Para terminar su primera novela, el reconocido y premiado autor de películas como “Una historia violenta”, “Crash” o “Promesas del Este” tuvo que compaginar su tiempo con algunos otros proyectos. Como las cuatro películas que realizó en los últimos ocho años.
“De hecho tenía que dejar lo que estaba escribiendo por un año y medio y literalmente no pensar en eso”, dijo el cineasta canadiense también conocido por “Pacto de amor”, “Almuerzo desnudo” y su más reciente film “Polvo de estrellas” (“Maps to the Stars”, 2014).
A los 71 años Cronenberg comienza una carrera literaria con “Consumidos”, un macabro thriller intelectual sobre sexo, violencia y transformación corporal, temas que ya había abordado en sus películas.
Los protagonistas son periodistas independientes atrapados en un misterioso caso de asesinato y canibalismo, una historia inspirada en parte en la vida de Louis Pierre Althusser, un marxista francés que estranguló a su esposa.
Sátira espeluznante
Editada por Anagrama y teñida con la misma crudeza que su filmografía, el sello informó en su página que Cronenberg narra la historia de Naomi y Nathan, dos periodistas que se verán envueltos en un crimen que investigarán cada uno por su cuenta.
Aristide Arosteguy, un intelectual francés, está acusado de matar y mutilar a su esposa Célestine, filósofa también, quien llevaba tiempo obsesionada por la posibilidad de tener el pecho izquierdo lleno de insectos. Pero nunca encuentran el cadáver y Arosteguy huye a Tokio.
En sus respectivas investigaciones, los periodistas se encuentran con una galería de personajes atípicos: una eslovena de cuerpo imponente y acribillado por tumores malignos; un oportunista con el pene doblado en ángulo por una enfermedad; una chica que cae en trances masoquistas y se arranca la carne con un corta uñas; un cirujano megalómano cuyas operaciones parecen autopsias y un enigmático cineasta refugiado o secuestrado en Corea del Norte.
Escrita con un corrosivo sentido de la búsqueda de la identidad, este relato enmarcado en la tradición de la novela negra abunda en angustiantes descripciones de objetos del consumo tecnológico y se presenta como una sátira espeluznante, que escritores como Stephen King consideraron “tan inquietante, oscura y fascinante como sus películas” y aconsejaron: “Hay que leerla”.
El gran salto
Hijo de un periodista, Cronenberg recuerda que se quedaba dormido escuchando a su padre mecanografiando. Siempre le ha gustado leer, es seguidor de la revista avant-garde "Evergreen Review" y un admirador de Samuel Beckett, William Burroughs, J. G Ballard y otros escritores conocidos por su literatura explícita y experimental.
Escribe desde la adolescencia, cuando presentó un cuento a una revista de ciencia ficción y fantasía y recibió una "carta de rechazo, pero muy amable" en la que se lo exhortaba a continuar. Sin embargo se dedicó al cine y usó los guiones como un modo de conseguir trabajo como director.
Otros cineastas escritores
Muchos cineastas han sentido afinidad con los literatos pero pocos han triunfado en ambos campos.
Elia Kazan escribió varias novelas luego de que su carrera cinematográfica decayó y el francés Jean Renoir escribió un puñado de cuentos cortos de ficción en los últimos años de su vida.
Más recientemente, Ethan Coen publicó cuentos y poemas, y Neil Jordan ("El juego de las lágrimas") escribió varias novelas y colecciones de cuentos.
Por años, Woody Allen ha escrito cuentos para la revista The New Yorker, en tanto que John Sayles ha logrado desempeñarse en ambos mundos dirigiendo "Eight Men Out" (1988) y "Passion Fish" (1992), entre otras películas, y escribiendo cuentos cortos y novelas bien recibidas. Prefiere completar un libro sin interrupción y ha dicho que escribió su relato histórico de casi 1.000 páginas, "A Moment in the Sun", durante una huelga del Sindicato de Guionistas de los Estados Unidos.