La construcción no convencional se consolida en Mendoza

Empresas constructoras confirman que la construcción en seco gana adeptos por su mayor velocidad y eficiencia energética. Necesita más mano de obra y superar algunos mitos

Gastón y Facundo trabajan en la colocación de placas en el interior de una vivienda.
Foto: José Gutierrez / Los Andes
Gastón y Facundo trabajan en la colocación de placas en el interior de una vivienda. Foto: José Gutierrez / Los Andes

¿Cuál es el material central para una obra de construcción? Hace diez años, probablemente las únicas respuestas en Mendoza hubieran sido “ladrillo” u “hormigón”, pero en los últimos tiempos viene creciendo la tendencia por otro tipo de construcción, conocida como no convencional o en seco, donde lo que priman son las estructuras metálicas y los paneles.

Dentro de la construcción no convencional hay distintas formas con diferentes materiales que no se arman en el lugar de la obra, sino antes en una fábrica. Puede ser Steel Frame (en español, marco o estructura metálica) que aprovecha el montaje de perfiles de acero, New Panel que aprovecha un sistema de placas encastradas o Cassaforma, un sistema de moldes temporales o permanentes para dar forma al hormigón con un aislante de por medio, entre otros.

Un ejemplo de este estilo en Mendoza se pudo ver cuando, a mediados de agosto, el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) inauguró en Bowen, General Alvear, un barrio “sustentable” de 16 casas sociales ejecutadas con un sistema industrializado. En esa inauguración, se destacaron los menores tiempos de ejecución de obras (la construcción comenzó en noviembre) y cómo se mejoraría la eficiencia en el consumo de energía, con una Etiqueta de Eficiencia Energética.

Esto no es solo para viviendas, sino que abarca a oficinas y locales comerciales. Un caso es el reciente local de McDonald’s en la terminal de Mendoza, construido con 7 módulos fabricados de manera previa y montados en donde hoy es el local, con 340 m2 cubiertos. La construcción inició el 21 de marzo y se inauguró formalmente el 11 de mayo, menos de dos meses después.

“Vemos una tendencia creciente en el uso de construcciones no convencionales, porque el ladrillo es complejo y falta cuando hay mucha actividad, es un material sensible que implica mucha mano de obra”, comentó Dalmiro Barbeito, presidente de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim).

Para Barbeito, una ventaja de esta nueva forma de construir es que los materiales tienen una menor “transmitancia térmica”, dicho en términos simples, cuánta temperatura transmite un muro del exterior hacia el interior y viceversa. Eso es clave en Mendoza por la alta diferencia de temperatura entre el día y la noche, y entre el invierno y el verano. Además, señaló que es “más benigno con el medio ambiente” porque hacer ladrillo implica quemar mucha leña.

Velocidad y eficiencia energética

“Nos dimos cuenta de que la construcción tradicional se estaba tornando inviable y empezamos a pensar en métodos alternativos más amigables con el medio ambiente y que trabajen mejor con las amplitudes térmicas”, afirmó César Quintana, presidente de Grupo Cebeco. Es una empresa mendocina dedicada a obras de ingeniería del sector público y ya ha construido casas en barrios privados en Luján de Cuyo con construcción no convencional.

Quintana señaló que desde hace por lo menos 70 años el sistema se utiliza en países como Canadá o Rusia. Considerando una placa con madera OSB, tergopol de alta densidad y madera OSB, una pared así de 10 centímetros equivale en tramitancia térmica a una pared de 1 metro de ladrillo. Además, apuntó que implica una mano de obra más calificada, con un trabajo “más amigable” que en la construcción tradicional.

Facundo Vacas, ingeniero civil especializado en construcción no convencional, coincidió con Quintana en los beneficios, a la vez que apuntó que un desafío es la falta de mano de obra formada en el tema, con poca difusión en las universidades. En cuanto a costos, estimó que un sistema no tradicional puede costar alrededor de un 10 % más, pero que a la hora de hacer el cálculo se debe considerar el tiempo de ejecución.

“Una obra hecha en ladrillo te puede demorar 18 meses, y con construcción en seco te puede demorar 12 meses. Eso te repercute en el costo financiero, y ni hablar del ahorro de costos fijos en ese tiempo: un sereno en una obra te puede costar $ 50 mil por mes”, detalló Vacas. Actualmente, el ingeniero trabaja en medir la eficiencia energética de un proyecto propio llamado Moncloa, con apoyo del Conicet, la empresa local Friolatina y la estadounidense Dow Chemical.

Otro tema es la desconfianza de varios usuarios, acostumbrados a golpear una pared de ladrillo y considerarla más resistente que un panel. Quintana mencionó que la provincia es muy conservadora en construcción, y recordó que hace 20 años también se discutía por las placas de yeso o durlock. “Estos nuevos sistemas tienen mucha resistencia, se vienen probando desde hace muchísimos años en climas más hostiles”, dijo el presidente de Grupo Cebeco.

Vacas consideró que es un mito que la estructura de ladrillo sea más resistente que una de tipo no convencional: “En un edificio de mucha altura, el ladrillo aporta peso sobre la estructura. Si sumás peso, las columnas o la estructura que debe resistirlo necesita ser cada vez más grande. En cambio, una estructura no convencional de cerramiento permite usar materiales más livianos que no aportan peso propio a la estructura, es algo clave para una zona sísmica como Mendoza”.

