La junta militar de Nigeria anunció la reapertura, desde la noche del martes 1 de agosto, de las fronteras terrestres y aéreas con Argelia, Burkina Faso, Libia, Mali y Chad, pero no se pronunció sobre el resto de los países. La decisión fue informada en la televisión pública por el portavoz de la junta, el coronel mayor Amadou Abdaramane, que leyó un decreto firmado por el presidente de los golpistas, Abdourahamane Tiani.
El cierre de las fronteras terrestres y aéreas del país africano fue decidido el pasado miércoles por los militares, que también anunciaron la destitución del presidente, Mohamed Bazoum, y la suspensión de la Constitución. Las fronteras reabiertas están en su mayoría en zonas desérticas, y los principales puntos de ingreso al país, en términos comerciales y de negocios, siguen cerradas debido a las sanciones impuestas por el bloque regional ECOWAS.
Precisamente los ministros de Defensa de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS) se reunirán a partir de esta jornada en la capital de Nigeria, Abuja, para discutir la situación que afecta al país. ECOWAS ha amenazado con una intervención armada si los militares no restituyen al presidente Bazoum, elegido democráticamente en 2021.
Los primeros vuelos con europeos evacuados de Nigeria ya llegaron al Viejo Continente. Dos aterrizaron en París y uno en Roma, mientras otros gobiernos, como el de Corea del Sur, instan a sus ciudadanos a abandonar el país africano ante la delicada situación que se vive en él. Un colectivo progolpista y antifrancés, sin embargo, hizo un llamado a protestar contra la evacuación de extranjeros.
Italia, por su parte, manifestó su oposición a que se lleve a cabo en Nigeria una intervención militar occidental, puesto que “sería percibida como una nueva colonización”, según el vicepresidente del Gobierno y ministro de Exteriores, Antonio Tajani. “Debemos trabajar para que la diplomacia prevalezca en Níger y se restablezca la democracia, cualquier iniciativa militar occidental debe ser excluida”, declaró.