Investigaciones del departamento de salud estadounidense aconsejan que durante el amamantamiento se cambie de posición frecuentemente para reducir los dolores, y agregan que luego de dar de mamar se puede presionar suavemente con los dedos el pezón y esparcir un poco de leche en la zona adolorida para reducir la irritación.
La hidratación permanente de la zona ayudara a evitar la formación de estrías en los senos; esto puede lograrse través de la aplicación de cremas una vez al día, estos productos deben ser primero aprobados por un especialista médico cuidando de que sean hipoalergénicos, de rápida absorción, sin perfume y de una textura suave. Las pequeñas heridas o grietas, muy comunes durante el amamantamiento pueden ser prevenidas por medio de una correcta alimentación y descanso, elevando así el sistema inmune.
Cuando los dolores e irritación en los pezones se mantienen por grandes períodos de tiempo (más de una semana o dos) es importante acudir a un profesional de la salud ya que podría tratarse de una infección que requiera un tratamiento médico más complejo.