"Hay que redoblar los esfuerzos y saber que hay que sacrificarse. Hay que poner el mejor equipo en cancha", dice Alfredo Berti sin decir demasiado. Independiente Rivadavia no sólo que estira su racha adversa que lo ha llevado a caerse de manera estrepitosa en la tabla de los promedios, sino que no evidencia ni la menor de las mejoras desde el arribo de este cuerpo técnico que lidera el Loco, que en su poco tiempo al frente del equipo ya hizo una cirugía mayor. ¿Volverá a hacer otra?
Alfredo Berti tiene la obligación de encontrar respuesta futbolística o anímica de manera urgente. Los signos vitales de la Lepra no son alentadores.
La crisis no deberá perturbar el pensamiento de Berti, que llegó con una idea de juego de presión alta, de salir jugando desde el fondo, y con un esqueleto claro: 4-3-3. Al segundo partido echó todo por tierra. Ahora Berti propone un más estricto 4-4-2 y se sale del fondo con pelotazos largos apostando a la segunda pelota como principal arma de ataque. "El equipo sabe que debe jugar por las bandas y presionar en la segunda jugada", explica el entrenador.
“Hay que tratar de trabajar en lo anímico y también en lo futbolístico. Es un momento delicado, una situación incómoda, y hay que tratar de contener a los futbolistas; darles la suficiente tranquilidad para que puedan desarrollarse de la mejor manera”, agrega.
“Yo me hago cargo desde donde estoy y le estoy poniendo todo el trabajo que tengo. Uno sabe que era una situación delicada y estamos poniendo lo mejor para tratar de ganar, algo que no está sucediendo”. Reitera una declaración, al igual que la primera, sin nada de contenido.
Berti tiene la obligación de encontrar una reacción futbolística o anímica de manera urgente. Los signos vitales de la Lepra deberán alimentar alguna esperanza de vida.
