Las urnas dirán si hay continuidad o recambio

Se dirime entre Cambia Mendoza con Alfredo Cornejo y la Unión Mendocina con Omar de Marchi, más que nada, una pulseada fundada no en lo ideológico sino en lo metodológico, en el armado de poder. Una partida que juegan dos ex aliados. Continuidad de un estilo o recambio. Al margen de quién resulte electo gobernador en la jornada de hoy, existe buena expectativa con relación a la conformación que tendrá la Legislatura Provincial a partir de la renovación de diciembre. Probablemente una distribución de bancas que atenúe la actual polarización.

La voz de las urnas
La voz de las urnas

Los mendocinos elegirán hoy al gobernador que, en diciembre, al asumir, tendrá el privilegio de participar de la conmemoración de 40 años de vida democrática. Justamente, en tiempos de fuerte interpelación popular a una dirigencia política que debería satisfacer más a sus votantes en su rol de sostén del sistema, como bien marca la Constitución Nacional.

Es una elección que trascenderá a nivel nacional, como la mayoría de las contiendas anticipadas que tuvo el amplio calendario anual. Esa trascendencia se produce por ser la última cita previa a las presidenciales del 22 de octubre, en un escenario de fuerte disputa entre Juntos por el Cambio y el kirchnerismo, y porque, además, la golpeada fórmula nacional que integran Patricia Bullrich y Luis Petri busca fortalecerse con los triunfos provinciales. Viene de nutrirse con resultados resonantes, este mes, tanto en Santa Fe como en Chaco.

En Mendoza todo podría resultar más simple para esas expectativas de Juntos por el Cambio si el mano a mano fuese sólo con el peronismo, muy debilitado aquí y sin poder cortar una racha adversa que ya lleva diez años y en constante descenso. Pero no es así por la ansiedad que a muchos dirigentes les genera la fórmula que encabeza Omar de Marchi con su creación, La Unión Mendocina, producto de su ruptura con Cambia Mendoza, o, más precisamente, con Alfredo Cornejo y Rodolfo Suárez. Se dirime entre ambos sectores, más que nada, una pulseada fundada no en lo ideológico sino en lo metodológico, en el armado de poder. Una partida que juegan dos ex aliados. Continuidad de un estilo o recambio.

En las primarias de junio Cornejo fue el candidato más votado y la nueva fuerza de De Marchi se colocó segunda, desplazando a un histórico e incómodo tercer lugar al PJ, para esta contienda rotulado como Frente Elegí. Pero esa misma noche triunfal de las PASO comenzaron a plantearse interrogantes con respecto al destino de los votos que acompañaron a Luis Petri, el precandidato que compitió con Cornejo dentro de Cambia Mendoza y que fue revelación (16% de los votos) hasta llegar a ser elegido, poco después, precandidato a vicepresidente de Patricia Bullrich.

Color político por departamento
Color político por departamento

En el oficialismo descuentan, como marcaron muchas encuestas difundidas por Cambia Mendoza hasta poco antes de la veda electoral, que la mayor cantidad de aquellos votos de Petri se trasladarían a la fórmula que lidera Cornejo, pero nadie puede ignorar que la dupla De Marchi-Orozco también pudo tener un crecimiento en cuanto a intención de voto con respecto a las PASO de junio por distintas cuestiones, incluyendo el cambio de postura de eventuales votantes desencantados con las estructuras partidarias a las que habitualmente respaldan en la urna. Es lo que buscaron instalar otros sondeos que circularon, en este caso, montados en las expectativas de La Unión Mendocina.

Todo conduce, por lo tanto, a una definición interesante, de bastante inquietud sobre el resultado, como no se observaba en la provincia desde hace varios años. Por ejemplo, pocos olvidan aquel batacazo de Celso Jaque, en 2007, cuando le ganó la pulseada local a la Concertación radical-kirchnerista expresada en la fórmula Biffi-Thomas mientras a nivel nacional el mismo armado, pero en ese caso como Cristina Kirchner-Julio Cobos, ganaba ampliamente las presidenciales. Y también fue interesante la disputa de 2011 entre el peronista Francisco “Paco” Pérez y el radical Roberto Iglesias, quien, como ahora Cornejo, intentó volver a ser electo, sin éxito, con una elección decorosa.

Eran aquellas, todavía, elecciones unificadas con las nacionales y a pesar de haber hecho Iglesias campaña pidiendo que sus votantes cortaran la boleta nacional (Ricardo Alfonsín, hoy converso diplomático K era por entonces un pálido candidato presidencial radical) no pudo cambiar el rumbo puertas adentro de la provincia.

