Impacto en el mundo de las celebridades en EE.UU: conocida actriz lideraba una secta sexual

Allison Mack, de la serie Smallville fue juzgada y espera la sentencia por esta causa.

La actriz de la serie "Smallville" fue acusada y condenada de liderar una secta sexual
La actriz de la serie "Smallville" fue acusada y condenada de liderar una secta sexual

Al principio, Allison Mack, la actriz de Smallville, produjo un gran revuelo cuando se conoció su presencia en claustros universitarios. En Reddit y Tik Tok se instaló el debate entre estudiantes. Esta polémica se acrecentó cuando se supo que en pocos días más, un tribunal norteamericano dará a conocer la condena que le corresponde a la actriz por haber participado en una red de esclavas sexuales en el marco de NXIVM.

Sobre este caso, HBO estrenó una serie documental que cuenta la trama de los abusos perpetrados por NXIVM, la organización que se presentaba como de cursos de mejoramiento personal pero que terminó convertida en una secta con esclavas sexuales. The Vow narra, desde adentro, cómo funcionaba la organización y cómo era la trama de explotación sexual, según Infobae.

Allison Mack en Smallville
Allison Mack en Smallville

Muchos de los que se quejaron de la presencia de Mack en las clases universitarias apoyaron, poco tiempo atrás, la iniciativa llamada Beyond the Box. Con ella se determinó que no debía preguntarse en el ingreso universitario sobre antecedentes penales ni juicios en trámite para asegurar la educación y las posibilidades a todos los ciudadanos.

La actriz participó en varios cursos. Dos de ellos son Género, sexo y poder e Historia y Práctica de los Derechos Humanos. Luego de que las denuncias se desperdigaran por las redes sociales, Mack dejó de asistir a las clases presenciales.

Pero, posteriormente, ante la suspensión de las clases en las aulas y su continuación por vía remota por las medidas de restricción derivadas de la crisis del Covid-19, varios estudiantes hicieron circular capturas de pantalla en las que se ve a Mack participando de alguno de estos cursos.

Allison Mack nació en Alemania en 1982. Dos años después sus padres se mudaron a Estados Unidos. Consiguió su primer papel a los 7 años, partiicipó en muchas publicidades, obras de teatro, series y películas. Su gran oportunidad llegó en 2001 con su papel de Chloe en Smallville, la serie que cuenta la juventud de Superman.

Después de algunos traspiés y de un estancamiento en su carrera ingresó en NXIVM, llevada por una compañera de elenco. Luego de hacer algunos de los cursos iniciales se superación personal, su belleza y fama, llamaron la atención de Keith Raniere, el líder de la organización. Allison Mack cada vez se fue involucrando más con NXIVM y postergando su carrera actoral.

Raniere se llama Keith pero siempre prefirió que lo llamaran Vanguard (Vanguardia). Era el líder de NXIVM, una sociedad que al mismo tiempo era una empresa que brindaba cursos de superación personal, una secta, una agrupación delictiva y un vehículo que permitía el abuso de mujeres. Raniere se presentaba como “el hombre con el coeficiente intelectual más alto del mundo”. Su poder de convicción, con su hablar sereno y envolvente, hizo que sus adeptos se multiplicasen con los años.

La organización tenía varias células diferentes. Una de ellas estaba integrada sólo por mujeres. Una especie de grupo exclusivo, con un ingreso muy restringido. A sus integrantes les hacían creer que pertenecer era un enorme y exclusivo privilegio. Ese subgrupo selecto y secreto estaba a cargo de Allison Mack. Se llamaba DOS (Dominus Obsequious Sororium). Se presentaba como un lugar de empoderamiento femenino. Esa definición no era más que un eufemismo.

El ingreso requiere varios pasos. Un juramento de lealtad y de sumisión es el primero. Hay que entregar garantías. La candidata revela secretos familiares (muchos inconfesables) ante una cámara. Pero la aspirante muy pronto se da cuenta que la confesión, el haberse desnudado emocionalmente y dejarlo registrado no alcanza.

La reclutadora exige una segunda garantía. El desnudo también tiene que ser físico. Debe enviarle fotos de ella desnuda que la otra mujer guardará bajo amenaza de hacerlas públicas ante una defección. Antes del ingreso se le realiza una nueva aclaración: la novata debe someterse a la que la convoca, una será la esclava y la otra la ama (cada ama tiene varias esclavas), hasta que logre subir un escalón en el organigrama y ella tenga sus propias esclavas que satisfagan sus deseos.

El momento del rito iniciáticoha llegado. La mujer se encuentra en una sala con otras tres o cuatro, que sospecha están en su misma situación. Ingresa su ama. Les venda los ojos y les ordena desnudarse. Ninguna duda. Su voluntad está doblegada. Todas se sacan la ropa en silencio. No se ven entre sí pero saben, intuyen, que las demás hacen lo mismo. Luego las empujan hacia una camioneta. Desnudas, sólo con la venda en los ojos, recorren unos kilómetros. No saben dónde van.

En el destino, alguien las ayuda a bajar. Entran a una casa. Una de las mujeres, tal vez, espía por debajo de la tela y ve que es una casa lujosa. Acuestan a la primera en una camilla. De pronto el resto escucha unos gritos desgarradores y olor a carne quemada. Como si fueran ganado, las marcan. En la ingle. En sus ingles queda, marcado a fuego, un símbolo extraño.

