Otra vez frente a frente. El superclásico y una doble función que empezará mañana, a las 20.45, en la Bombonera, y terminará el próximo 27, en el Monumental.
Un partido que se reinventa para ofrecerse diferente. Una rivalidad que comenzó en 1913 en campo neutral, y que contabilizará ocho partidos cuando finalice 2014, entre los encuentros amistosos y oficiales. River, Boca y sus particularidades, a un día de otro capítulo.
Son distintos y no lo ocultan. River llegará a la cita con la necesidad de recuperar el estilo avasallante con el que demolió a sus rivales en la Sudamericana, donde ganó los seis cotejos: el Tomba, Libertad y Estudiantes no pudieron arrebatarles puntos a los millonarios.
Los tropiezos en el torneo lo enseñan sin el juego ni la frescura de hace un par de semanas, como si la agenda lo estuviera desgastando.
El camino de Boca fue más sufrido. Capiatá lo puso en jaque en una definición por penales, después de ganarle en la Bombonera. Más sencillas resultaron las series con Central y Cerro Porteño. En el torneo local estuvo lejos desde un principio y por eso la Sudamericana es la tabla a la que se aferró el plantel.
Mar del Plata, Córdoba, Mendoza, La Boca, México, Núñez, escenarios de los seis superclásicos que se jugaron en el año. River marcha invicto: ganó cuatro veces (una en definición por penales) y empató en las dos restantes.
Y aunque cada episodio es diferente del resto, las rachas juegan en la mente de los futbolistas. Boca también tiene sus antecedentes para desempolvar, porque cada vez que definió mano a mano en una competencia internacional se adueñó del festejo: en 2000 y 2004, por Libertadores; también en la Supercopa 1994.
Dejar a River sin la Sudamericana sería un bálsamo para los ‘xeneizes’ para saldar un año poco auspicioso y sin títulos, en el que hasta quedaron en el camino el entrenador Carlos Bianchi y el emblemático Juan Román Riquelme.
Agustín Orión: "Tenemos muchas ganas de jugar el partido, tenemos mucha expectativa de poder hacer un buen partido. Queríamos enfrentarnos a River. Uno siempre quiere jugar contra los mejores.
Nos tocó Cerro Porteño, un grande de Sudamérica. Ahora River, el clásico rival. Uno siempre quiere jugar esta clase de partidos. No sé si será una ventaja, no sé cómo estarán en lo físico. La mayoría no jugó el fin de semana. No creo que incida eso, las ganas van por sobre todo."