Volvió "Twin Peaks" y no defrauda

Netflix sorprendió estrenando hoy el primer episodio de la tercera temporada de la ficción de David Lynch que debutó el domingo. Aplausos.

La noche del domingo se convirtió para muchos fanáticos en el "Twin Peaks Day" y durante todo el día se convirtió en trend topic en Twitter. Había un motivo para festejar: David Lynch, el director de culto estadounidense más interesante de la actualidad, debutaba 26 años después (veinticinco según la trama original) en la pantalla chica con la tercera temporada de su primera y celebrada serie.

Una historia que se desarrolló durante 30 episodios transmitidos entre 1990 y 1991 vuelve a extenderse devolviendo a casi el mismo reparto, y la mayoría de los creativos que conformaron aquel caso policial que comenzara a transformarse en un thriller sobrenatural, en la búsqueda del asesino a Laura Palmer; una joven que vivía en una pequeña comunidad norteña cercana a la frontera con Canadá.

Muchos seguidores se apuraron a volver a ver, en el formato que podían conseguir, los dos primeros años de Twin Peaks para estar preparados para el debut del revival; cuya trama, desde el mismo y excitante anuncio, se convirtió en uno de los secretos mejor guardados en la televisión de este 2017.

Solo se sabía una línea argumental: "El agente especial del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan) regresa a Twin Peaks con 18 episodios desarrollados por David Lynch". Suficiente. Y perfecto.

En general, al menos para el primer episodio estrenado anoche por Show Time, las críticas de los medios especializados de Estados Unidos le han dado un alto puntaje. Los más altos, el 90 por ciento entre 100, ha venido de  "The Wrap"y "UPROXX" y otros, los moderados de siempre pero los más influyentes, como el New York Times y el Hollywood Reporter lo apuntaron con un 70 por ciento entre 100.

Pero eso importa ahora poco. Lynch no nos ha traicionado. Al menos el piloto avanza su narración como si nada hubiera pasado en la televisión en esas casi tres décadas; mismo ritmo más pausado, fundidos a negro, atmósfera sonora, pocas palabras y más imágenes, personajes nuevos, personajes del pasado, intrigas explotando en cada secuencia, un caso de asesinato que hay que investigar y apariciones desconcertantes.

Su mismo Twin Peaks, es el que vemos ahora reversionado a la era digital y con esa idéntica incomodidad de experimento estético, que alterna el desembarco de nuevas caras y otras del pasado; abriendo la historia principal como un escaparate para presentar en una hora varios protagónicos y los primeros atisbos de al menos tres misterios entramados.

La diferencia en esta primera vidriera es que, además del pueblo, se arranca la historia en otros dos escenarios alternando New York y Dakota.

En la apertura se reitera la misma secuencia del final emitido en 1991; "Volveremos a vernos en 25 años", le dice en un sueño Laura Palmer al detective Cooper.

En New York, un estudiante universitario (Ben Rosenfield) tiene el trabajo de vigilar constantemente una caja hermética de cristal, custodiada las 24 horas, con varias cámaras siempre encendidas apuntando a su centro vacío e iluminado; y un guardia de seguridad, en la puerta de un edificio alto y de acceso con clave.

En un pueblo de Dakota es descubierto un asesinato. La policía encuentra en un departamento acostada a una persona en una cama; pero es la cabeza de una mujer con el cuerpo de un hombre desnudo. Se sabe quien es ella, pero no hay rastros de la identidad de él. Sin embargo las huellas encontradas en la habitación develan a un sospechoso (Matthew Lillard), el director de un colegio en el que trabajaba la mujer como bibliotecaria.

En Twin Peaks el recordado subcomisario Tommy 'Hawk' Hill (Michael Horse) recibe la llamada de "la mujer del tronco" (Catherine E. Coulson) -ya una tierna ancianita que vive en una cabaña en el bosque como la abuela de Caperucita Roja- que le cuenta que su pedazo de madera predilecto le ha dado un mensaje: "Tiene que encontrar a alguien y el detective Cooper está involucrado". Hawk se inquieta y le pide a Lucy (Kimmy Robertson) que vuelva a traerle las cajas de la investigación del FBI en tiempos del caso de Laura Palmer. "Pero el detective Cooper está desaparecido desde entonces", le reclama Lucy. Veremos…porque el Detective Cooper (Kyle MacLachlan) aparece unas secuencias antes, pero no actúa como él: es un hombre con pelo largo, ropa de montañés, violento y peligroso. Entra a una cabaña de noche escondida en el bosque de no se sabe dónde y pasa a buscar a Ray y Darya, una pareja que parece que tienen algo que resolver juntos.

En la vuelta a New York, el cuidador de la caja se despista y el aire de la caja hermética de cristal se oscurece y aparece algo en una niebla negra. Un fantasma. Un demonio.

Se vienen 17 capítulos más para explicar o no, o resolver, o no, al menos qué pasó con Cooper, quien es el asesino de la bibliotecaria, y de la persona que reemplazó su cadáver; y qué es lo que apareció en ese experimento vigilado las 24 horas.Y si estas tres subtramas tienen relación o no con lo que pasó hace 25 años.

No hay pistas ni atisbos de Laura Palmer. No importa. Lo importante es que Lynch volvió con el guionista Mark Frost, con el compositor Angelo Badalamenti, el director de fotografía Peter Deming ("El camino de los sueños", "Carretera perdida"), el editor Duwayne Dunham ("Corazón salvaje", "Terciopelo azul"), y parece que al menos no negoció con adaptar el ritmo su relato a estos tiempos más neuróticos de la televisión actual. No confunde ritmo con velocidad, y su universo en expansión no parece hasta ahora contaminado con las tendencias estéticas de la programación estándar.

Twin Peaks fue una serie de culto. Y ese culto tóxico, desenfrenado, bizarro, extravagante, vuelve a asomarse en una frecuencia actualizada, en cuentagotas, dentro de la fórmula compositiva de este revival, al menos en la primera hora de un episodio que parece que ha dejado a sus seguidores más radicalizados respirar aliviados; y justo cuando ni siquiera han aparecido personajes y actores que estamos ansiosos de volver a ver.

Además, el último divo del grunge, Eddie Vedder, estrenó "Out Of Sand", una de las canciones del soundtrack de la nueva "Twin Peaks". Un lujo.

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