Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
Venía bien la semana, hasta el jueves en la noche, en que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires decidió sancionar una norma legal a través de la cual se prohíbe la publicidad de las bebidas alcohólicas en las calles. Y, como no se hace ningún tipo de excepción, se considera que incluye al vino y por lo tanto la reacción de los representantes de la industria mendocina no se hizo esperar: "queda en claro que a los porteños no les interesa el interior", dijeron al unísono, para reflejar los efectos que puede llegar a generar la medida sobre la actividad vitivinícola.
La norma legal prohíbe cualquier tipo de publicidad de bebidas alcohólicas en la vía pública y establece severas sanciones para las marcas que no se adapten al nuevo marco regulatorio, entrando en vigencia en el primer semestre del año próximo. Según se afirma, la norma legal es una consecuencia directa de lo que ocurrió tras la tragedia de Time Warp, la fiesta electrónica organizada en Costa Salguero en la que murieron cinco personas por consumo de drogas sintéticas. Debe consignarse que, al haber tomado conocimiento de la presentación del proyecto, presentado por Roy Cortina, del Partido Socialista, los representantes mendocinos, entre quienes se encontraban dirigentes de la Unión Vitivinícola Argentina, de Bodegas de Argentina, de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas, bodegueros y el ministro de Economía de la provincia, Enrique Vaquié, mantuvieron una reunión con el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, a los efectos de solicitarle que la ley no se apruebe o, al menos, que se excluya al vino. Santilli los escuchó y, como viene sucediendo desde hace mucho tiempo en la capital del país, no hizo nada para modificar la situación y la ley se aprobó.
"La muerte de los chicos en la fiesta de Costa Salguero no se produjo por la ingesta de vino y tampoco de alcohol, sino por las drogas que consumieron", dijo un dirigente mendocino, quien señaló entonces que "lo que se buscó con esta ley fue tapar los errores en los controles que se observan ante ese tipo de fiestas". Aseguró la fuente consultada que la Legislatura porteña actuó "con liviandad y demagogia, dejando todo el espacio publicitario a las bebidas gaseosas".
Basándose en esa figura de que "ni a los porteños ni a los bonaerenses les interesan las economías regionales", a los representantes del sector les preocupa el futuro, más aún cuando sigue ronroneando la versión que indica que podría aplicarse algún tipo de impuesto a las bebidas alcohólicas.
"Debemos estar advertidos y es hora de que los legisladores nacionales por Mendoza comiencen a involucrarse, porque hasta el momento salvo excepciones, como sucede con el diputado nacional Luis Borsani, nadie se acerca a nosotros. La Provincia también muestra preocupación, como es el hecho de que Vaquié nos acompaña en forma permanente, pero Cornejo debe exigir un cambio ante el propio Presidente" se indicó.
Otras gestiones
No fueron esas las únicas gestiones que llevaron a cabo los representantes mendocinos en la Capital Federal. Participaron de la festividad del Día del Vino, que tuvo al Obelisco como protagonista y que instaló al vino como un tema cultural, como la bebida nacional y también como alimento. "La gente nos apoyó y es aquí donde también advertimos contradicciones. Porque los restaurantes están intentando colocar a Buenos Aires como la capital de la gastronomía y resulta que sus representantes, los legisladores afectan al vino, que es parte también fundamental de la actividad gastronómica".
La delegación mendocina aprovechó su estadía en Buenos Aires para participar de una audiencia otorgada por la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, en el Palacio San Martín. "Por primera vez en la democracia un canciller nos recibe para conocer nuestras inquietudes", dijo uno de los asistentes, quien destacó que "le informamos a la ministra sobre los problemas que enfrenta la vitivinicultura en el exterior, fundamentalmente en lo que se relaciona con la competitividad". Expresó entonces que Malcorra les solicitó que en el curso de la actual semana les hagan llegar las conclusiones de la reunión y los principales planteos a los efectos de establecer de qué manera puede llegar a actuar para solucionar los problemas.
Hay otros aspectos que inquietan a la industria y que son abordados por los propios actores. Así por ejemplo, preocupa que "no aparezcan las medidas económicas que permitan modificar la situación, especialmente con el mercado externo. Al igual que durante el gobierno anterior, ahora hay un dólar estable pero con una inflación que aumenta los costos internos. De esa manera cada día somos menos competitivos", dijo un dirigente.
En otro orden, el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este realizó un interesante trabajo sobre la implementación de un seguro agrícola, destacando que "la vasta experiencia sobre el tema nos obliga a ser muy cuidadosos al ponderar las nuevas propuestas, en vista de los reiterados fracasos y los costos que implican. Sucede -dice- que persiste un problema de fondo que nadie considera convenientemente: es que el pequeño y mediano productor/elaborador vitivinícola no tiene rentabilidad. Parece una misión sagrada y una tentación para todos los gobiernos proponer seguros agrícolas y es entendible la preocupación, pero parece urgente ocuparse seriamente de corregir las distorsiones en la comercialización, que sí expulsan definitivamente de la actividad a productores y elaboradores, quizás como no lo hace ningún fenómeno climático".