Promoción Industrial: el informe que pone en guardia a Mendoza por los nuevos beneficios al NOA

Según el CEM, la promoción industrial (1973-2010) generó pérdidas superiores a los 900 mil millones de pesos en la economía de nuestra provincia.

El daño que los beneficios impositivos a provincias vecinas causaron a la producción local es un hito doloroso / Claudio Gutiérrez
El daño que los beneficios impositivos a provincias vecinas causaron a la producción local es un hito doloroso / Claudio Gutiérrez

En los últimos días Mendoza se ha mostrado en lucha a raíz de beneficios impositivos que otorgó el presidente, Alberto Fernández, a 10 provincias del norte del país. Con el fresco recuerdo de la Promoción Industrial, y más allá que no sea una situación similar, el arco político local y empresarial no quiere volver a sufrir todo lo que perdió en términos económicos en casi 40 años de beneficios para provincias aledañas, que según un informe del Consejo Empresario Mendocino (CEM) del año 2011, resultó en una pérdida de más de un Producto Bruto Geográfico (PBG) mendocino.

Si bien es necesario dejar en claro que lo que dejó la Promoción Industrial -establecida desde 1973 a 2010 a San Juan, San Luis, La Rioja y Catamarca- a Mendoza no es comparable a estos beneficios otorgados ahora a las jurisdicciones del norte del país, ya que en principio regirá por sólo 3 años la reducción de aportes patronales y se refiere a una reducción de aportes patronales; en los sectores económicos y políticos agitan el mal recuerdo y se plantean como objetivo no volver a sufrir algún tipo de discriminación.

El presidente del CEM, Federico Pagano, consideró que a Mendoza “siempre se la consideró una provincia rica, pero tiene un índice de pobreza alto y hace 10 años que no genera empleo privado”.

Luego señala que “si se le pone un nuevo perjuicio agravaría la situación, porque la posibilidad de la instalación de empresas se va a alejar”, opinó, y marcó que “cada vez que el gobierno nacional trata de resolver regulando, genera más distorsiones que los beneficios que se pueden generar”.

En diálogo con Los Andes, Silvia Jardel, gerenta del CEM, consideró que estos beneficios a las provincias norteñas “suponen un nivel de subsidio muy alto para las empresas en términos de contribuciones patronales y generará efectos distorsivos para Mendoza, a quien le resultara difícil competir con estas provincias para la radicación de nuevas inversiones”.

Historia de un perjuicio

Según argumentan desde el Gobierno Provincial, es muy difícil estimar un costo de los perjuicios, pero hacen referencia al resarcimiento que tuvo Mendoza por la inconstitucionalidad de tres decretos entre el ’96 y ’97, que prorrogaron la Promoción Industrial. El resultado fue la construcción del aprovechamiento hidroeléctrico Portezuelo del Viento, que hoy está valuado en $1.023 millones.

“No se sabe cuánto van a durar estos beneficios, podrían ser 3 años. Si fueran por casi 4 décadas como el anterior, seguramente tendrá un costo similar, pero es imposible de determinarlo ahora”, destacaron.

En términos económicos, el informe Consejo Empresario Mendocino (CEM) del 2011 establece que el costo fiscal de los beneficios de la promoción industrial hacia las provincias de San Luis, Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis desde 1973 a 2010, alcanza un una cifra millonaria: $10.288 millones de 2010, que no ingresaron a las arcas del Estado provincial, por coparticipación o recaudación de impuestos provinciales.

Con ello, se podrían haber construido en Mendoza aproximadamente 2.000 escuelas o 1.000 megaescuelas como la del Barrio La Favorita que alberga a más de 1.000 alumnos. Con ello, se podrían haber construido 340 hospitales como el Hospital de Las Heras, Dr. Ramón Carrillo.

Además, la pérdida total para la economía de Mendoza en los 37 años de promoción fue de “entre un 1,6 y 2 veces el producto bruto geográfico de la provincia (PBG), que a números de hoy serían $913 mil millones”.

“Tuvimos importantísimas pérdidas, porque la Promoción generó distorsiones en la radicación de empresas y Mendoza quedó sitiada en medio de provincias que tenían altos beneficios impositivos. No solo asumió costos en términos de nivel de actividad económica, sino que tuvo pérdidas fiscales, en recaudación impositiva y de coparticipación”, marcó Jardel.

Aquí el CEM tuvo en cuenta el impacto fiscal “directo”, coparticipación; como también los “indirectos”, es decir, una menor recaudación de impuestos locales (Ingresos Brutos), al aplicarse un valor de producción “afectado negativamente por el desplazamiento de la inversión en respuesta a los incentivos de la promoción”.

Los números son tan altos, ya que la Promoción Industrial conllevó a varios beneficios económicos para las industrias que se instalaran en esas provincias, como deducción de la materia no imponible en impuesto a las ganancias para explotaciones agrícola-ganaderas, ramas industriales o actividades turísticas; exención del pago de ganancias de las utilidades originadas en proyectos industriales; franquicias en el Impuesto al Valor Agregado (IVA); también la exención del pago de derechos de importación para proveedores; así como además diferimientos de hasta el 75% de sus obligaciones impositivas en Ganancias e IVA para los inversionistas.

Si hablamos en términos de crecimiento del PBG, entre 1989 y 2009 (período abarcado plenamente por la Promoción Industrial), Mendoza mostró un crecimiento medio anual de 3,5%, un número similar al de provincias que no tenían beneficios. No obstante, para las que sí estaban dentro de la Promoción, se notó una suba media anual del orden del 4,7%, es decir, un 35% más que el de nuestra provincia.

Pero hay un dato importante, en la que el CEM marca que el “alto costo” del régimen de promoción, además, “no gravitó” en la mejora de los indicadores de desarrollo humano ya que las provincias promocionadas mostraron una convergencia menos dinámica que las restantes provincias argentinas, ya sea con datos como la tasa de mortalidad infantil o la baja del índice de pobreza.

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