¿Buscando un nuevo Ubaldini?

Como consecuencia de la falta de convocatoria por parte del actual triunvirato que conduce la CGT nacional, algunos piensan en recuperar la jefatura unipersonal y buscarían a un nuevo Ubaldini.

¿Buscando un nuevo Ubaldini?

Luis Fermosel  - la.fermosel@gmail.com

El sindicalismo nacional se encuentra atravesando una etapa crítica. Sin capacidad de movilización, con un halo de desprestigio que rodea a la gran mayoría de los dirigentes, con una sigla devaluada en lo que se refiere a la repercusión de sus decisiones, el triunviro de sindicalistas que se encuentra al frente de la central obrera se mueve con pies de plomo. Es consciente de que la situación es complicada y en cualquier otro momento hubiera decretado una medida de fuerza más profunda, pero ahora el "plenario", debilitado por la carencia de poder, se limitó a anunciar una movilización hacia la Plaza de Mayo para el 22 del actual, a modo de "preámbulo de una medida de fuerza", según se indicó.

La máxima reunión había logrado concretar un paso importante: el de haber congregado a los diferentes sectores del sindicalismo, incluyendo al díscolo taxista Omar Viviani y al radical devenido en kirchnerista Sergio Palazzo, el bancario mendocino que acaba de ganar las elecciones en su gremio por una impresionante diferencia de votos. Sin embargo, a poco de iniciado el debate y ante la carencia de medidas concretas de acción directa, los silbidos comenzaron a tapar los discursos de los integrantes del triunvirato. Y así terminó todo, con una declaración demasiado lavada ante el temor de que una decisión más rotunda pudiera no tener la necesaria adhesión como para que el sindicalismo pueda recuperar el poder perdido.

Por el momento, la unidad pasa sólo por el plano discursivo. Desde las huestes de Palazzo se indica que la intención no es tirar a nadie por la ventana, "porque la situación del país amerita que nos juntemos, porque el Gobierno viene por nosotros". La realidad marca que desde el Ministerio de Trabajo, Jorge Triacca (h) se mantiene a la espera de novedades, habilitando en forma provisoria al actual triunvirato, ante un planteo que en su momento realizó el fallecido Gerónimo Venegas respecto de la irregularidad en la elección de la conducción, mientras desde la Unión Industrial Argentina consideran que con una CGT unificada se puede canalizar mejor el diálogo entre el sector laboral, el gobierno y los empresarios.

En ese cúmulo de situaciones, surgió la palabra del camionero Pablo Moyano, quien destacó que después de las elecciones (de octubre) se debatirá que la conducción vuelva a estar en manos de un solo secretario general. Ante esa posibilidad, ya hay varios anotados, como Héctor Daer, que cuenta con el respaldo de los "gordos" y los independientes; Juan Carlos Schmid, apoyado por los camioneros y los gremios del transporte y el barrionuevista Carlos Acuña, aunque algunos añoran la posibilidad de encontrar un "tapado", como sucedió en su momento con Saúl Ubaldini.

¿Cómo llegó Ubaldini?

Cabría señalar que la situación actual dista mucho de lo que sucedía en el momento en que surgió la figura de Saúl Ubaldini. Porque en aquel entonces el gobierno militar había procedido a la detención de una gran cantidad de dirigentes sindicales y la actividad gremial estaba prácticamente prohibida, mientras ahora existe plena libertad para desarrollarla.

Para señalar cómo surgió Ubaldini, voy a remitirme a lo que personalmente me contó Lorenzo Miguel ante mi consulta. "Estábamos -dijo- atravesando un momento crítico porque a la gente la había golpeado la declaración de Casildo Herreras (ex titular de la CGT) cuando dijo que se había 'borrado', al irse a Uruguay, el día del golpe de Estado. Los detenidos estábamos en el barco (la Armada se había "hecho cargo" de los dirigentes sindicales), debatiendo cómo salir del enredo, conscientes de que necesitábamos una figura nueva, en razón de que muchos de nosotros éramos cuestionados", dijo Miguel, para señalar que "fue en ese momento en que coincidimos en que podíamos impulsar la figura de 'el pibe', Saúl Ubaldini, quien era un chico entusiasta, inteligente y hábil, a pesar de que no era el titular del gremio de los cerveceros, sino uno de los vocales de la comisión directiva".

Continuando con su relato, el ex dirigente metalúrgico y ex titular de las 62, indicó que "armamos una estrategia, que consistía en respaldar, desde atrás y con nuestra experiencia para fijar los pasos a seguir, mientras se conformaba una Mesa de Agrupaciones Gremiales, para formar nuevos dirigentes, que estaba en manos de Juan José Minichilo (mercantil). De manera tal, entonces, que Ubaldini nunca estuvo solo y nuestra política fue la de elegir el camino de la confrontación, frente al dialoguismo que había decidido concretar otro sector sindical (la entonces CGT Azopardo)". Miguel dijo entonces que una de las primeras decisiones fue la de declarar un paro de actividades para medir fuerzas y ante la fuerte adhesión recibida conformaron primero la Comisión de los 25, que después se transformaría en la CGT Brasil. El ex titular de las 62, no quiso opinar cuando le consulté sobre si la decisión de mantener una CGT confrontativa (encabezada por Ubaldini) y otra "dialoguista", liderada por Jorge Triacca (dirigente de los plásticos y padre del actual ministro de Trabajo) formaba parte de una estrategia para actuar a modo de pinza en el gobierno militar, aunque los hechos posteriores permitirían concluir en que las relaciones entre uno y otro sector nunca fueron buenas.

Trasladando aquella situación a la actualidad, cabría preguntarse si el movimiento obrero se encuentra actualmente en condiciones de impulsar la figura de algún "tapado" para una futura conducción unipersonal y paralelamente si existen dirigentes con el suficiente prestigio, personalidad y experiencia como para respaldar y trabajar "desde atrás", como hizo Lorenzo Miguel y otros con Saúl Ubaldini. A esos aspectos deben agregarse situaciones coyunturales muy diferentes. Porque en aquel momento existían sólo dos cegetés, mientras ahora son por lo menos cinco los grupos alineados detrás de diferentes siglas, después del golpe mortal que el kirchnerismo le dio al gremialismo peronista al impulsar la libertad sindical. Y por si faltaba la frutilla del postre, también habría que referirse a lo que sucede con las 62 Organizaciones. Porque hasta no hace mucho las 62 "peronistas" eran las encargada de asegurar que la conducción cegetista quedase en manos de un justicialista, pero  en los últimos tiempos el titular de las 62 (el recientemente fallecido Gerónimo Venegas) había dejado al peronismo para sumarse al macrismo y, según se indica, algunos de sus allegados continúan en ese mismo derrotero. De manera tal, entonces, que para que se concrete la intención de una conducción unipersonal hará falta que pase mucha agua bajo los puentes.

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