Construir y ampliar

Los métodos no convencionales también se pueden emplear para locales comerciales. Actualmente está en su etapa final de construcción ARGA Mercado Constructor, un proyecto que además de depósitos y naves industriales contará con locales comerciales con paneles de aislación termoacústica. Incluso, las divisiones internas de oficinas y módulos están planteadas con placas de yeso, con perfilería liviana.

José Luis Saldaña, presidente y socio de ARGA (con su hermano Juan Manuel), explicó que el costo de usar construcción no convencional era similar al de la tradicional, pero los tiempos, la sustentabilidad y el ahorro energético inclinaron la balanza. “La construcción tradicional con ladrillos, hierro y hormigón sigue traccionando firme, pero hay un cambio cultural de gente más joven que busca sustentabilidad y rapidez, y ahí gana espacio la no convencional”, analizó.

Para Bruno Cutulli, socio fundador de Línea Construcciones, la modalidad no convencional era conocida para dividir espacios en casas u oficinas, pero ahora la novedad es una construcción completa. “En Mendoza era tabú hablar de construcción liviana por los sismos, pero hay registros de construcciones hechas con madera que tienen 120 años. Recién ahora se usa el steel frame en Mendoza, es difícil cambiar la visión tradicional”, afirmó este constructor.

En el caso de Línea Constructores, utilizan el sistema para viviendas, especialmente para ampliaciones porque el tiempo en no convencional puede ser de hasta un tercio comparado con la construcción en ladrillo. Cutulli comparó que una habitación de 30 metros cuadrados, pintada y lista para habitar, les demoró un mes y medio, mientras que con el sistema tradicional habrían demorado de 3 a 5 meses.

En cuanto al costo, si bien la mayoría acepta que es mayor en la construcción en seco, Cutulli recordó que eso depende de muchas variables y han llegado a cotizar US$ 450 el m2 de vivienda, mientras otros en tradicional cotizaban US$ 600. “Depende mucho de las terminaciones, las aberturas implican un monto muy grande y no es lo mismo hacerlas con aluminio que con PVC”, señaló el cofundador de Línea Construcciones.

A nivel general de la construcción, Saldaña analizó que las inversiones continúan especialmente desde la parte privada, mientras que en los últimos años se redujo la inversión en obra pública. “En cuanto a tipos de construcción, hemos visto proyectos tanto en convencional como no convencional, yo creo que ambas van a seguir juntas”, concluyó el presidente y socio de ARGA.

¿Cómo ven la tendencia hacia adelante?

Dalmiro Barbeito, presidente CECIM: “Creo que este sistema llegó para quedarse, seguirá creciendo a la par que decaerá la construcción con ladrillos, sobre todo porque es más eficiente en los plazos de obra y benigno con el medio ambiente. Además, la gente mirará con más cuidado el gasto en energía y hay pymes constructoras mendocinas que invierten y desarrollan sistemas alternativos”.

Gustavo Bernardi, presidente Grupo LTN: “Todavía tiene margen para crecer, eso va a estar dado por una mayor difusión y educación. Nadie consume lo que no conoce. Para acompañar el crecimiento tiene que haber educación en colocación, nosotros ya tenemos la Escuela de Montajistas LTN y queremos seguir avanzando. Son profesiones nuevas y esto involucra a la mujer, porque es un trabajo más liviano que la construcción tradicional y la mujer se fija en detalles que el hombre no observa”.

César Quintana, presidente Grupo Cebeco: “Hay mucho por crecer. Estamos por empezar viviendas sociales a través de municipios de Mendoza con financiación de la Nación, la vivienda social en el mundo se hace con sistemas constructivos ágiles. A estos sistemas la gente los encuentra amigables, son trabajos limpios, ágiles y rápidos… creemos que el futuro va por este camino”.

Facundo Vacas, ingeniero civil y constructor: “Depende en gran medida de las políticas públicas que establezcan el gobierno nacional y el provincial, y hoy falta mano de obra calificada para este tipo de construcciones. Estas construcciones son mucho más eficientes en el consumo de energía que las de ladrillo, y veo un crecimiento más a largo plazo, cuando se realice un sinceramiento de tarifas en serio”.

José Luis Saldaña, presidente y socio de Materiales Saldaña y ARGA: “La construcción tradicional continuará en Mendoza, por un tema cultural de que el mendocino está muy arraigado en ese sistema, y a eso se sumará la no convencional, que aún es muy incipiente. Muchas construcciones se pueden realizar con ambas metodologías: podés hacer un local con construcción tradicional por fuera y adentro dividirlo con placas de yeso”.

Bruno Cutulli, socio fundador de Línea Construcciones: “Creo que recién está arrancando, en Mendoza ahora se está haciendo un edificio de 6 pisos en construcción en seco y varias oficinas, eso nos demuestra que se puede hacer construcción no convencional. Nosotros el mes pasado teníamos 12 trabajos a la par. Cada vez se usa más y para mí es el inicio de una gran ola, esperamos surfearla de la mejor manera posible”.

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