Durante largo tiempo eclipsado por Cristiano Ronaldo en el Real Madrid y Lionel Messi en la selección argentina, Ángel Di María culminó el miércoles con su exhibición ante Alemania (triunfo 4-2) su ascenso al olimpo de los mejores futbolistas del planeta.
"¡Ángel, Ángel, Ángel...!", gritaban decenas de alemanes de acento áspero a la salida del futbolista del estadio Espirit Arena de Düsseldorf después de que hubiera firmado una actuación para el recuerdo: tres asistencias y un gol que provocó el unánime aplauso del público.
"En el fútbol europeo la gente es así. Cuando calentamos y en el himno argentino también aplaudían. Eso es muy bueno", comentó Di María sobre la ovación que se llevó cuando fue sustituido en el minuto 86 por Ricky Álvarez.
Acostumbrado a ejercer de perfecto 'segundo espada' de los dos grandes dominadores del balón, el 'Fideo' rompió cadenas en los últimos meses para reclamar su posición en el estrellato.
"Ángel para mí es uno de los cinco o diez mejores jugadores del mundo, por eso el Manchester United ha pagado esa cantidad por él", señaló Gerardo Martino el miércoles tras su convincente debut como seleccionador de la Albiceleste.
Hace diez días se convirtió en uno de los traspasos más elevados de la historia del fútbol -el más alto del campeonato inglés- al pasar del Real Madrid al Manchester United por 98 millones de dólares (75 millones de euros).
En los Reds Devils le han otorgado los galones nada más aterrizar. Ha heredado la elástica con el número '7', la que tradicionalmente han portado los grandes nombres de la entidad: George Best, Bryan Robson, Eric Cantona, David Beckham, Cristiano Ronaldo y ahora un tipo al que apodan el 'Fideo' por su delgadísima complexión.
El punto de inflexión en la trayectoria de este futbolista de 26 años fue la pasada final de la Liga de Campeones, cuando fue una pieza clave en la victoria 4-1 de su club ante el Atlético de Madrid y elegido mejor jugador del partido.
Luego llegó el Mundial, en el que fue fundamental en el subcampeonato de Argentina, pero en el que se perdió las semifinales y la final por una lesión.
Tras 'machacar' el miércoles al mismo rival ante el que sucumbieron en la final del 13 de julio en Maracaná, Di María no quiso entrar a valorar qué hubiera pasado aquel día con él en el campo.
"Lo que pasó, pasó.... Tuve mala suerte, pero los chicos lo hicieron muy bien. Luego tuvimos mala suerte en la final", se limitó a decir, sin querer abrir la herida.