Esta patología bucal es producto de la acumulación de bacterias en la boca, e indica una mala salud bucal, mala higiene y mala alimentación. Las recomendaciones tradicionales para evitar el mal aliento son mantener una salud bucal óptima, lavándose los dientes después de cada comida, al levantarse y antes de dormir, utilizar hilo dental y usar limpiador de lengua.
A su vez el uso del cepillo dental adecuado y su cambio cada tres meses, como el uso de la pasta dental correcta, son aspectos igualmente importantes. Las visitas periódicas al odontólogo pueden ayudar a elegir y pulir hábitos de higiene bucal, así como también detectar caries e irregularidades.
Otro factor que puede incidir en la aparición de halitosis o mal aliento es la alimentación, una alimentación incorrecta o la falta de hidratación en el organismo pueden producir mal aliento. Así, reducir el consumo de harinas, azúcares y grasas así como también asegurarse de tomar como mínimo dos litros de agua diarios y evitar saltarse comidas ayudará a prevenir malos olores en el aliento.