No hubo demasiado para destacar. O sí. Luego de recibir críticas por su rendimiento, Sergio Romero fue importante para controlar algunas acciones de real peligro sobre la valla argentina. “Chiquito” se hizo gigante ante varios remates bosnios para cerrar su arco, aunque nada pudo hacer en una de las últimas acciones frente a Vedad Ivisevic, quien definió magistralmente entre las piernas del arquero. El “1” fue el punto más alto del equipo junto a Lionel Messi y se llevó los aplausos del público argentino.
La “Pulga” también mostró un rendimiento por encima de sus compañeros, en un partido que no tuvo demasiado para destacar. El crack mostró chispazos de su talento, aunque no siempre logró imponer su velocidad. Recién en el segundo gol argentino, un golazo del “10” (pared incluida con Higuaín), logró sortear la muralla que Bosnia propuso en defensa.
Javier Mascherano y Sergio Agüero también se destacaron, aunque mostraron más ganas que fútbol. El volante central abusó de las faltas en la primera parte y en el complemento encontró el equilibrio a partir del ingreso de Fernando Gago, quien se hizo dueño del primer pase en el conjunto nacional.
En los europeos se destacó el volante de la Roma, Miralem Pjanic, quien aportó su cuota de talento para ser conducción y orden. Desde su posición acertó en la correcta distribución del balón.
El resto del equipo nacional estuvo por debajo de lo esperado y recién aparecieron destellos del rendimiento esperado en la segunda mitad. Quedó claro que el esquema elegido por Sabella (5-3-2) ató los jugadores demasiado a sus posiciones y todo salió demasiado previsible. El DT albiceleste ya habrá tomado nota de ello. A Argentina le sienta bien atacar.