitos deben ser tratados a tiempo con el fin de prevenir posibles infecciones. Es recomendable comenzar a tratarlos con un antiparasitario apropiado a las 2, 4, 6 y 8 semanas de edad.
Debido a que la mayoría de los cachorros y gatitos no son llevados de forma rutinaria a un veterinario antes de las 6-8 semanas de edad, puede ser que ya alojen parásitos internos y de esta manera, se contamine el medio ambiente.
Por esta razón, es importante que todos los dueños que tengan hembras preñadas o recién nacidos, se informen para ofrecer un buen tratamiento contra los parásitos intestinales.