Es difícil saber qué pasará con el futuro boxístico de Juan Carlos Reveco, luego de su derrota por nocaut frente a Kazuto Ioka, en su intento de recuperar la corona perdida en abril pasado frente al japonés, que ratificó su condición de campeón mundial con creces.
Fue el primer nocaut que recibió “Cotón” Reveco, que seguramente marcará un antes y un después en su carrera profesional. Será un punto de inflexión, aunque hoy no lo exprese así el exmonarca mundial nacido en Malargüe.
Más allá de la derrota, la pregunta es si Ioka le marcó el techo deportivo al máximo exponente del boxeo mendocino y una de las grandes figuras a nivel nacional de los últimos 8 años.
Sin mucha pegada, pero un experto en la precisión y en el desplazamiento por el ring, Ioka lo superó claramente a Reveco, que tuvo algunos destellos de su gran línea técnica, pero estuvo lejos de inquietar al japonés.
El malargüino siempre logró deslumbrar con ese bagaje técnico que lo ha distinguido, claro que frente a valores de menor relevancia - a excepción de Sasiprapa, Jean Piero Pérez, Gûerfi y Alvarado-, y desde hace un tiempo no muestra esa calidad en escena.
Sólo en cuenta gotas, y está claro que para ciertos niveles pequeños destellos boxísticos no alcanzan, sino una exposición sólida, una exposición convincente.
Aunque nos pese, Cotón ha sido un campeón “sin vuelo internacional”, no por elección sino por conveniencia de sus manejadores, que han tenido grandes negociados con los gobiernos de turno.
Es verdad que la categoría mosca es una división que no arroja grandes dividendos, pero en Centroamérica tiene exponentes del altísima calidad: Chocolatito González, Gallo Estrada, Nica Concepción, Brian Viloria entre otros, y sí venden y facturan muy bien.
Reveco siempre se movió lejos de esos circuitos, estuvo cerca y aún puede integrarlo.
Al mendocino le sobró guapeza y espíritu de gladiador ante Ioka, aunque le faltaron cambios de ritmos y variantes ofensivas. Ha cambiado tres veces de entrenador y su boxeo con ello en algunos casos se vio beneficiado y en otros no tanto.
No es tiempo de llorar sobre la leche derramada, Cotón tiene 32 años y aún hilo en su carretel. Tendrá que tomar decisiones sólidas si lo que quiere es estar en el primer plano internacional.