El decano de los jueces de la Corte Suprema, Carlos Fayt, quien cesó en su cargo el 11 de diciembre pasado, agradeció ayer a sus colegas, empleados y secretarios judiciales y familiares que lo acompañaron en un acto de homenaje que se celebró en el Palacio de Tribunales porteño.
A punto de cumplir 98 años de edad, Fayt llegó hasta la silla que tenía reservada ayudado por un colaborador y apoyado en un bastón, ataviado con un traje color verde musgo claro y calzado con zapatillas negras.
Con voz débil pero firme, Fayt agradeció las muestras de afecto que recibió y arengó: “El país va a salir con ustedes”.
“Quiero que celebren un país libre”, reclamó, en un breve discurso que por momentos resultó inaudible pues el ex juez sostenía el micrófono lejos del alcance de sus palabras.
Con honores
Fayt recibió una plaqueta por parte del titular del gremio de los judiciales, Julio Piumato, quien recordó una anécdota en la que, en el marco de una diferencia que sostenían, cuando se encontraron y el dirigente gremial le extendió la mano el juez le respondió: “Dos luchadores no se dan la mano, se dan un abrazo”.
La vicepresidenta de la Corte, Elena Highton de Nolasco, definió a Fayt como “un patriota”, en tanto que el juez Ricardo Lorenzetti destacó que el longevo magistrado fue parte de “la mejor Corte Suprema, la Corte de la democracia”.
“Ninguna de sus palabras será olvidada”, prometió el presidente de la Corte.
