Es importante limpiarlo seguido ya que los malos olores pueden hacer que la comida se descomponga o, por lo menos, que sepa menos apetitosa. Para evitar que se reproduzcan bacterias que pueden enfermarte, asegurate de que este equipo sea uno de los más higiénicos de tu cocina. Sigue estos tips:
Revisa lo que tienes
Antes de empezar a limpiar, quita todo de la heladera. Desconecta el electrodoméstico también para evitar problemas eléctricos. Una vez que tengas toda la comida en la mesa, revisa contenedores con sobras. Tira todo lo que no comerás. Lee las expiraciones de productos. Otra vez, desecha todo lo que no usarás antes de la fecha. Si tienes frutas y verduras cerca de madurar, decide si las podrás comer a tiempo. Si son demasiadas, considera hacer jugos, sopas, ensaladas de fruta, o ponerlas en el congelador para futuros licuados.
De arriba a abajo
Trabaja rápido, ya que la comida debe guardarse otra vez en el refrigerador lo antes posible. Empieza en la parte superior y trabaja verticalmente. Quita las repisas. Lávalas con agua y jabón de platos. Los contenedores de fruta se limpian de igual manera. El interior del electrodoméstico se puede lavar con agua y bicarbonato de soda, para remover olores y bacterias. Usa un trapo húmedo y un cepillo de dientes para quitar comida seca. Limpia con cuidado las gomas en las puertas para que no queden migas ni restos de alimentos. El exterior del refrigerador se puede lavar con agua y jabón, o vinagre destilado si es de acero inoxidable.
Organiza la comida
Una vez que el refrigerador esté completamente seco, guarda toda la comida otra vez. Aprovecha para organizar de la mejor manera para ti. No pongas nada pequeño en la parte de atrás y ordena por categoría. Los jugos todos juntos, la leche por otro lado, los contenedores con sobras en otro. Ten cuidado de no poner carne cruda (incluyendo jamón) cerca de frutas o vegetales, ya que se pueden contaminar.
Limpia derrames
Para mantener tu heladera limpia la mayor cantidad de tiempo posible, debes ocuparte de los derrames rápido. Puedes mezclar mitad de vinagre y mitad de agua en un pulverizador y tenerlo cerca. Los contenedores deben ser herméticos, para prevenir olores en el interior. Asegúrate también de revisar cada varios días la comida que se esté descomponiendo.