Boudou y un nuevo atropello a la Justicia

La reacción oficial ante la indagatoria al Vicepresidente, es otro ejemplo de cómo el kirchnerismo pretende aplicar el ultraje con aquellos miembros del Poder Judicial que no se someten al avasallamiento por parte de quienes consideran que la democracia p

 Boudou y un nuevo atropello a la Justicia

En un hecho histórico para la vida republicana de nuestro país, el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, deberá presentarse ante la Justicia para responder a un llamado a indagatoria por el caso Ciccone. La citación por parte del juez federal Ariel Lijo se produjo luego de que Boudou expresara públicamente su intención de ser convocado cuanto antes, ya que el magistrado había dispuesto, en principio, que la audiencia fuera a mediados de julio.

Curiosamente, pese a confirmar que estará presente mañana en los Tribunales, el Vicepresidente dispuso, a través de sus abogados, pedir la nulidad de la convocatoria fundamentalmente por cuestiones técnicas, lo que puso al juez interviniente en una encrucijada y a la vez en medio de una inadecuada presión política.

Pero lo más grave es la actitud de Boudou respecto de la labor del juez que lo llama a declarar por estar sospechado de ser partícipe en uno de los casos de corrupción más graves que ha tenido que afrontar el poder político de turno durante estos años.

En un escrito lleno de descalificaciones contra quien está a cargo de la investigación de su proceder, Boudou acusó al juez Lijo de responder a directivas emanadas de medios periodísticos a los que el kirchnerismo considera permanentemente enemigos y desestabilizadores por el simple hecho de informar la verdad y no participar de la enmarañada estrategia comunicacional del Gobierno. Incluso habló de acuerdos entre el magistrado y periodistas que siguen el caso Ciccone.

Los pasos dados por el funcionario parecen insinuar que su defensa se encamina hacia un pedido de recusación del magistrado federal para terminar apartándolo del caso. No es una estrategia nueva del kirchnerismo; debe tenerse presente que en una oportunidad anterior el propio Boudou consiguió desplazar de la investigación al juez Daniel Rafecas.

Además, no hay que descartar que si llega a concretarse el procesamiento del Vicepresidente, éste, con el aval del Gobierno, encare las instancias judiciales de apelación, que pueden llegar a terminar en otra comprometedora situación para los miembros de la Corte Suprema.

En los últimos días, valiéndose de espacios periodísticos oficialistas en canales públicos o afines al kirchnerismo, Amado Boudou no sólo ejerció una vez más su propia defensa sino que, lo que es realmente de enorme gravedad institucional, arremetió hasta despectivamente contra quien lo ha citado a declarar en las próximas horas. Esta reprochable actitud de un hombre público de tamaño rango político no hace más que confirmar que el menoscabo por las instituciones de la República y la desfachatez en el obrar parecen ser condiciones indispensables para ejercer la función pública sin importar los recursos a utilizar.

Aquello de que el fin justifica los medios es aplicable en éste y otros casos de lamentable reincidencia del oficialismo de turno cuando de lo que se trata es cumplir objetivos cueste lo que cueste.

En circunstancias normales, la conducta de un funcionario habilitado para ejercer la Presidencia de la Nación en ausencia de su titular debería se juzgada mediante el mecanismo que la Constitución habilita: el juicio político. Correspondería que el Congreso fuera el que se sentara a debatir si Boudou mantiene méritos para seguir ocupando el sillón del número 2 en el orden jerárquico del país.

No alcanza con la actual discusión sobre la conveniencia o no de que el Vicepresidente pida una licencia mientras se ventila en los tribunales su delicada situación. Incluso, se comenta que en el propio seno del kirchnerismo el derrotero de Boudou como hombre público es ya motivo de seria preocupación y habría quienes consideran que si es procesado debe desaparecer de la función pública.

Es de esperar que en las próximas horas el juez interviniente pueda actuar libremente, al margen de las presiones que ha venido ejerciendo el kirchnerismo hacia él, ya que hasta uno de los diputados nacionales oficialistas amenazó con recurrir al Consejo de la Magistratura para considerar la conducta del magistrado, en una clara y por demás reprochable actitud de chantaje.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA