Termina la sequía: La Niña llegó a su fin e inicia un ciclo con más lluvias

La NOAA, entidad meteorológica internacional que investiga el fenómeno, ratificó que finalizó el período seco que castigó durante cuatro años. Este año será una transición hacia El Niño.

Termina la sequía: La Niña llegó a su fin e inicia un ciclo con más lluvias
Durante este año prevalecerá un “Niño Neutro”, con tendencia a normalizar los valores promedio de lluvias y nevadas durante un año, aproximadamente. | Foto: José Gutiérrez / Los Andes

Finalmente y como lo anticipó Los Andes, el fenómeno de La Niña llegó a su fin y comenzó la transición hacia El Niño, etapa marcada por una mayor humedad y, por ende, más lluvias.

Así lo confirmó la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), el ente internacional más especializado en el tema y el único en investigar específicamente el ENOS, es decir, “El Niño Oscilación del Sur”. De esta manera, finaliza un período de cuatro años de sequía y comienza un 2023 de transición hacia El Niño.

Ya en septiembre de 2021 un reporte de dicha entidad, cuya traducción es “Administración Nacional de Océanos y Atmósfera”, indicó que había condiciones favorables en un 70% de pasar de la sequía hacia una Niña neutral, es decir, paso previo al fenómeno de El Niño.

En aquel momento, Raúl César Pérez, doctor en Física especializado en Atmósferas y Nubes, declaró a este diario que La Niña se estaba “debilitando cada vez más y es muy probable que el año que viene ingresemos en período neutro, y luego sí hacia un Niño”.

El aumento de nevadas en el invierno pasado y de lluvias durante este verano fueron los indicios de dicha transición. Un año y medio después, el NOAA hizo oficial la despedida a La Niña en sus redes sociales: “La fase fría del patrón climático ENOS ¡ha abandonado el edificio! Después de un año y medio de La Niña, el sistema océano-atmósfera del Pacífico tropical ha hecho la transición a neutral, lo que permite a la NOAA emitir su aviso final de La Niña”, manifestó en un comunicado la agencia científica.

La investigación resultó en que el cambio de temperatura en la superficie del océano fue notable en varios puntos de medición del Pacífico ecuatorial, principalmente en la llamada región “El Niño-3.4″, el área internacional de mayor referencia por su impacto en el clima global. La conclusión fue que la temperatura pasó de estar por debajo de los - 0.5°C a estar por encima de los 0.1°C, en coincidencia con el período neutro, que se caracteriza por promedios que oscilan entre -0.5 y 0.5° C.

“Como la materia prima para la generación de lluvia es el vapor de agua que aporta el Pacífico por encima de la cordillera, al establecerse un Niño se calienta el agua del océano Pacífico en la superficie, se evapora más agua y los vientos del Oeste tiran esa humedad por encima de la cordillera”, explicó Pérez.

En períodos de Niña sucede lo contrario: el Pacífico evapora menos agua y hay menos humedad para la formación de agua o nieve, como ha sucedido en los últimos años.

De hecho, Natalia Gattinoni, licenciada en Ciencias de la Atmósfera e integrante del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, expresó que “lo que caracterizó a esta Niña fue lo extenso de la sequía, tanto en el plano temporal como geográfico”.

“A veces hay sequía en algunas provincias, pero llueve en otras; eso fue lo que no sucedió, por lo menos desde la segunda parte de 2022, cuando todo se complicó aún más”, completó en declaraciones a la agencia CTyS-UNLaM.

Más lluvias en los próximos años

Que La Niña haya llegado a su fin no significa que de repente va a comenzar a llover. Esto se debe a que uno de los componentes del ENOS, el océano, ya cambió su fase pero la atmósfera no es tan rápida. De hecho, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) reaccionó a la noticia del NOAA sobre el fin de La Niña con la siguiente aclaración: “En Argentina todavía no vamos a ver mucha variación en las precipitaciones. A pesar del cambio de temperatura del océano, la atmósfera todavía se mantiene con una circulación acorde a la de La Niña”.

Juan Rivera, licenciado en Ciencias de la Atmósfera y doctor en Ciencias de la Atmósfera y los océanos, así lo explicó a este diario anteriormente: “Ese calentamiento anómalo en las aguas del Océano Pacífico Tropical tiene que generar un cambio en la circulación atmosférica de gran escala, y que ese cambio impacte en las precipitaciones regionales. Los desacoples entre océano y atmósfera son habituales y no necesariamente la atmósfera va a responder inmediatamente a lo que haga el océano”.

El doctor Pérez, sin embargo, manifestó que el aumento de humedad y precipitaciones ya se ha notado en el último verano y en el comienzo del otoño por lo que, para él, la transición hacia una época de más humedad y precipitaciones es un hecho.

“Vamos a una normalidad durante este año, en el sentido de que vamos a salir de bajos valores de lluvias y nevadas porque se van a incrementar a valores normales”, explicó el ex director de Contingencias Climáticas provincial.

Es decir, durante este año prevalecerá un “Niño Neutro”, con tendencia a normalizar los valores promedio de lluvias y nevadas. “No hay que olvidarse del fenómeno general, que es el ENOS, y no tomar a El Niño y a La Niña por separados: a todo Niño le sigue una Niña, y a toda Niña le vuelve a seguir un Niño. Entre estos períodos, de tres a ocho años, hay un Neutro. Nosotros llevamos cuatro años de sequía y estamos entrando en un Neutro, que va a llevar más o menos un año. A principios del año que viene, ya en diciembre, se va a empezar a producir el inicio de El Niño”, analizó el doctor Pérez.

Pronóstico a largo plazo

Pensando en el largo plazo, el especialista en atmósferas y nubes insistió: “Que va a haber un Niño, va a haber. No sabemos con qué intensidad, aún no la hemos visto. Hay que seguir esperando, hay que acordarse que el período de El Niño va de 3 a 5 años”. Pérez detalló que, dependiendo de ello, el fenómeno cuenta con cinco categorías, del 1 al 5.

Más allá de a cuánto llegue en este caso, “significa aumento de la temperatura superficial del océano Pacífico, aumento del vapor de agua en atmósfera en el Cono Sur, produciendo más precipitaciones, nevadas y granizo”, aclaró. “Además, como el agua y el vapor de agua tienen alta capacidad calorífica, los inviernos son menos fríos y con menos heladas”, puntualizó.

Por eso, para Pérez “no hace falta pronosticar si va a haber más precipitaciones, ya las hubo”. “Basta con comparar la cantidad de lluvias y granizo que hubo este verano con los años anteriores, y vas a ver que ya hubo más precipitaciones”, sintetizó.

Por su parte, el Pronóstico Climático Trimestral del Servicio Meteorológico Nacional para abril, mayo y junio ya menciona la presencia del Niño Neutro y adelanta “precipitaciones normales sobre el Norte del Litoral, Cuyo, centro y Norte de Patagonia”, y superiores a la media en provincias del Norte y Noroeste del país, Córdoba, Oeste de Santa Fe, Este de San Luis, La Pampa y gran parte de Buenos Aires.

Además, aclara que “debido a la finalización del evento La Niña y tendencia a una posible mayor influencia de forzantes subestacionales, se recomienda mantenerse actualizado con los pronósticos de más corto plazo”.

Pérez insistió y sostuvo que en Mendoza “sin lugar a dudas van a aumentar las precipitaciones”. “Incluso las níveas, por lo que vamos a tener más nieve en Alta Montaña de las que tuvimos en los últimos años”, finalizó.

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