Wine Spectator asegura que las bodegas argentinas enfrentan dificultades

La publicación es una de las más influyentes de EEUU. Señala que la inflación en Argentina, además de subir los costos, ha obligado a los pequeños bodegueros a vender vino a granel.

Wine Spectator, de la mano de la especialista Liz Thach, aseguró que Argentina está atravesando una "inflación dolorosa", y que las bodegas están enfrentando dificultades.

El escrito de Thach, quien en marzo estuvo dictando una serie de charlas en la Universidad Nacional de Cuyo, señala que en los últimos meses, el valor del peso argentino, ha caído 30% frente al dólar y esta situación junto con tasas de inflación dramáticas han creado tensión en la industria vitivinícola argentina.

"Hemos experimentado estos ciclos antes", dijo Alejandro Gennari, economista agrícola de la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza. "Pero si esto no termina pronto podríamos tener una grave crisis", indicó a la publicación.

El artículo destaca la posición que tiene el país como el quinto productor mundial de vino y su dependencia del mercado de Estados Unidos a donde se destina el 50% de lo exportado. Además informa que hay 894 bodegas funcionando, más de 300 de ellas exportadoras de vino.

"Pero el país también ha sido objeto de varias recesiones y de las crisis económicas en las últimas décadas", destaca.

Thach pone blanco sobre negro a la hora de describir la situación del alza de costos.

"Los bodegueros argentinos han visto subir el costo de los insumos básicos de su bodega como corchos, botellas y levaduras en más de un 40 por ciento, lo que ha generado una fuerte presión sobre los márgenes de rentabilidad. Algunas pequeñas bodegas se han visto obligadas a vender su vino en el mercado a granel para sobrevivir", indica.

Además Thach suma testimonios locales sobre la situación de la vitivinicultura.

En este sentido, Osvaldo Domingo, propietario de Domingo Molina en Cafayate, afirmó: "Estamos tratando de no subir los precios, a pesar de la alta inflación. Queremos seguir siendo competitivos, pero la situación es difícil. Todas las bodegas están trabajando para aumentar la calidad y mantener sus mercados externos".

Para la periodista, bodegas más grandes, como Trapiche, están tratando de mantener los precios estables y aumentar el volumen de las exportaciones.

"Normalmente, un peso argentino más débil significaría vinos argentinos más baratos para los consumidores estadounidenses, lo que podría ayudar en las ventas. Pero la inflación está superando a las ganancias", indican.

"Tenemos la esperanza de que la situación cambie pronto", dijo Gennari. "La industria vitivinícola argentina ha estado creciendo a un ritmo saludable y la exportación de vinos de alta calidad ha sido con precios atractivos. Sería una pena perder ese cambio".

Para Wine Spectator, un punto positivo ha sido el incremento en el turismo del vino, debido a la devaluación del peso. "Los turistas pueden obtener excelentes ofertas en vino y comida", dijo Julia Zuccardi de Familia Zuccardi. "Ahora recibimos más de 40.000 visitantes al año, y vemos muchos más de Brasil y Estados Unidos debido a su tipo de cambio favorable".

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