No hay explicaciones ni pretextos: Real Madrid es mejor que San Lorenzo. Por estructura económica, por las figuras y por todo un aparato mediático que lo ubica entre los clubes más poderosos del mundo. Es por esto que para Edgardo Bauza, el técnico del subcampeón del Mundial de Clubes, sus jugadores y los hinchas deben irse de Marruecos muy “orgullosos”.
“Una pelota parada abrió el partido. Pero estoy orgulloso del equipo, de la entrega de los muchachos. Hemos terminado un año espectacular, subcampeones del mundo.
Siempre soñamos con estar acá", dijo Bauza, quien analizó: "Es difícil controlar a un equipo como el Madrid, tienen un desequilibrio muy grande y alto, pero el equipo hizo un gran partido. Hay que pensar en el futuro, porque en el 2015 se viene movidito y con muchos partidos", aseguró el Patón. ¿Seguirá siendo el DT en el próximo año?
Por su parte, Leandro Romagnoli, con lágrimas en los ojos, declaró tras la derrota: "Sabíamos que era un partido muy difícil. Ellos juegan muy bien, tienen grandes figuras; pero hicimos un partido digno".
Y además analizó: "En el primer tiempo nos faltó un poquito más de tenencia, en el segundo pudimos hacerlo un poquito, pero ellos tienen grandes figuras y se hicieron valer".
El que casi no podía hablar era Mercier. Muy emocionado, con la voz entrecortada llegó a declarar: “Nos vamos con la frente alta. Capaz que algunos esperaban 18 ó 32 goles. Se dejó todo, se jugó de igual a igual y la gente acompañó siempre. Muchos dejaron a la familia, dejaron su trabajo para poder estar acá”, dijo el Pichi, que le agradeció a la gente y a su familia.
Por último, el arquero Sebastián Torrico contó cómo fue el segundo gol del Real Madrid que le convirtió el galés Gareth Bale: "Creí que iba a pegar un remate más abierto.
No sé si le pegó mal, pero le pegó ahí; me dio en la mano y se me metió por abajo". Además, contó: “Hasta el gol de ellos el partido estaba bien planteado. Son contundentes a la hora de atacar. Creo que jugamos de igual a igual”.
Sergio Ramos, la gran figura "merengue"
Sergio Ramos fue la gran figura del Real Madrid. En los dos compromisos del equipo de Carlo Ancelotti marcó el camino con su capacidad goleadora en las pelotas paradas. Abrió el partido ante Cruz Azul en las semifinales con un cabezazo tras un centro de Toni Kroos y repitió ante San Lorenzo, en la final.
Ramos fue el verdugo del Ciclón y confirmó en la cancha las provocaciones que había espetado en la previa. Antes del gol, había protagonizado un cruce durísimo con Ortigoza, luego de una infracción del volante de San Lorenzo.
Fue protagonista de otras discusiones cuando todavía se mantenía la incógnita del resultado en la final, se fue reemplazado a dos minutos del final por Varane y terminó con el Balón de Oro y el auto para el mejor jugador de la final.
“Si San Lorenzo está contento, lo felicitamos”, había dicho con ironía sobre la designación del árbitro guatemalteco, que el equipo argentino había pedido ante la FIFA. “No voy a crear polémica ni dar titulares en ese tema, el fútbol está por encima de todo. Lo mejor es dejar al margen cualquier declaración”, agregaba luego el defensor.
Sergio Ramos es un futbolista de élite y este 2014 que se va fue un año brillante para el sevillano. Marcó el gol del empate parcial ante Atlético de Madrid en los instantes finales de la final de la Champions League que depositó al Real en este Mundial de Clubes, donde anotó dos tantos que allanaron el camino para los de Ancelotti.
De hecho, de los 10 goles que anotó en el año, ocho fueron de cabeza. Y en su carrera lleva 67 goles de los cuales 38 -el 57 por ciento- los hizo gracias a su excelente juego aéreo. Edgardo Bauza lo sabía y tomó sus recaudos: pero Yepes falló y Ramos puso la frente para convertirse en el verdugo.
El portugués Cristiano Ronaldo, por su parte, recibió el balón de plata, mientras que el de bronce fue para el neozelandés Iván Vicelich, capitán de Auckland City.