Ya pasado el momento, ya en sus casa, y con la ayuda de un espejo, las víctimas lo podrán descifrar. Si se lo mira vertical, el jeroglífico se convierte en una A y una M, las iniciales de Allison Mack. De costado, con una mirada apaisada, lo que surge no causa, a esa altura, sorpresa alguna. Con claridad, en ese tatuaje labrado a hierro caliente (o con un bisturí eléctrico), cauterizado en la piel, aparecen una K y una R, las primeras letras del nombre y el apellido del líder, Keith Raniere, el que luego tendrá acceso sexual a las mujeres iniciadas, las señalizadas con sus iniciales.

La arenga con la que se convocaba a las jóvenes era más o menos siempre la misma: “Somos mujeres que se reúnen y se comprometen de tiempo completo, la una con la otra, para volver nuestros yoes más poderosos, para impulsarnos a enfrentar nuestros peores miedos y exponer las mayores vulnerabilidades, a sabiendas de que estamos lado a lado sin importar lo que suceda y para cumplir nuestra palabra al sobrellevar el dolor”, decía con convicción Allison Mack.

Pero convertirse en miembro de DOS significaba convertirse en esclava. Se pasaba a ser parte de una estructura piramidal en la que las mujeres que ocupaban los puestos superiores eran las amas de las inferiores en esa jerarquía. Las esclavas debían estar disponibles las 24 horas del día por si eran llamadas por Allison Mack o Raniere. Estaban obligadas a estar bajo permanente dieta y debían someterse a las iniciativas sexuales de los líderes.

Quien violara la confidencialidad se arriesgaba que ese material sensible e íntimo se difundiera. Ante cada acto que Mack o Raniere consideraban una indisciplina aparecía el chantaje con este material.

Tener relaciones sexuales con Raniere tenía poderes “curativos” según la prédica de DOS y de NXIVM. A él le gustaban las mujeres muy flacas, por eso todas estaban sometidas a dietas de menos de 800 calorías diarias. La otra gran obligación que tenían las esclavas era la de reclutar otras mujeres. Si no lo hacían Mack ejercía una presión insoportable sobre ellas, siempre blandiendo las fotos, filmaciones y datos sensibles que tenían atesorados de cada una de ellas.

Allison Mack, y su anterior fama, ejercían de imán. Uno de sus intentos más notorios se dio a través de Twitter en febrero de 2016. Arrobó en un tuit a Emma Watson invitándola a su grupo. “Participo de un movimiento humanitario único para el desarrollo de las mujeres. Me encantaría hablarte de él. Como colega tuya sé que compartimos la mirada del mundo. Creo que podríamos trabajar juntas. Avisame si estás dispuesta a conversar”. Allison Mack no recibió respuesta pública de la actriz de Harry Potter.

Intentaron reclutar a Emma Watson en dicha secta
Intentaron reclutar a Emma Watson en dicha secta

Mack era la jefa (ama) de un pequeño ejército de casi 20 mujeres que estaban a disposición de ella y de Raniere y que no podían mantener relaciones amorosas ni sexuales con otras parejas.

La dinámica diaria de las esclavas requería que le pidieran a su ama permiso para comer (en el juicio una de las víctimas narró como durante semanas se culpó por los problemas de erección de Raniere porque ella tenía dos kilos de más de los que le requerían) y hasta para dormir, que reportaran sus movimientos y cada alimento que ingerían.

Cada tanto todas, ama y esclavas, se sacaban una “Foto Familiar”. Desnudas, abrazadas y con amplias sonrisas enviaban una imagen a Raniere. Allison Mack, en cualquier momento del día, enviaba un mensaje a una de sus esclavas. El texto sólo era un signo de interrogación. La respuesta debía llegar en menos de un minuto. “Acá estoy. Lista, Ama”. Quién se retrasara sufriría castigos físicos. Golpes con lonjas de cuero, duchas heladas o algún otro martirio.

La actriz ante los jueces se declaró culpable de Racketeering, algo similar a integrar una asociación ilícita, de ser parte de una organización delictiva. También reconoció haber extorsionado a múltiples mujeres. Pero dijo ser inocente en los cargos más graves: tráfico sexual, abusos y de crear también una trama de trabajo esclavo. Pidió disculpas a su familia y a las víctimas. Dijo que lo que hizo fue por “una inclinación equivocada a las enseñanzas de Raniere”.

A la espera de la sentencia se dispuso de su prisión domiciliaria. Le fijaron una fianza de 5 millones de dólares. Mack debió mudarse a casa de sus padres y le fue vedado el uso de teléfonos celulares y de cualquier dispositivo con acceso a internet excepto aquellos que utilice con fines educativos.

Allison Mack se declaró culpable por el caso de la secta sexual
Allison Mack se declaró culpable por el caso de la secta sexual

El juez, previo a la pandemia y sus restricciones, estableció que estaba exceptuado de la reclusión lo relacionado con trabajo, estudio y asistencia a ceremonias religiosas. Por eso, se estima, su presencia en las aulas de Berkeley. Se había fijado fecha para su sentencia para septiembre del año pasado pero fue pospuesta.

No se sabe con precisión si eso ocurrirá el mes que viene o si Allison Mack llegó a un acuerdo a cambio de información para juzgar a otro miembros relevantes de la organización.

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