Un impactante avión Douglas A-4 B Skyhawk o Halcón del Cielo (Matrícula C-239) pareciera continuar su corrida final, en vuelo rasante mientras las gélidas aguas del Atlántico Sur lo salpican a su paso y la sal se acumula en su parabrisas, al volar tan bajo dejando estelas en el mar. Hoy, a poco más de 41 años del bautismo de fuego, y aunque sin sus turbinas y motor, la nave se muestra majestuosa en un pequeño parque circular en la entrada de la empresa Industrias Metalúrgicas Pescarmona Sociedad Anónima (Impsa).
Este avión fue parte del Grupo V de Caza en la recuperación de las Islas Malvinas o conflicto del Atlántico Sur, que se extendió del 2 abril al 14 de junio de 1982. En muchas de las 57 misiones aéreas que tuvo, se incluyen aquellas en donde se arrojaron más 20 toneladas de bombas sobre la flota británica durante el conflicto. Tuvo su bautismo de combate en alta mar el 12 de mayo de 1982, cuando fue piloteada por varios alférez, capitanes y vicecomodoros.
En su segundo vuelo, el destino hizo que este Douglas A-4 B Skyhawk fuera guiado por el novato alférez Guillermo Dellepiane y que dejara fuera de combate a la fragata HMS Brilliant. La insignia así lo certifica en la cabina en su lado izquierdo, justo debajo de su número C-239 que identifica a la aeronave.
Luego de la guerra, voló cientos de horas en distintos ejercicios militares, según consta en los registros oficiales de la Fuerza Aérea Argentina, y fue parte de la escuela de formación de pilotos.
Aporte mendocino
Durante el conflicto, el Grupo V de Caza de la Fuerza Aérea Argentina, conformado por varios Douglas A-4B Skyhawk y dotado con un turborreactor, debía partir desde la base aérea militar de Río Gallegos para adoptar las posiciones de defensa y de ataque que obligaron a llevarlos al límite de sus prestaciones.
Para mejorar la autonomía de vuelo de estos aviones, la empresa mendocina Impsa desarrolló, ensayó y fabricó los tanques auxiliares externos de combustible. La particularidad es que eran eyectables. El personal trabajó las 24 horas durante muchos días hasta lograr el objetivo.
Además, fabricaron trajes de neopreno de 11 milímetros para los pilotos, según contó en un reportaje el empresario Luis Menotti Pescarmona, en ese entonces a cargo de la empresa. “Ante un desafío concreto, no hubo reparos en decir ‘que traigan el problema, lo vamos a solucionar y le vamos a poner lo mejor con el trabajo de la gente’, en lo que era un gran objetivo nacional”, expresó en una entrevista a diario Los Andes.
El 12 de mayo, un día histórico
La noche del 11 de mayo de 1982, la luna iluminaba como nunca el Estrecho de San Carlos, en las Islas Malvinas. Pocas horas después, dos formaciones de Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina despegaron a las 12.20 de la base Río Gallegos, con reabastecimiento en vuelo (REV) por parte de un avión Hércules C-130.
La primera formación, con el indicativo “Cuña”, según consta en la Fuerza Aérea, la integraron el primer teniente Manuel Oscar Bustos, los tenientes Jorge Rubén Ibarlucea y Mario Víctor Nívoli y el alférez Alfredo Vázquez, con la misión de atacar el HMS destructor Glasgow de la Marina Real británica.
Allí perdieron la vida el primer teniente Bustos, luego de lanzar su bomba, el teniente Ibarlucea y el teniente Nívoli, que al tratar de esquivar otro misil y sin posibilidad de eyectarse, se estrelló contra el agua. La fragata no tuvo grandes averías.
La segunda escuadrilla, con el indicativo “Oro”, partió 15 minutos después y estaba integrada por el capitán Antonio Zelaya, el primer teniente Fausto Gavazzi, el teniente Juan Arrarás y el alférez Guillermo Dellepiane, que piloteaba por primera vez en combate con el C-239.
Una vez en mira, y sin el uso de comunicación alguna para evitar ser detectado por los radares enemigos, Gavazzi atacó la fragata misilística HMS Brilliant (F90), de Clase Broadsword, perteneciente a la Marina Real británica. La nave se destacaba por poseer misiles superficie-aire Sea Wolf GWS 25 y dos lanzadores de seis misiles antibuque Exocet MM 38.
Gavazzi logró arrojar una bomba M-K 17 de 500 kilos, ocasionando la avería definitiva de la fragata inglesa, aunque no el hundimiento, por lo cual fue retirada del conflicto, según consta en los registros oficiales de la Dirección de Estudios Históricos.
