Después de un embarazo la mayoría de las mujeres notan que sus cuerpos están distintos. Les duele la espalda de tanto cargar al bebé y a´lgunas zonas musculares están más blandas.
En algún momento piensan que algo de ejercicio les vendría bien, precisamente para fortalecer la musculatura, pero de inmediato surge la duda: “¿qué puedo hacer y qué no? ¿Dónde hacerlo, si ahora ir a un curso ‘normal’ de gimnasia es imposible?”.
Algunos entrenadores físicos ofrecen módulos de ejercicios a los que las mamás van con sus bebés en cochecito y recorren distintas estaciones en las que se detienen a hacer prácticas.
Y es que el embarazo y el parto representan una gran carga para el suelo pélvico, por eso es tan importante reforzar esos músculos una vez nacido el niño.
Fortalecer la espalda, corregir posturas y reforzar los músculos de las piernas también es fundamental. Sin embargo, a la vez es necesario cuidar el suelo pélvico y evitar algunos ejercicios, como los saltos, para evitar secuelas.
Por eso no se recomienda inscribirse en cualquier curso sin asesorarse previamente.
El mejor consejo es que cada mujer escuche lo que le transmite su cuerpo, siendo ante todo consciente de que el objetivo no es parecerse a ninguna supermodelo ocho semanas después de dar a luz.
Los entrenamientos pueden dar resultados, pero no hay que ser impaciente.
El primer paso es consultarle al ginecólogo en qué momento recomienda retomar los ejercicios y en qué medida hacerlo.
Si el parto no tuvo complicaciones, es conveniente suspender toda actividad física durante unas seis o diez semanas, luego hacerse una revisión ginecológica, y con el visto bueno del médico, comenzar.
Las que se mantengan activas durante el embarazo podrán retomar el deporte con mayor facilidad una vez pasada la primera etapa posparto. Pero... no apresurarse.
Muchas que solían practicar semanalmente deportes se frustran al ver que no pueden retomarlos a pleno, pero esa pausa es crucial para que las estructuras del cuerpo puedan regenerarse.
Si no, se el riesgo de que se produzcan daños a largo plazo o que queden secuelas como la incontinencia. Es importante la pausa posparto y el comienzo supervisado.