Como lo anticipó Los Andes hace más de un año, con un incremento de lluvias y nevadas que daban indicio de una futura transición hacia el fenómeno de El Niño; ahora otras entidades se sumaron a la previsión, alentadora en el contexto de sequía que actualmente sufre Mendoza y el país.
Tanto la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en su informe de Perspectivas Agroclimáticas; como el NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), el ente de mayor jerarquía si de estudio del ENSO se trata, coincidieron en que durante el 2023 se dará la transición hacia un escenario meteorológico neutro entre La Niña y El Niño, lo que se traduce en más lluvias y humedad en el ambiente.
El primero de los informes mencionados asegura que a fines de este verano La Niña dará paso a un escenario neutral cálido, que llevará al clima a un nivel cercano a lo normal a partir del otoño. Las condiciones climáticas “fortalecen la posibilidad de una marcha climática tendiente a la normalidad, a la que puede adjudicarse una probabilidad de ocurrencia en el orden del 80%”, detalla el trabajo Perspectivas Agroclimáticas.
A nivel mundial, la máxima referencia de investigación del ENSO (El Niño Southern Oscillation, en inglés), traducido como “El Niño-Oscilación del Sur”; es la Administración Nacional de Atmósfera y Océano (NOAA), con sede en Estados Unidos. Esta entidad realiza un informe todos los meses sobre la actualidad del fenómeno climático, y en el último de ellos, publicado en enero, asegura que “se prevé una transición de La Niña a ENSO-neutral durante la temporada de febrero a abril de 2023″, con una posibilidad del 82% para la primavera del hemisferio Norte (marzo-mayo de 2023).
El Centro de Predicciones Climáticas del NOAA dio a conocer datos de que, durante diciembre, “el sistema acoplado océano-atmósfera continuó reflejando La Niña”, pero que los estudios recientes predicen que “La Niña hará la transición a ENSO-neutral durante el invierno del hemisferio Norte 2022-23″. El informe agrega que, “en este momento, el consenso de los pronosticadores favorece los modelos estadísticos, con una transición a ENSO-neutral en la temporada de febrero a abril de 2023″.
Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires expresó que “debe tenerse en cuenta que la transición será lenta”, con respecto a “la tendencia hacia la normalidad”. La Administración Nacional de Atmósfera y Océano reafirmó esto: “Las anomalías sostenidas de la circulación atmosférica y el debilitamiento de la onda Kelvin oceánica descendente no respaldan una transición inminente”.
MÁS NEVADAS Y LLUVIAS
Hace exactamente seis meses, en la nota titulada “Más nevadas y lluvias en Mendoza, los indicios de la llegada de El Niño”, el doctor Raúl César Pérez, especialista en Física de atmósferas y nubes, vaticinó: “Estamos entrando en un período de transición a El Niño, donde vamos a tener años con más nieve que en los anteriores, en los que hubo Niña y sequía, ya que el Pacífico estaba frío, evaporaba poca agua y había poca materia prima para formar nieve”.
Incluso, en septiembre de 2021, el especialista declaró a este diario que “en Mendoza habrá más lluvias a partir de 2023″, porque “se está saliendo de La Niña hacia un fenómeno que se denomina usualmente ‘Niño neutro’”.
Hoy, en su página web, el Servicio Meteorológico Nacional indica que, “de acuerdo a los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre enero-febrero-marzo 2023 (EFM), hay sólo 50% de probabilidad de que se mantengan las condiciones Niña, con lo cual se espera que la Niña comience a debilitarse durante el próximo trimestre”.
¿QUÉ PASARÁ EN 2023?
Para Juan Rivera, licenciado en Ciencias de la Atmósfera y doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, “todavía no es posible dar indicios” de que este año podría darse esa transición entre una Niña y un Niño; y que “no tenemos evidencia de un cambio en las condiciones climáticas dado que todavía continuamos bajo la influencia de La Niña”.
Si bien reconoció que “se espera una transición entre La Niña y condiciones neutrales, las cuales tienen un 82% de probabilidad de ocurrencia durante el próximo otoño”, el investigador del IANIGLA expresó: “Si después se desarrollará un evento El Niño o si continuarán las condiciones neutrales, es algo que al día de hoy tiene mucha incertidumbre, así como también cuál será la respuesta atmosférica a ese cambio en las anomalías de la temperatura superficial del mar en el Océano Pacífico Tropical”.
Raúl César Pérez, por su lado, insistió: “Uno, cuando hace ciencias, estudia un fenómeno -como lo es El Niño- que tiene un comportamiento general. Uno puede pronosticar a largo plazo en función de las leyes de la física, de las leyes de la química y la biología, bajo ciertas condiciones qué puede pasar en un futuro. Eso puede cambiar por factores que uno no tiene en cuenta y desvían el eje un poco. Que va a haber un Niño, va a haber. Con qué intensidad, no podemos saberlo”.
El doctor en Física, especializado en atmósferas y nubes, advirtió que “no hay que olvidarse del fenómeno general, que es el ENSO, y no tomar a El Niño y a La Niña por separados”. Asimismo, explicó: “A todo Niño le sigue una Niña, y a toda Niña le vuelve a seguir un Niño. Entre estos períodos, de tres a ocho años, hay un Neutro. Nosotros llevamos 4 años de sequía y estamos entrando en un Neutro, que va a llevar más o menos un año. A principios del año que viene, ya en diciembre, se va a empezar a producir el inicio de El Niño”.
Para concluir, Pérez reafirmó que “no sabemos con qué intensidad” llegará el fenómeno de El Niño, que cuenta con cinco categorías (del 1 al 5); “pero significa aumento de la temperatura superficial del océano Pacífico, aumento del vapor de agua en atmósfera en el Cono Sur, produciendo más precipitaciones, nevadas y granizo”, detalló. “Además, como el agua y el vapor de agua tienen alta capacidad calorífica, los inviernos son menos fríos y con menos heladas”, finalizó.
LA SEQUÍA NO TERMINARÁ AHORA
Ante la situación de sequía que padece el país entero, la transición hacia un escenario “neutro” sería una noticia importante para todos, tal como lo indica la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe de Perspectivas Agroclimáticas. Pero, así como las entidades hablan de una “transición lenta”, Juan Rivera asegura que “faltarían muchos meses para que esto, si se dan las condiciones, suceda”.
El especialista manifestó que “ese calentamiento anómalo en las aguas del Océano Pacífico Tropical tiene que generar un cambio en la circulación atmosférica de gran escala, y que ese cambio impacte en las precipitaciones regionales”.
Sin embargo, “los desacoples entre océano y atmósfera son habituales y no necesariamente la atmósfera va a responder inmediatamente a lo que haga el océano, con lo cual, no es posible brindar una respuesta certera” a cuándo terminará la sequía.
El doctor Pérez, por su lado, expresó que, si durante el 2023 se da la transición mencionada, “vamos a una normalidad durante este año”, en el sentido de que “vamos a salir de bajos valores de lluvias y nevadas porque se van a incrementar a valores normales”. “Cuando venga El Niño, van a aumentar por encima de valores normales”, aclaró, aunque eso recién sucedería en 2024.