El curioso museo que exhibe basura de hace más de 60 años

Un italiano recupera piezas plásticas históricas con el objetivo de concientizar sobre su impacto ambiental. Su colección, llamada Archeoplastica, tiene más de 500 piezas únicas y se expone en galerías y escuelas.

Artículos de la colección Archeoplastica en exhibición con National Geographic en 2022. | Foto: Gentileza
Artículos de la colección Archeoplastica en exhibición con National Geographic en 2022. | Foto: Gentileza

Hace algunos años un naturalista caminaba por la playa cerca de su casa, en la costa del sur de Italia, cuando descubrió una botella desechada de bronceador que cambiaría su vida. Se trata de Enzo Suma, oriundo de la región de Puglia, quien comenzó una iniciativa que ahora se convirtió en un museo de piezas históricas de plástico.

Hubo un detalle en particular que despertó la curiosidad de Suma ese día: el precio del envase, que claramente databa de hace muchos años. La cifra estaba en liras, una moneda que no se había utilizado en Italia desde que fue reemplazada por el euro en 2001.

Todas las piezas de este “museo de plástico” pueden verse a través de su cuenta de Instagram, @arqueoplastica. Foto: Gentileza
Todas las piezas de este “museo de plástico” pueden verse a través de su cuenta de Instagram, @arqueoplastica. Foto: Gentileza

A partir de ese pormenor, Suma pensó que se trataba de un plástico que había sobrevivido casi intacto durante dos décadas en el mar Mediterráneo. Después de investigar en Internet, se dio cuenta que la botella debía haber sido fabricada entre 1968 y 1970, mucho más vieja de lo que pensaba.

Esa misma pieza, años más tarde, se convertiría en el primer artefacto en Archeoplastica, una colección de 500 piezas únicas, todas recuperadas de las costas italianas. A su vez, el naturalista exhibe piezas en escuelas y galerías de arte, siempre con el objetivo de concientizar sobre los deshechos y el impacto ambiental que generan.

Todas las piezas de este “museo de plástico” pueden verse a través de su cuenta de Instagram, @arqueoplastica. Además de esto, Suma es voluntario protegiendo el hábitat de las aves playeras que anidan en la playa en peligro de extinción, y ayuda a rescatar tortugas marinas que pueden enredarse en los desechos plásticos.

Exposiciones y curiosidades

A partir de esta experiencia, luego Suma quien estudió ciencias ambientales en la Universidad de Venecia. También utiliza sus habilidades fotográficas para crear modelos tridimensionales digitales de cada objeto plástico, similar a cómo los museos documentan los antiguos jarrones griegos y romanos.

Sesenta de estos modelos ahora se pueden ver en el museo virtual Archeoplastica, que también presenta anuncios impresos y televisivos vintage. El objeto más antiguo de la colección es una tapa de botella de 1958, a la cual le estampó el logo “Moplen”, el polímero patentado cuya introducción marcó el comienzo de la era del plástico.

Datar los objetos de plástico, que a menudo se desvanecen por la exposición a la luz solar o están incrustados con percebes, puede ser un desafío. A veces Suma tiene suerte, como la bolsa de papas fritas impresa con la fecha de caducidad de noviembre de 1983, o un balón de fútbol desinflado con el logotipo de la Copa Mundial de 1990.

Y hay más curiosidades por aprender. Por ejemplo, que la presencia de un código de barras significa que un objeto fue fabricado después de mediados de la década de 1980. La impresión directa sobre plástico sugiere que se hizo en la década de 1970 o antes, antes de que las etiquetas pegadas se volvieran comunes.

Cuando Suma no logra identificar un objeto mediante el trabajo de detective en Internet, recurre a sus 300.000 seguidores en Facebook e Instagram.

Este fue el caso del siniestro “Il Gobbo” (“el jorobado”), una botella blanca azulada con forma de hombre vestido con un abrigo, con una corazonada prominente en la espalda. “Una mujer del norte de Italia me contactó, diciendo que tenía uno, que sus abuelos habían ganado en una feria local. Pero la suya era amarilla”, contó el naturalista.

Otra anécdota es la de un coleccionista en Francia le envió fotos de la botella de una marca de jabón de la década de 1960 etiquetada como “Soaky Bubble”, y que luego resultó ser una alcancía de ese año.

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