Según explicó el director del hospital Luis Chrabalowski de Uspallata, Gabriel Mengual, desde que asumió en enero del año pasado, se han realizado varios cursos de capacitación destinados a resolver situaciones como las que se planteó en la madrugada de ayer.
“Los hicimos porque el número de accidentes del Corredor internacional se han incrementado”, informó y agregó que han estado enfocados en asistencia primaria y emergentología.
Recordemos que desde el ámbito de la montaña, sobre todo, muchas veces cuestionado si la infraestructura de este hospital es la adecuada para realizar atención de casos urgentes, en particular de aquellos relacionados con los rescates en alta montaña.
Y este planteo se ha hecho también en relación a que la ruta 7, que es un corredor internacional y el tránsito vehicular es intenso, incluso este verano ha sido récord.
De todas formas, el director del hospital consideró que el operativo fue un éxito y es válido señalar que ninguno de los familiares emitió quejas al respecto aunque sí fueron críticos respecto del paradero de las víctimas.
“A las tres de la mañana ya estábamos atendiendo. La ambulancia que está ubicada en Horcones llegó en cuatro minutos y luego lo hizo el Ejército, Gendarmería y el Servicio Coordinado de Emergencias”, describió Mengual.
Según su testimonio, una vez que todo el equipo del hospital destinado a este fin se presentó en el lugar del hecho se realizó la valoración de lo sucedido, se detectó aquellas personas que debían tener prioridad en su traslado según su gravedad.
“Se estabilizaron a todos los pacientes en Uspallata y según la complejidad y el estado en que se encontraban se los derivó al hospital Notti, al Lagomaggiore y a la Clínica de Cuyo. A ello se le debe sumar una mujer que no presentaba lesiones y que pidió ser atendida en el hospital de su obra social, y fue derivada al Hospital del Carmen”, contó el médico.
De madrugada
Mengual describió que fueron seis los profesionales que estaban en el hospital cuando se lanzó la alerta. A ellos se deben sumar los presentes en las ambulancias, las enfermeras, el personal de mantenimiento, de farmacia y limpieza.
“Nos adecuamos al plan de contingencias y catástrofes del hospital. Y nos salió bien, porque cuando llegaron los heridos todo el personal estaba en el edificio. Fue una respuesta sólida para este tipo de incidentes”, contó el especialista.
Respecto de los particulares presentes momentos después del incidente vial, dijo que había muchísimos, pero que rápidamente fueron ordenados ya que se estableció una zona de trabajo.
“Todas los heridos fueron trasladados en ambulancia y aquellas personas con código verde (sin problemas físicos comprobables a simple vista) fueron trasladados en vehículos de menor requerimiento”, terminó.
"Era una verdadera escena de terror"
Según explicó el inspector Mario Lucero, de la Comisaría 23, una vez que tomaron conocimiento a partir de un llamado al 911 se puso en marcha el operativo de emergencia para este tipo de situaciones.
“Cuando llegamos era una verdadera escena de terror. Tratamos de ingresar al interior del vehículo volcado para observar si había sobrevivientes y con mucha precaución intentamos reanimar a los cuerpos que se encontraban adentro. Sólo una mujer respondió, aunque una vez que la liberamos y fue trasladada, falleció”, indicó el oficial y agregó que se observaban cuerpos por todas partes, mutilados, y sangre.
Para este operativo trabajó la dotación completa de la comisaría sumados a los otros actores (Gendarmería, Vialidad, entre otros) lo que hizo un total de 50 personas presentes en la Curva del Yeso, donde volcó el colectivo de Turbus.
"Había muchas personas en estado de shock y lo que hicimos fue un triage para determinar con precisión el estado de los sobrevivientes y resolver que hacer con ellos en función de su salud", dijo.
Así, se identificó a las víctimas con el color verder, amarillo, rojo o negro por la gravedad que presentaban.
Por suerte se trabajó en conjunto y se acataron las órdenes de una sola voz, en este caso, la del inspector Lucero. “Nadie gritaba, no se cruzaban órdenes. Eso ayudó a que todo saliese bien”, indicó Lucero.
Finalmente, desde su perspectiva, la tragedia se generó por una falla humana.
“No había arenilla, ni agua en la ruta. De todas formas la policía científica está evaluando lo sucedido, pero fue responsabilidad del chofer”, terminó.