Cuidemos a nuestros niños

Esta semana hubo dos noticias que son por demás preocupantes de cara al futuro de nuestro deporte y que deben hacernos reflexionar. 
Un chico de apenas 13 años debutó oficialmente en el Torneo Federal B -el fin de semana pasado- y todos destacaron la noticia como buena, sin tener en cuenta los riesgos que eso puede ocasionar para la salud de ese niño.

Estamos hablando de Darío Roa, categoría 2002, quien juega de mediocampista ofensivo y hace días nada más se divertía en la novena división de Racing de Trelew.

Coincidentemente, en Mendoza, en un festival de boxeo que se realizó en Las Heras, hubo chicos de 12 años que subieron al ring. Según la organización fue una exhibición, pero no pensaron lo mismo los padres de los menores, que mostraron su descontento.

Uno de ellos, Jorge Arias, quien también es entrenador de box, incluso elevó una carta documento a la Federación Argentina de Boxeo (FAB) denunciando que los chicos no tenían la autorización de los padres y, lo que es peor, los estudios médicos que avalaran que estaban aptos para la “exhibición” a que fueron expuestos.

La práctica deportiva es muy beneficiosa para la salud de todo ser humano, pero es derecho del niño disfrutar de una etapa ligada a lo lúdico, no a lo profesional. Es que esto trae aparejada una serie de obligaciones, especialmente psicológicas, para las cuales no está preparado.

De hecho mucho se ha hablado de que un deportista de élite alcanza el punto más alto de su rendimiento cuando logra una madurez que nadie puede tener a los 12 - 13 años.

Sin embargo, a pesar de los abusos -algunos ampliamente documentados-, la legislación internacional ofrece una mínima protección a los atletas infantiles.

Aunque existen multitud de normas y leyes relativas al cuidado de la infancia, destinadas a proteger a los niños del daño físico y emocional, apenas existen soluciones específicas en la legislación propiamente deportiva.

Ofelia Calcetas-Santos, relatora especial de la ONU sobre la venta, prostitución y pornografía infantil, denunció el comercio de futbolistas en 1999 con un informe en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Era la primera vez que se visualizaba la situación, pero todo quedó en una declaración.

Ya en el 2007, el Comité Olímpico Internacional se mostró preocupado por la situación, pero fue un oasis en el desierto ya que desde ahí en adelante no se hizo nada más.

Hay deportes que ya han puesto límite de edad para poder comenzar a ser profesionales. La gimnasia subió de 14 a 16 años la edad mínima. Pero en el fútbol esto no existe y en el boxeo, el otro deporte al que nos referimos, se disfraza la actividad,

Sería muy bueno comenzar a poner el ojo en estas situaciones. Nuestros niños merecen llegar de otra manera a la adultez, y eso es responsabilidad de una sociedad que hasta ahora no los cuida. ¡Con los niños no!