Desde hace más de un mes, Hugo Francisconi (70), un ingeniero agrónomo fanático de las motos, pasa sus días encerrado en su casa de Guaymallén donde funciona un vivero.
Está con prisión domiciliaria y no es remota la posibilidad de que lo imputen por femicidio: es el único sospechoso de haber golpeado a su ex mujer, Sonia Ruth Rez Masud (71), quien falleció posiblemente a causa de una golpiza, semanas después de ser atacada.
La situación de Francisconi es más que complicada. Sin embargo, cree que las rosas y las palmeras que cultiva pueden salvarlo: "El expediente tiene 300 fojas de suposiciones. Yo trabajo con plantas y todos los jardineros se lastiman. Si yo no fuera ingeniero y fuera un tarado mental, nunca se me ocurriría matar a alguien y llevar una toalla con sangre a mi casa. Esa prueba es ridícula", dice el hombre, en relación a una prueba que está en poder de la Justicia y que puede determinar -tras examen de ADN- su futuro.
La golpearon en su casa
Sonia Ruth Rez Masud fue brutalmente golpeada el 17 de diciembre del año pasado, en su su casa de la calle Leónidas Aguirre, de la Quinta Sección de Ciudad.
Tras pasar un par de semanas en un hospital, su salud se deterioró y, finalmente, falleció el 11 de enero pasado. La causa concreta de la muerte aún no ha sido determinada por el Cuerpo Médico Forense.
Al iniciarse la investigación, la fiscal Daniela Chaler consideró que había algunas pruebas y testimonios que comprometían al ingeniero agrónomo y por eso lo imputó por tentativa de homicidio agravado por femicidio, aun cuando su ex mujer estaba internada.
Según trascendió, en principio las lesiones sufridas por la mujer eran leves pero su cuadro se complicó y murió.
Por eso, ahora se espera el resultado de la necropsia para saber si la mujer murió por la golpiza o bien por otra causa, tal vez alguna enfermedad que padecía desde antes de que fuera golpeada.
"Me chuparon como en la dictadura"
Si bien la situación de Francisconi es compleja, ya que podría ser imputado por femicidio -delito que tiene pena de prisión perpetua, el hombre se defiende hasta con ironía: "Ahora resulta que soy el Chapo Guzmán de la Quinta. Me tratan como un criminal y sólo tienen sospechas. El día que me detuvieron, recibí una llamada telefónica. Un hombre me decía que mi casero había tenido un accidente. Cuando salgo a la vereda, en calzoncillos y bata, me chuparon como en la dictadura", afirma el ingeniero.
El hombre sospecha de su hija Eliana y su pareja: cree que todo comenzó por la venta de la casa de la Quinta Sección de Ciudad. Francisconi después de 15 años de estar separado se contactó con su mujer para vender la propiedad, un bien ganancial de la pareja y repartir a partes iguales el dinero de la venta.
"Ellos se querían quedar con con la propiedad. Yo puse un albañil para arreglarla y un día que estaba ahí, vino la policía y me detuvo por usurpación de vivienda. De mi propia casa. Eso es increíble", dijo Francisconi, quien confía que el resultado de la necropsia de Rez Masud determine que no murió por los golpes.
En relación a las pruebas que lo incriminan, sostuvo que son sólo los testimonios de su hija y de su pareja, ya que afirma que la sangre de la toalla es de él y no de su mujer. Por eso, cuando se realice el ADN, el caso se caerá.
"Esto es una injusticia de un calibre que no se puede medir. El sábado que fue golpeada yo estuve trabajando todo el día en el vivero y al día siguiente, el domingo, me fui a pasear en moto a Villavicencio. El lunes me detuvieron y yo no sabía nada", dijo por último el sospechoso, a la espera de que su situación judicial sea resuelta.