Joseph Blatter, que aspira a ser reelegido para un quinto mandato, pidió a las federaciones nacionales "cerrar filas" en un momento complicado para la FIFA, dos días después de un nuevo escándalo por corrupción y antes de la elección presidencial de hoy.
Sus palabras llegaban en la apertura de la sesión del 65º Congreso electivo, que se concluye con la votación para decidir quién será el presidente de la FIFA hasta 2019, entre Blatter y el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, todavía con los ecos de las detenciones en Zúrich, donde tiene lugar el Congreso, por presuntos casos de corrupción de miembros de la organización.
"Los acontecimientos de esta semana han dibujado una sombra. Intentemos borrar esa sombra, no se puede admitir que la reputación de la FIFA sea arrastrada al barro", señaló Blatter, de 79 años, presidente desde 1998, añadiendo: "cerremos filas para ir hacia adelante".
"Hago un llamamiento a nuestro espíritu de equipo y nuestra unidad de manera que podamos avanzar juntos. Esto no es necesariamente fácil, pero hoy nos hemos reunido para ello, para solucionar los problemas que existen", invitó.
Poco después fue interrumpido por dos manifestantes pro palestinos que pedían la suspensión de la Federación Israelí de Fútbol y que fueron rápidamente expulsadas de la sala.
Donde no tuvo problemas el equipo de Blatter fue en la aprobación de las cuentas del organismo, que en el período 2011-2014 obtuvo un beneficio de 338 millones de dólares, en un organismo cuyas reservas son de 1.500 millones de dólares.
Blatter aspira a una nueva reelección que le conduciría a un quinto mandato y le llevaría a acabar el mismo con 21 años acumulados, con lo que se acercaría a los 24 que estuvo en la presidencia su mentor brasileño Joao Havelange (1974-1998) y a los 33 del francés Jules Rimet (1921-1954).
El suizo lleva dos días soportando la tormenta, pero a pesar de todo parece favorito ante la joven alternativa que supone el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, de apenas 39 años y uno de los vicepresidentes de la FIFA desde hace cuatro años.
"Los próximos meses no serán fáciles para la FIFA. Estoy seguro de que vendrán nuevas malas noticias, pero lo importante es que podamos restaurar la credibilidad en nuestra organización", había vaticinado Blatter en su discurso de apertura del Congreso el jueves, que empezó con referencias al escándalo.
Los acontecimientos de los últimos días podrían cambiar la tendencia clara a favor de Blatter y dar alguna oportunidad al jordano.
"Antes de lo que ha pasado esta semana, puede que no, pero ahora, con lo que ha ocurrido, creo que Blatter puede ser derrotado", declaró el jueves el presidente de la Unión Europea de Fútbol (UEFA), Michel Platini, enemigo declarado del actual presidente de la FIFA, al que ha pedido la renuncia.
Apoyos territoriales
Entre los europeos, la mayor parte votaría por Ali, con excepciones de peso como la de Rusia, país organizador del Mundial-2018 y cuyo presidente, Vladimir Putin, consideró que la acción judicial estadounidense de esta semana tiene como objetivo evitar la elección de Blatter y dificultar la Copa del Mundo en Rusia.
Estados Unidos, todavía dolido por no haber obtenido la sede del Mundial-2022, anunció que votará por Ali. Así lo tuiteó el presidente de la federación, Sunil Gulati, y su homólogo canadiense, Victor Montagliani, hará otro tanto.
África es el continente con más votos (54) y en principio sería en su mayor parte fiel a Blatter, artesano del primer Mundial organizado en el continente, en Sudáfrica en 2010.
Asia cuenta con 46 votos y es el continente del príncipe Ali, que es jordano pero no controla la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), cuyo presidente es cercano a Blatter y que no le ha renovado como su vicepresidente de la FIFA para el próximo mandato, que comenzará el sábado, un día después de la elección.
La CONCACAF (América del Norte, Central y Caribe), que tiene 35 votos, afronta esta votación con la mente en otra parte, después de que entre los siete detenidos del miércoles en Suiza estuvieran su presidente Jeffrey Webb y el costarricense Eduardo Li, miembro del Comité Ejecutivo de su Confederación.
Tanto Webb como Li fueron expulsados el jueves de una organización que ahora comanda como presidente en funciones el hondureño Alfredo Hawit.
Oceanía, con 11 votos, y Sudamérica, con 10, son los que menos peso numérico tienen en la votación, que se realizará con papeletas y voto secreto.
Cuestión de imagen
La presión que recibe la FIFA en los últimos días se mide en portadas sobre el caso, minutos de televisión e indignación en las redes sociales.
La política no ha estado al margen y, más allá de las palabras de Putin, otros países han aprovechado para criticar a Blatter. El Gobierno británico desea el relevo al frente de la FIFA, mientras que el francés se había mostrado partidario del aplazamiento de la elección.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló por su parte que revisará los acuerdos que tiene con la FIFA y el expresidente de Sudáfrica Thabo Mbeki desmintió que se pagaran sobornos para conseguir la sede del Mundial-2010.
La presión de los patrocinadores también continúa, igual que la de millones de hinchas que esperan que los problemas de la FIFA no dañen la imagen de su deporte. A la lista de marcas (Visa, McDonald's, Coca Cola, Nike, Adidas, Budweiser) que han mostrado su preocupación se añadió el viernes la surcoreana Hyundai