Vox Dei en voz alta: festejarán sus 50 años en Mendoza

La mítica banda regresa a Mendoza el sábado que viene para celebrar sus 50 años. Willy Quiroga, vocalista fundador, tuvo un mano a mano con Estilo en donde habló de todo: la música actual, el fallecimiento del baterista Basoalto, la revista Rolling Stone

Play: “Cuando todo era nada, / era nada el principio...”.

Stop. El principio para ellos tiene edad: 50 años. Recordemos que en el ‘67 las veredas de Quilmes quemaban, pero las del  rock nacional todavía ni siquiera existían...

Y por esos días, ahí nomás, cerquita de donde Vox Dei (Willy Quiroga, Rubén Basoalto, Ricardo Soulé y Yodi Godoy) ensayaban covers en inglés, nacía casualmente también nuestro rock en Once: los oídos estaban abiertos para ser transformados. Y a miles de kilómetros, también ese-mismo-año, se tiraban dos piedras que de tan extrañas parecían venir directamente desde otro universo: “Sgt. Pepper’s...”, de Los Beatles y el debut de Velvet Underground hicieron que la música nunca más fuera igual. Nunca.

Toda esa generación también de la nada y de la noche “hizo luz”. Ahora, de esos mismos raudales vienen navegando los Vox Dei, que el sábado que viene van a llevar su misa al N8 Estudio. Encabeza Willy Quiroga, que todavía tiene la voz contundente y pedregosa, y le siguen su hijo Simón (batería) y Carlos Gardellini, guitarrista los últimos 25 años.

Apenas comenzada esta larga charla, Quiroga (que nunca dejó Quilmes) se tomó un tiempito para recordar a “un colega, un amigo, un hermano”:

“Cuando Rubén (Basoalto) salía a cantar, que hacía ‘la Iggy Pop’ con el torso desnudo, que salía así con el micrófono inalámbrico a cantar por todo el escenario, era divertido para la gente y para nosotros también. ¿Y a quién llamaba? A Simón, mi hijo: ‘Vení, te invito porque hoy hago la Iggy Pop’”, le decía el músico, que falleció en 2010 y que estuvo en el trío hasta lo último. Y su hijo, a los 8 años, ya tenía firmeza de batero:

-Nunca se le ocurrió que iba a ocupar su lugar.

-No, no, jamás. Al contrario, fue una pena para todos.

-¿Con qué anécdota te gustaría recordarlo?

-Con la mejor de todas. Era un batero muy personal en su forma de tocar. Los solos que él hacía alucinaban a la gente y a nosotros. Un día, en el Gran Rex, terminó de tocar y se paró, se quedó mirando a la gente, que empezó a aplaudir y aplaudía, aplaudía, un minuto, dos minutos, y nada... Él miraba a la gente y la gente seguía aplaudiendo. Increíble cómo duraba eso, por dios...

-Robaba el protagonismo.

-Naa, no era por eso. Pero nunca había pasado algo así, que la gente aplaudiera durante tanto tiempo. Fue hermoso.

Actualmente, tocan un set histórico de temas de “La Biblia”, “Jeremías pies de plomo”, “Es una nube no hay duda” y de sus producciones más nuevas, como “Ciegos de siglos” y “El camino”.

-¿Y siguen componiendo?

-Sí, ya tenemos un álbum nuevo, que está a punto de salir. Bah, “a punto de salir”, yo pienso que sería una locura sacarlo ahora, cuando la gente está con el inicio de clases, está en otra... pero lo vamos a hacer para mayo o junio.

-¿Tiene nombre?

-Sí, la idea original es “Archipiélago de almas”. Es la idea que tenemos con la productora, y no sé si va a cambiar. Otra idea tentativa era “El misil”, que es uno de los temas, pero el otro me gustó más.

-¿Y por qué ese nombre?

-Bueno, vos sabés lo que es un archipiélago... un conglomerado de islas que parecen que están juntas, que forman un todo, pero en realidad están separadas por el agua. Y así le pasa a las almas de la gente. Parece que estamos juntos, pero en realidad estamos cada uno por sí mismo.

-Ese '67 fue tremendo en la música, ¿qué pasaba por esas cabezas?

-Uf, era un mundo distinto. Los Beatles a mí me partieron la cabeza en dos. El día que los escuché dejé de tocar la criolla, el folclore. Yo empecé diez años antes de Vox Dei, y en el año ‘62 apareció “Love Me Do” y, pffff, me compré una guitarra eléctrica y me dediqué a hacer temas de ellos. Y sí, se cumplen 50 años de todo eso. En esa época nosotros prácticamente éramos contemporáneos de Deep Purple, de Uriah Heep, por ejemplo...

-¿Los mirás con nostalgia?

-No, los miro con satisfacción, como diciendo “la pucha, las cosas que se hicieron”. Un cambio no solo en Argentina, sino mundialmente. No sé si será como decía la canción de “Hair”, que “estábamos en la era de Acuario”, pero algo pasó, porque hubo un crecimiento intelectual increíble. Lo importante es que el movimiento se hizo multitudinario. Eso también trae como aparejado el problema de distinguirse entre la multitud, y no terminar siendo un número. Cuando empezamos nosotros, o Led Zeppelin o Deep Purple y todas las bandas que empezaron en esa época, no había ninguno que se pareciera al otro: Almendra, Manal, Arcoiris, Los Gatos, nosotros...

-¿Y hoy?