Pero en el escape, y a consecuencia de la mala visibilidad, el buque pasó muy cerca de la base aérea militar Cóndor, que se hallaba en alerta roja, y fue derribado por la misma artillería antiaérea argentina.
Esquivando la defensa enemiga, el alférez Dellepiane contuvo el aliento, verificando la velocidad con la altura, y en el momento exacto en el que pasaba por encima de uno de los dos barcos, apretó el botón y soltó una bomba de mil libras, que impactaron en la fragata HMS Brilliant. El proyectil le abrió varios agujeros, que la dejaron inmediatamente fuera de servicio por el resto del conflicto.
Nuevos combates
Tras ser alcanzada por el fuego enemigo en misiones posteriores, la aeronave que ahora descansa en Impsa se reparó en un par de oportunidades y nuevamente se puso en pista. Esta vez, el piloto era el capitán Pablo Carballo, ahora comodoro retirado. “Me concentraba en el blanco y en la mira, pero pensaba mucho. Pensaba en mi mujer Mirta Elizabeth Sorrera, en mis tres hijos María José, Pablo Esteban y Candela, que tenía en ese momento: ‘En cualquier momento reviento... Todo se acabó para mí’. Pero tenía una ventaja: que iba en gracia de Dios”, relató en una entrevista al diario La Voz del Interior, de Córdoba, al hablar de sus intervenciones.
Y agregó: “En dos minutos a dos minutos y medio, y volando a 250 metros por segundo, cuando vas hacia la fragata y te ven, te empiezan a tirar. Vos ves que pega corto, que salta, ves el fuego hasta que te metes dentro del fuego. Cuando llegás ahí, y cuando la mira toca el agua, donde se juntan el agua y el barco, apreté el botón. Decís medio uno, levantas e invertís el avión cabeza abajo. Bajás la nariz, te vas en dirección hacia el agua y, cuando lo pasaste, enderezas de vuelta y seguís”.
En la portada de diarios y revistas con 7.994 horas de vuelo
El avión Douglas A-4 B Skyhawk fue portada de numerosos diarios y de la revista Gente. En el recordado número extraordinario 878, año 17, se lo ve al piloto cordobés Pablo Carballo dentro de la cabina del avión C-239 que hoy está en Mendoza. La curiosidad es que hoy, esa revista cuesta más de 24.000 pesos, en algunas subastas.
La fría tarde del 11 de abril de 1991, esta aeronave realizó su último vuelo. Para entonces había cumplido con un total de 7.994 horas, según los registros oficiales, lo cual es todo un mérito. Desde la IV Brigada Aérea, de Mendoza, informaron que en un reconocimiento de la Fuerza Aérea Argentina a Impsa le dio en custodia este avión, que se encontraba en la V Brigada de Villa Reynolds, en San Luis.
Desde el 13 de febrero de 1993, el avión se encuentra en la sede Impsa ubicada en el carril Rodríguez Peña 2451, en Godoy Cruz, que lo conserva en una imponente puesta de valor. Para acceder al sitio, basta con anunciarse en la entrada del predio industrial ya que no se cobra ingreso.
Otros aviones que recuerdan la gesta de Malvinas
El Paseo Héroes Mendocinos de Malvinas, del departamento Luján de Cuyo, fue inaugurado en 2019, constituye una franja de parque que culmina en una gran rotonda sobre Paso y San Martín, y en el centro se centra en un avión Mirage, VI C-433, donado por Brigada Aérea de Tandil, también estuvo en varias misiones durante la guerra, y fue dado de baja recién en 2015.
El avión que está en el inconsciente colectivo, y sirve como referencia geográfica de Mendoza desde hace más de 40 años, es el avión Morane Saulnier MS 760 París de1958. Emplazado en la rotonda recientemente remodelada entre el Acceso Norte, Jujuy y Mathus Hoyos, voló en las aguas del Atlántico en plena Guerra de Malvinas para reconocer barcos enemigos, fue donado por la IV Brigada Aérea de Mendoza.
Uno de los aviones que están expuestos en mejores condiciones, es el Dassault Mirage IIICJ, C-719 ubicado a orillas del lago del Club Mendoza de Regatas, en Gutiérrez, departamento de Maipú, también tuvo participación en el conflicto y que luego sirvió como avión escuela.
En la plaza “Héroes de Malvinas, ubicada en la entrada de la IV Brigada Aérea en El Plumerillo, del departamento Las Heras, se erigen tres imponentes aviones el Morane Saulnier MS 760 Paris, a su lado un impactante Dassault Mirage III y el Douglas A4-C, junto al monumento que recuerda a los 15 mendocinos que murieron durante la guerra. El memorial tiene una placa que recuerda el nombre de cada uno de los caídos.