Ceremonia de la Pachamama: la celebración de la que todos hablan pero pocos conocen

La celebración de la Pachamama es una de las tantas ceremonias originadas en los pueblos andinos que en los últimos años ha cobrado mayor fuerza en la sociedad occidentalizada, pero aún con profundo desconocimiento de sus significados.

Al centro, Tayta Jacinto Huaman Ccapa. Pampamisayoq Q'ero de Yanaruma, Perú, junto a los miembros de Conciencia Activa Diego Giovanini (izq.) y Fernando Prats (der.)
Al centro, Tayta Jacinto Huaman Ccapa. Pampamisayoq Q'ero de Yanaruma, Perú, junto a los miembros de Conciencia Activa Diego Giovanini (izq.) y Fernando Prats (der.)

El 1 de agosto muchos portales, redes sociales y hasta medios de comunicación publicaron mensajes, posteos o notas referidos al Día de la Pachamama, en algunos casos mostrando coloridas imágenes de ceremonias realizadas con flores, cacharros y telares colocados sobre la tierra. Pero qué simboliza realmente esta celebración, por qué la mirada social se ha volcado hacia este tipo de ritos, cuál es su significado y qué implicancia tiene la interrelación de la sociedad actual con la cultura andina ancestral son algunas de las preguntas que Los Andes le formuló a Fernando Prats, oficiante y asistente en Ceremonias y miembro de Conciencia Activa.

Jacinto Huaman Ccapa armando la mesa de ofrendas
Jacinto Huaman Ccapa armando la mesa de ofrendas

Para los pueblos originarios de Los Andes, Pachamama es el nombre de la deidad que representa a la “Madre Tierra”, una diosa de la fertilidad que preside la siembra y la cosecha, encarna las montañas y provoca terremotos. Sus santuarios son rocas sagradas o troncos de árboles legendarios.

Según Wikipedia los cuatro principios cosmológicos quechuas, agua, tierra, sol y luna, consideran a la Pachamama su origen principal. Pero es en la página pueblosoriginarios.com donde encontramos una explicación más consistente: “Encargada de propiciar la fertilidad en los campos, la Pacha Mama, es un dios femenino, que produce, que engendra. Para los quechuas, es la Madre tierra, deidad máxima de los cerros peruanos, bolivianos, y del noroeste argentino. Pacha es universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que Mama es madre”. Así, la visión conceptual de Pachamama se refiere tanto a la madre de los cerros y los hombres; como también la que madura los frutos y multiplica el ganado, pudiendo conjurar heladas, plagas y dar suerte en la caza.

"Pachamama Santa Tierra"
Óleo. Alberto, Javier Luis. 2.005
"Pachamama Santa Tierra" Óleo. Alberto, Javier Luis. 2.005

El concepto es tan amplio que se la invoca cuando sobrevienen enfermedades, se está de viaje, e incluso ayuda a las tejedoras y alfareros a concluir bien sus obras artesanales.

Su parte no tan benevolente, según la página mencionada, es que es celosa, rencorosa y vengativa. Cuando se enoja, manda el trueno y la tormenta. Toda la naturaleza es el templo de la Pachamama, pero las apachetas (montículos artificiales de piedras) conforman los centros principales de su culto.

La pregunta obligada, ante una concepción tan potente de maternidad, fertilidad y naturaleza implicadas en una sola figura, es por qué se celebra el 1 de agosto. “En realidad (la celebración) es Pachamama Raymi, que se refiere a todo el mes, porque justo a partir de agosto es cuando se empieza a sentir más calor sobre la tierra, se empieza a remover para poder empezar a sembrar”, explica Fernando Prats.

La mesa de ofrendas para la Pachamama es uno de los elementos más distintivos de la ceremonia. (Foto: ilustración Shutterstock)
La mesa de ofrendas para la Pachamama es uno de los elementos más distintivos de la ceremonia. (Foto: ilustración Shutterstock)

“La idea es agradecer a la tierra por los frutos anteriores y sembrar los mejores frutos que hemos cosechado. Eso es de por sí un agradecimiento, pero a la vez estamos sembrando para el próximo período”, detalla.

En este sentido, explica por qué se ofrenda lo mejor de la cosecha anterior: “Si yo tengo un árbol de durazno y el mejor durazno lo ofrendo, la semilla de ese fruto me va a dar, como mínimo, el mejor durazno que obtuve de la cosecha anterior”, y agrega “el objetivo de ese agradecimiento es restablecer el ‘ayni’ que es la reciprocidad. Así como la tierra me da, yo le doy alimento a la tierra, la regenero, le doy una nueva vida. Eso es una forma de agradecimiento y de esa manera vuelvo a sembrar no solo semillas y frutos, sino también un propósito para el próximo periodo”, completa.

Entre las ofrendas se cuentan el maiz y las hojas de coca
Entre las ofrendas se cuentan el maiz y las hojas de coca

Los propósitos tienen que ver con todo lo que tenemos en la vida: propósitos emocionales, espirituales y materiales. “Todo lo que yo quiero obtener, lo agradezco dando lo mejor y haciendo una vuelta a la tierra, generando una especie de resorte, una elipse ascendente en el cual cada vuelta es un un escalón más arriba de donde estábamos”.

En cuanto al ritual de la ceremonia, Prats explica que difieren en las distintas regiones de los Andes, “hay diferentes formas y rituales de acuerdo a las familias, de acuerdo a las comunidades, que varían en toda la cordillera, pero todas tienen el mismo propósito”, acentúa.

En relación al hecho de que en los últimos tiempos se percibe una mayor difusión de estas ceremonias, y con ellas, una mayor divulgación de las culturas andinas, Prats considera positiva la apertura social, sin embargo advierte acerca de la banalización mediática o en redes sociales por cuestiones de moda: “Yo no veo bueno que se difunda con sincretismos, porque se pierde la esencia filosófica andina, donde hay cosas que son muy estrictas y después con la urgencia por difundir, se agregan cosas, (que no pertenecen a la cultura andina) porque simplemente aparecen como una moda, que desaparece después”.

Entre una región y otra las ofrendas varían, pero generalmente contienen maíz, hojas de coca, semillas y los mejores frutos de la cosecha anterior.
Entre una región y otra las ofrendas varían, pero generalmente contienen maíz, hojas de coca, semillas y los mejores frutos de la cosecha anterior.

Teniendo en cuenta que son culturas seculares, que ya tenían una organización política, social y religiosa mucho antes de la llegada de los españoles, y que además han logrado mantenerlas pese a todo, se entiende cierto recelo en la defensa de aquello que consideran propio. “La única forma de que esto se sostenga en el tiempo es que lo que se vaya logrando después no se pierda. Que no pase a ser una moda -como sí puede estar pasando ahora-, sino que se vea como una filosofía, y para eso, la difusión tiene que ser correcta. Entonces si la difusión no es correcta, no lo veo bien”, asegura Prats.

Una de las celebraciones que se realizan en Mendoza
Una de las celebraciones que se realizan en Mendoza

Por último, sugiere a aquellos que quieran acercarse a este tipo de conocimiento lo hagan con la conciencia de saber que están ingresando a una cultura formal y que por el mismo motivo deberían hacerlo con las personas idóneas. “Cuando se van a hacer ceremonias de ofrenda, en este caso en el mes de la Pachamama, que esté la presencia de un ‘Q’ero’, que son los que lo hacen desde siempre y que lo haga de forma tradicional sin ningún intervención, porque han sido el pueblo menos intervenido de toda la cordillera de los Andes. Entonces es donde va a estar la máxima pureza” de carácter ritualico y cultural.

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