¿Cómo ser el jefe de tus amigos íntimos?

Reza el dicho que “cuentas claras conservan la amistad”. Sin embargo, ¿qué sucede cuando los subordinados son las personas más queridas con quienes tenemos un vínculo casi fraterno? Pautas para tener en cuenta.

¿Cómo ser el jefe  de tus amigos íntimos?

La familia no se elige pero los amigos, sí. Una realidad concreta que nos lleva a ese vínculo único que desarrollamos con determinadas personas que elegimos (y que nos eligen) para formar parte de nuestras vidas, con sus idas, vueltas y momentos de todo tipo.

Sin embargo, una de las cosas que puede llegar a poner a prueba esa amistad es cuando, además de amigos, dos sujetos son también subordinado y jefe respectivamente.

Mientras para algunos puede resultar un bonus track para potenciar la empresa con esa persona confiable, para otros puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza, y la consecuente pérdida del amigo; además del empleado.

En esto no hay más fórmulas posibles que la claridad que implica no mezclar dos aspectos diferentes, e importantes en la vida de una persona, como lo son el área de los afectos y la laboral.

Según explica Viviana Imperiale (titular de la cátedra de Psicología Laboral en la Universidad del Aconcagua y disertante en diversos claustros académicos): “Cuando se dan estos casos, no se trata de un vínculo fácil porque está atravesado por dos dimensiones diferentes y complejas como son la amistad y el trabajo. En la primera encontramos un vínculo orientado a lo afectivo; en la segunda, el nexo que se relaciona con la tarea y la eficacia de la misma”.

Cabe preguntarse entonces si la complejidad es inevitable en esta díada amistad- trabajo. “Se complejiza más si el vínculo viene de antes.

Habría que ver la situación entre esos dos amigos, ya que no es lo mismo un lazo previo de amistad, en donde yo termino por contratar a mi amigo (que viene con determinadas características necesarias para realizar la tarea), a que me vuelva amigo de alguien que tengo a cargo.

Hay diferentes realidades y de allí las situaciones que pueden o no desmadrarse si no se tienen claras. Lo fundamental es que las personas puedan discriminar cuál es la tarea que se espera de ellos”, argumenta Imperiale.

- ¿Qué sucede si el amigo, que a su vez es subordinado, no cumple con las expectativas?

- Si por determinada razón la persona no es eficaz en el cargo y esto se cronifica en el tiempo, el jefe deberá ver qué hace y realmente pensar si esa persona conviene o no para ese cargo, más allá de la amistad. Puede darse por falta de competencia, eficacia o conocimiento, entre otros aspectos.

- ¿Qué otras problemáticas suelen verse?

- Hay de todo. Incluso por ahí son los jefes los que abusan de los subordinados porque son amigos, o les dan demasiadas licencias por serlo.

Hay diferentes situaciones, pero en general es complejo de llevar a buen destino (no imposible) ya que no todos entienden que lo que se puede llegar a discutir con ese otro (jefe o subordinado y amigo) tiene que ver con una tarea y no con lo afectivo.

- ¿Se ve más en determinado tipo de empresas u organizaciones?

- En las empresas familiares o pymes suele contratarse por lo general mucha gente conocida, allegada o amigos. Lo que pasa es que luego se cae en la cuenta de que no siempre resultan las personas más efectivas o adecuadas para el trabajo. Aquí es donde se tiende a priorizar la eficacia de la tarea y no lo afectivo.

Por otro lado, las empresas que ya están más establecidas, cada vez tienden más a tomar personal experto en el tema o labor, y no tanto a los amigos.

Esto también tiene que ver con una cuestión evolutiva de las profesiones, y de la posibilidad económica de cada organización, ya que toda persona al empezar un proyecto laboral, suele contar muchas veces con el apoyo de los amigos hasta crecer más como empresa y poder contratar quizá personal más especializado.

- ¿Se puede llegar a quebrar una amistad por las desavenencias laborales?

- Sí, aunque no en la mayoría de los casos; pero puede ocurrir que el punto de desencuentro en lo laboral sea tan grande que resquebraje lo afectivo y genere distancia. Entonces quizá, aunque no se rompa, no vuelve a ser lo que era antes.

- ¿Qué pautas deberíamos tener en cuenta antes de trabajar "para" o "con" amigos?

- Hay que ser capaz de realizar un trabajo interno bastante importante para ver si se puede realmente disociar el hecho de trabajar y mantener cada tema por su lado, es decir el laboral y el afectivo.

Mediante ese trabajo interno la persona tiene que lograr diferenciar cada área y comprender que todos tenemos errores, por los cuales nos pueden llamar la atención; ya sea para esforzarnos más o para ponernos en lugar del otro (subordinado o jefe).

Además hay que hablar las cosas antes y que cada parte explicite las expectativas que tiene, las características de esas expectativas y el tipo de vínculo en esa situación; para poder escucharse mutuamente con claridad, sabiendo desde cada lado qué se espera, qué se puede dar y, sobre todo, cómo lograr diferenciar cada área (la afectiva y laboral) en su lugar.

La 'charla del mostrador', esencial para el negocio

Cualquier persona que tenga contacto con clientes sabe cómo funciona esta gran verdad: muchas veces uno termina siendo más exitoso en los negocios si se muestra más abierto: hay que generar simpatía y confianza.

No tienen por qué contarse cuestiones privadas ni cruciales de la vida personal. Un ejemplo muy básico son las imágenes: tener fotos del personal o de uno mismo en la página web genera una impresión distinta que un sitio anónimo, sin rostros.

Tampoco hay por qué estar tuiteando qué almorzó. Los mensajes ser de la órbita laboral, pero contando también qué es lo que uno piensa de tal o cual asunto.

Estar pendiente del celular, una maldición

Antes, uno solía salir sin teléfono y el trabajo tenía que esperar hasta el día siguiente. Pero el respiro termina si el jefe puede llamar en cualquier momento o si llegan permanentemente mensajes del trabajo vía whatsapp.

¿Por qué hay que estar todo el tiempo conectado, incluso después del día laboral? Dicen los especialistas que ese conjunto de factores puede producir trastornos del sueño, sobre todo si el inconveniente se prolonga durante varias semanas.

No es algo que suceda de un día para el otro, sino un proceso que se va colando de a poco en la vida cotidiana. ¡A desenchufar! dpa

Los problemas del trabajo, de la casa para afuera

Al terminar la jornada laboral, la cabeza sigue dando vueltas con cuestiones de trabajo. ¿Qué hacer? Tim Hagemann, terapeuta especializado en estos temas, da los siguientes consejos:

- Incorporar ciertos rituales: Uno puede salir a correr, caminar o leer un rato.

- Tener otra actitud: Lo central es la actitud. Todo empleado debe saber lo importante que es relajarse por la noche, incluso para poder trabajar mejor al día siguiente. Hay que decir "no, ahora no" y apartar esos pensamientos.

- Apuntes: Es bueno apuntar las ideas y luego dedicarse a otra cosa. Así estará seguro de que podrá retomar al otro día.

- Conversar: puede ayudar compartir las preocupaciones con otros o con la pareja durante la cena.

DPA

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