¿Cambiar para que nada cambie?

Parece una constante en el fútbol, las elecciones de FIFA ratifican que los cambios siempre son una actitud de marketing más que una renovación.

¿Cambiar para que nada cambie?

Cambiar para que nada cambie. Esa parece ser una constante en el mundo del fútbol. Un ámbito en el que hay tantas cosas en juego que termina cegando a quienes ocupan lugares de poder. Algo parecido a lo que pasó -hace años- con el Comité Olímpico Internacional (COI) y que en menor medida pasa en otros deportes que, como tienen  menos ojos mirando lo que hacen, pasan desapercibidos. Pasó hace muy poco con el tenis. ¿Alguien conoce qué pasó con la denuncia de arreglos de partidos? ¿Por qué se escondieron los nombres?

La elección de Gianni Infantino al frente de la Federación Internacional de Fútbol Asociaciodo (FIFA), no hace más que abonar esta teoría. Se fue un suizo y llega otro. Se fue un hombre que llegó con el aval de los dirigentes de Sudamérica, cuya mayoría están procesados por hechos de corrupción, y llega uno que festejó su triunfo al grito de “Uruguay, Uruguay”.

Se fue un hombre que estaba acusado de comprar voluntades con dinero y llega uno que como principal eje de campaña prometía millonarias sumas a las federaciones nacionales. Demasiadas coincidencias (para mi gusto). Además y, más allá de que intente despegarse, Infantino fue el segundo de Michel Platini (a quien no dejaron presentarse por corrupción) y sus vínculos con Joseph Blatter son innegables.

Cualquier similitud con la realidad de nuestro país es pura coincidencia.

Si hasta hubo papelones en las dos elecciones. En la AFA, con el empate cuando la cantidad de votos era impar. En la FIFA, con dirigentes cayendo en la trampa de contestar que Argentina era el último campeón mundial. ¿Puede alguien que no conoce semejante dato de su deporte, tener un voto?

Yo creo que no. Volviendo a la AFA, que los clubes sigan apostando por una continuidad del grondonismo es preocupante. Pero demuestra que seguimos teniendo un ente madre paternalista. “Yo te voto y vos me bancás”, es el contrato tácito que ha llevado a que se hagan torneos impresentables como lo fue el de los 30 equipos y hasta que haya clubes que están fundidos con dirigentes millonarios, total la Justicia mira siempre para otro lado.

En lo que respecta a la FIFA y, más allá de que pocas veces coincido con Diego Maradona, se ha dado un mensaje poco transparente.

De todas maneras, ahí está el principal desafío que tendrá que afrontar Infantino como presidente. Si no restaura rápidamente la confianza en una institución que carece de credibilidad, nada de lo sucedido habrá servido para algo.

Lo primero que deberá develar, aunque eso ocurrirá en mayo, será el nombre del secretario general quien, debido a las reformas realizadas, será el que realmente manejará el gabinete de la FIFA. Ya que el presidente cumplirá solamente funciones de representación.

Es por ello que, tal como se explicaba ayer, no será el dirigente mejor pagado en el ente mundial.

“Se volvió a la era de Havelange, cuando él era presidente y el secretario hacía todo el trabajo”, dijo Blatter ayer en una entrevista. ¿Saben quién era el secretario de Havelange? Sí, el mismo Blatter que terminó siendo el gestor de un escándalo sin parangón.

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