Levrino, el ministro que ahora busca protagonismo

El funcionario cambió su estilo y enfrenta las cámaras y los operativos. Pero adeuda la difusión de registros estadísticos propios y principalmente de “la cifra negra del delito”, que ya fue relevada por el Gobierno.

El ministro de Seguridad, Raúl Levrino, participó de los operativos.
El ministro de Seguridad, Raúl Levrino, participó de los operativos.

Lunes a la noche. Prime time de la televisión mendocina. Móvil en vivo. Los dos presuntos victimarios del fletero de Guaymallén Juan Mauricio Villanueva, a quien asesinaron en una entradera para robarle la camioneta, son ingresados para las cámaras a la comisaría novena de Villa Nueva.

Tras las imágenes de los detenidos, hablan dos funcionarios. La buena noticia queda a cargo del ministro de Seguridad, Raúl Levrino; y -de impecable uniforme policial- el director de la Policía, Marcelo Calipo.

El Ministerio de Seguridad lo había prometido a mediados de marzo, cuando la cartera todavía era sacudida por la indignación que provocó el crimen de Emiliano Fernández, el joven que asesinaron para robarle la bicicleta en el Acceso Norte. Se anticipó que la cartera comenzaría a mostrar que en Mendoza hay “producción de seguridad”, es decir, acciones o hechos en los que la delincuencia no gana la partida, para competir con las frecuentes malas noticias que provee la inseguridad.

Desde el anuncio de esta decisión política, Levrino cambió rotundamente y empezó a buscar protagonismo, conduciendo operativos, rebatiendo críticas y fundamentalmente (cuando se puede) dando alguna buena noticia. Esta semana lo hizo en el horario y en el canal que, para el gobernador Rodolfo Suárez, es clave estar.

Para algunos observadores ácidos, el “nuevo Levrino” se parece bastante a quien ocupaba el cargo durante la gestión del justicialista Celso Jaque. Carlos Ciurca, hoy devenido en operador político, tenía la costumbre de “poner la cara” en las noticias policiales cuando era ministro de Seguridad, en las buenas y en las malas, aunque esto implicara recibir durísimas recriminaciones de las víctimas.

Ciurca sobrevivió la siempre compleja tarea de comandar esta área de la gestión. Y Levrino, si bien nunca ha parecido correr riesgo en su puesto a pesar de haber recibido unos cuantos cuestionamientos importantes, por las dudas está replicando parte de esa receta.

Sin embargo, la “producción de seguridad” no fue la única promesa de las autoridades en marzo. También se adelantó en aquellos días que la cartera iba a empezar a brindar sus propias estadísticas del delito.

Las que hasta hoy se conocen son las elaboradas por el Ministerio Público Fiscal de la Justicia. En Seguridad se han hecho algunas observaciones sobre las precisiones de esta difusión. Levrino, además, tiene su propio observatorio del crimen, fundado en denuncias y registros del 911 policial, aunque en muy pocas ocasiones emergen algunos datos de allí a la opinión pública.

De acuerdo con las cifras que se han conocido hasta ahora por parte de la Justicia, en Mendoza han bajado en los últimos tiempos los delitos con uso de armas, así como los homicidios. Aunque a la par, en la pospandemia, crecieron los asaltos considerados menores y el robo de vehículos.

Algunas estadísticas oficiales generan preocupación. Tal como contó Los Andes, en los primeros dos meses del 2022, hubo 760 denuncias por robos de vehículos, sólo en el área metropolitana de la provincia. Un número muy alto, que además es 30% superior al de los primeros dos meses del 2021.

Por otra parte, cuando el robo de un vehículo conlleva violencia extrema o produce la muerte de la víctima, las cifras del delito desdibujan un límite que el Ministerio de Seguridad necesita mantener, porque su principal objetivo de gestión es reducir los delitos más graves.

En este sentido, el crimen del fletero de Guaymallén fue el último de una serie de hechos de gravedad, vinculados al robo de vehículos, en los que hubo otra víctima fatal y varias que fueron despojadas de sus bienes con violencia.

La presión que ha precipitado a Levrino al centro de la escena viene incluso desde algunos intendentes del oficialismo, que critican esa conjunción de robos y maltrato extremo a las víctimas y reclaman acciones. Falta ver ahora si, a la proactividad mediática, el ministro le sumará la exposición de los índices prometidos.

Entre ellos hay uno muy sensible y que debería estar casi listo, en el cual se miden los delitos que no se denuncian. O sea, la llamada “cifra negra” de la inseguridad.

Las encuestas de victimización se realizaron en la provincia una vez al año hasta 2019. El relevamiento lo hacía la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), pero esto se discontinuó en 2020 por la pandemia.

El año pasado, la DEIE volvió a hacer el relevamiento, pero los datos todavía no han sido dados a conocer por el Ministerio de Seguridad. Se sabría cómo salió la encuesta, según dijo un funcionario a Los Andes, entre este mes y el próximo.

Hasta la suspensión de la encuesta, no venía bien en Mendoza el registro de delitos no denunciados: trepó a más del 65% en 2019 ¿Revelará el de 2021 que Levrino y su equipo lograron “producir seguridad” tras el paso del covid?

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