-Hoy en día hay muchas bandas que son similares, muuuy parecidas, y después hay muchas copias de los Rolling Stones y de otras bandas. Me parece genial, pero quita la oportunidad de ser creativo, de decir eso que realmente uno tiene dentro, no eso que a otro se le ocurrió. Yo lo veo de esa manera, no necesariamente todo el mundo piensa igual.

-¿Hay algún músico actual que te entusiasme?

-No, no quiero dar nombres, veo bandas que son buenas, aunque no veo que haya mucha profundidad en las letras. Una cosa que es importante en una canción, más allá del sonido, es la parte intelectual, lo que uno le va a decir a la gente. Lo que uno va a compartir, porque finalmente lo que uno canta en una canción nace dentro de uno mismo. Uno muestra su forma de pensar, su forma de estar parado frente al mundo. Eso es lo que me da la impresión que está faltando hoy en día. Pero, repito, he visto bandas buenas.

-¿Todavía comprás discos?

-No, ya no compro. Nadie compra discos. Es una locura, porque  encontrás en YouTube y lo podés bajar. A veces me vienen a pedirme que firme discos piratas. En un CD tienen toda mi discografía. Los firmo igual, pero pasa con todas las bandas hoy en día, otras los meten directamente en Internet, pero no sé cómo se maneja eso...

-Igual te noto actualizado.

-¡Por favor! Cuando yo empecé en la computación ni siquiera existía Windows. Tuve suerte una vez que fui a un cumpleaños, todos estaban en una jarana total y había un loco sentado en un sillón, que miraba todo tranquilo. Me acerqué y le pregunté qué le pasaba y me dijo que estaba pensando en su PC. “¡¿Tenés computadora?!”, imaginate, yo no tenía idea. Me dijo que estaba aburrido y que quería ir a su casa, yo lo acompañé y ahí me enseñó a programar en Clipper (risa). Después dejé, porque no tenía tiempo...

-Pero te voló la cabeza.

-Totalmente. Pero ya es un sistema viejo.

-¿Y viste que volvieron los vinilos?

-Bueno, yo pienso que está muy bueno eso. Cuando uno hace un CD el sonido sale comprimido: después están los mp3, etcétera, pero finalmente son solo comprimidos. Es como cuando dividís en matemáticas. Eso pasa con la música: se quitan cositas, se lo va comprimiendo y pareciera que suena igual, pero no. Cuando ponés un disco empiezan a aparecer frecuencias que no están en los CDs. Es otra experiencia.

-Cambiando de tema, ¿vos sos católico?

-Sí señor, aunque pienso que la religión pasa personalmente por lo que uno es. Yo no voy a la Iglesia, no comulgo, no me confieso. Pienso que cada uno debe ser su propia Iglesia, uno sabe cuándo está haciendo las cosas mal y cuando no. No es necesario que haya un cura diciéndote qué está mal.

Y la religión mundialmente... bueno, el mundo está muy loco...

-¿Qué opinás de Francisco?

-Creo que está haciendo cosas impensadas. A veces me preocupo, porque tengo miedo por él. Está como pateando el tablero con cosas que están muy establecidas y que prácticamente todos ven, sospechan, todas las cosas oscuras que hay alrededor de la Iglesia. Pero bueno, él se va a crear enemigos.

-Y cuando sacaron "La Biblia", ¿hubo bardo con la Iglesia?

-No, nosotros sabíamos que en el disco que venía no había nada que fuera censurable, la grabadora también lo sabía y la gente que nos manejaba también. Anunciamos que iba a salir, y ahí la curia nos llamó, “momentito, momentito, queremos ver las letras”. Fuimos a leerles las letras y nos dijeron: “¡Esto está muy bien, esto es increíble!” (risa). Incluso monseñor Grasselli, nos dijo: “Es increíble  cómo se puede resumir el Génesis como ustedes lo hacen”. Nos involucró a todos, pero la letra la hizo Ricardo Soulé. Él sintetizó todo. Ahí nos dio su “anuencia”, digamos.

-Casualmente, ¿viste que la Rolling Stone italiana lo puso al Papa en la portada?

-No, no sabía. Yo  a la Rolling Stone no la compro porque no me interesa.

-¿Qué pasó?

-Puso a “La Biblia” en el lugar 14 de los 100 mejores discos del rock argentino, cuando en realidad tenía que ser “Artaud” primero y después “La Biblia” o “La Biblia”-“Artaud”. Y había álbums de otras bandas no tan importantes como éste, en cuanto mensaje. Es que el disco tiene un doble mensaje: no es solamente religioso, sino que es humanístico, mucho más amplio todavía.

Hace poco fuimos a Carlos Paz a comer a un lugar, y nos dijeron que el chef nos quería conocer. Cuando vino nos saludó, “salaam aláikum” dijo, ¡era musulmán y era un ree fanático! Tenía una remera con el dibujo del hombre-árbol que yo hice para el disco. Re loco, ¿no? No sé quiénes tienen los criterios para decir quién está primero o segundo, eso no nos importa. Estamos en el corazón de la gente.

La ficha

Vox Dei celebra sus 50 años

Bandas invitadas: Lupus, Alvear Oeste y Arizona

Fecha y hora: Sábado que viene (25 de marzo), a las 23

Lugar: N8 Estudio (Mitre y Godoy Cruz)

Entradas: $200 (anticipada, con sodeado de regalo). Disponibles en N8 Estudio, Otra Vida (Galería Caracol), Siempre Deportes (Luján de Cuyo,  Maipú), Mohs (Maxi Mall, L8. 9 de Julio 1455) y Willys Bar (Chacas de Coria).

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