A partir de 2015, ya con la marcada decadencia del kirchnerismo, las elecciones mendocinas se resolvieron a favor del por entonces novedoso armado de Cambia Mendoza que llevó a Cornejo a ser gobernador por buen margen y a Suárez su sucesor en una notable elección. Cornejo triunfó hace ocho años frente a un peronismo en declive, pero todavía muy unido y fuerte en cuanto a su estructura.

Durante aquel mandato de Alfredo Cornejo comenzaron las desinteligencias, principalmente metodológicas, que en esta oportunidad se reflejan en el enfrentamiento que se resolverá hoy. La diferencia radica en que para las elecciones de 2019 el entonces candidato a gobernador Rodolfo Suárez logró que demócratas y ex demócratas, como es el caso de De Marchi, volviesen al espacio gobernante y resolvieran ahí las diferencias. Fue así como compitieron en las PASO Suárez y De Marchi. El acuerdo se mantuvo, aunque con tirantez, para las legislativas de 2021, pero la cuerda del lado del lujanino se cortó de cara al proceso electoral que hoy finaliza. De ahí el mano a mano de hoy pleno en especulaciones.

En cuanto a la gestión provincial la valoración del período de Rodolfo Suárez quedará puertas adentro de Cambia Mendoza, sea cual fuese el resultado de hoy. Fue una gestión que tuvo un tropiezo inicial de mal diagnóstico político con la frustrada reforma de la legislación minera y que de inmediato debió afrontar el tormento de la pandemia de coronavirus a lo que se sumó la cuarentena eterna dispuesta por la Nación. Justamente, Mendoza fue marcando el ritmo de la flexibilización de ese estricto cierre de actividades merced al buen manejo que se hizo desde la gestión local.

Por otro lado, el frontón partidario que armó la Nación con La Pampa y Buenos Aires más las siempre acomodaticias provincias de Neuquén y Río Negro hizo trastabillar a la gestión de Suárez con respecto a la obra de Portezuelo del Viento. Del desenlace no fue culpable el gobierno mendocino, pero se trató de una adversidad que dejó un saldo negativo.

Otros aspectos a tener en cuenta. Por ejemplo, no es menor el fenómeno que ha generado Javier Milei. El resultado que obtuvo en esta provincia en las PASO presidenciales de agosto fue tan amplio que dejó a las restantes fuerzas con pocas esperanzas de recuperación. El líder libertario no se ha expresado públicamente con respecto a la elección mendocina, como tampoco lo hizo en la mayoría de las provincias que desdoblaron elecciones, a pesar de que sus propios militantes y sus aliados, los demócratas, integran aquí el espacio que comanda De Marchi. Son dos realidades distintas.

En cuanto al peronismo, la fórmula Parisi-Ilardo en principio sólo puede aspirar a contar con más respaldo de votantes que en las PASO para mostrar un porcentaje un poco más decoroso. Ningún peronista querrá quedar en la historia del PJ mendocino como exponente de una decadencia sin freno. Años sin líderes referenciales a nivel provincial y desconsuelo de no poder evitar las consecuencias de una gestión nacional para el olvido. Las recientes elecciones municipales en seis departamentos conducidos por el peronismo demostraron una vez más que sin poder trascender políticamente los límites territoriales es difícil encarar un proyecto a mayor escala.

Completan la grilla electoral de esta jornada el Partido Verde y la izquierda (FIT). Ambos sectores llegaron a la jornada de hoy habiendo superado las PASO con lo justo para poder competir. Mérito, de todos modos, en un escenario con tres ofertas dominantes, más allá de los porcentajes obtenidos, como Cambia Mendoza, La Unión Mendocina y el peronismo.

Los “verdes”, que sorprendieron con el tercer lugar obtenido en las legislativas, tuvieron en el actual proceso algunos desencuentros que hicieron ruido, como la reciente partida de Romano a La Unión Mendocina luego de haber hecho una buena elección como candidato a intendente de San Carlos. Después de la elección de hoy probablemente comience un replanteo interno.

En cuanto al FIT, la insistencia y perseverancia son un aspecto elogiable en su prolongada trayectoria. Como el Partido Verde, si repiten lo realizado en las PASO estarán lejos de lograr alguna banca provincial.

Al margen de quién resulte electo gobernador en la jornada de hoy, existe una buena expectativa con relación a la conformación que tendrá la Legislatura Provincial a partir de la renovación de diciembre. Probablemente una distribución de bancas que atenúe la actual polarización y que genere un tercer espacio en condiciones de equilibrar la discusión política y aportar a la búsqueda de consensos.

Conjeturas por todos lados, que se transformarán en realidades políticas desde mañana con los resultados en la mano.

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