Volvió el vinilo... para quedarse

Lanzamientos, reediciones y nueva tecnología en las bandejas... Músicos, dueños de disquerías y melómanos mendocinos analizan por qué el LP ha vuelto a enamorar a los amantes de la música. El presente de un formato que está vivito y girando.

Volvió el vinilo. Será por las ganas de disfrutar la música a la manera de antes; con más tiempo entre track y track; "paladeando" cada canción; sin los vértigos del "shuffle" o del "playlist". Será porque, en la era de Spotify, iTunes o directamente de las cataratas de clips de YouTube, se fueron desvaneciendo aquellos momentos de placer que consistían en tirarse en el sillón, calzar suavemente la púa en los surcos del disco, y luego disfrutar del "booklet", de la tapa, del aroma a lo recién impreso, a vinilo nuevo.

O viejo... Disfrutar del objeto-arte.

Sea por lo que sea, lo cierto es que gran parte del nuevo material discográfico (como el próximo disco de Charly García, "Random") se lanza al mercado en versión digital, CD y ¡vinilo! Además, se está re-editando un catálogo que parecía enterrado.

"Es el placer de escuchar tu banda favorita de manera análoga, a un volumen más apropiado, sin las estridencias ni la 'prolijidad' de la digital", dice Cristian Gambetta, melómano, locutor del programa radial Club Nihuil y durante años, vendedor de discos en Calle Corrientes de Buenos Aires.

"¡Yo le vendía al Gordo Porcel sus discos de Ópera!", saca la anécdota el comunicador, entre risas, como si fuera una cocarda de sus épocas de juventud. "Me deben quedar entre 150 y 200 vinilos, tenía muchos más pero en su momento los tuve que malvender. El vinilo es magia. Las portadas dobles, la información extra, suma mucho a la música en sí.

Los vinilos nacionales en los 70 venían hasta con un peso especial, bien balanceados; después, con el arribo delcassette, bajaron mucho la calidad. Ahora se están haciendo pesados de vuelta. Volvieron a tener cuerpo, sin fallas de impresión", comenta Gambetta.

"Hay mucho en común entre el libro y la música. Hoy también el libro se puede llevar en la tablet o en el móvil. Pero la gente valora el libro físico; lo mismo pasa con el 'long play'", comenta Pablo Zunino, músico y dueño de la librería-disquería Antú.

"No son precisamente los adolescentes, pero muchos adultos jóvenes están buscando material en vinilo, y en gran cantidad". Hablando del sonido en sí, Zunino explica: "Me pongo exquisito, pero el hecho de que no se trate de una reproducción de un láser digital, si no analógica, le da a este formato una dulzura y una potencia en los graves, que nunca fue conseguida por el CD. ¡Y los destellos de la púa son increíbles!"

Y siempre, en el análisis, está el componente nostálgico. Se lo dio por malherido con el casete y, luego entrando los 90, se lo dio por fulminado con el CD; y hoy está vivito y girando, con lanzamientos que llegan en gran caudal y con un buen movimiento en la compra de bandejas y púas.

"El vinilo se acopló muy bien a la moda vintage -sostiene Sergio Amancay, dj desde 1979, y dueño de la casa de música del mismo nombre, ubicada en San Rafael-. Muchos de los djs más prestigiosos del mundo nunca abandonaron el vinilo. Algunos, como Carlos Alfonsín, siguieron con este formato porque sólo través del disco se conseguían ciertas versiones remixadas".

Su colección personal cuenta con más de 2000 vinilos, que Amancay ni siquiera pensó en sacarse de encima cuando se creyó que ya estaba desaparecido el formato. "¡Y eso que me han ofrecido mucha plata!, ni loco lo vendo".

Con respecto al material nuevo que ofrece en su disquería, "viene a comprarlo público de dos tipos: la gente más grande, que te pide cosas raras que estaban fuera de catálogo y que ahora se han reeditado, como Spinetta, la Máquina de Hacer Pájaros o Pink Floyd. Y hay muchos adolescentes que vienen a buscar lo clásico: Beatles, Led Zeppelin. Por ejemplo, la colección de Soda en vinilo, se la volaron".

Y eso que los precios del material no son precisamente económicos. "Hay que pensar en un promedio de $600 por vinilo", relata.

"Tengo cientos de vinilos -acota el músico Joe Moya-. Soy muy fan. Tiene un sonido especial, sobre todos los graves, eso nunca más se logró. El cd es demasiado perfecto, y eso le juega en contra".

El último vinilo en el que participó Moya es "Detrás del velo", que editó La Montaña a principios de los 90. Hoy sueña con poder lanzar su nuevo trabajo "Extraño", con su banda Peter Júpiter, en LP. Algo que todavía está lejos, pero que no se anima a descartar.

"La gente busca lo coleccionable, atesorar", suma Cristian Gambetta. En este mundo tan Instagram, tan Facebook y tan Twitter, el objeto "lindo para fotografiar" gana un protagonismo que no tiene el mp3 o la playlist de un servicio como Spotify.

Sólo hay que ver cómo la gente gusta compartir sus perlas bajo el hashtag "vinilo" o "vynil". Cierra Gambetta: "En su momento, el MP3 mató el objeto. Y se lo extrañaba. No se escucha mejor ni peor que el CD, se escucha distinto. Pero nadie le quita al vinilo su lugar en el mundo como objeto de culto".

¿Hay un lugarcito para el casete?

Nadie tiene dudas del resurgimiento del vinilo, pero ahora también se habla de que gracias a films como "Guardianes de la galaxia" (donde el protagonista lleva de aquí para allá un casete de los 80) las comercialización del casete se ha impulsado. De acuerdo a un informe de Nielsen's, en 2016 las ventas de cintas aumentaron un 74%, llegando a las 129.000 unidades.

Claro, todavía están lejos de la venta de vinilos, que superaron los  13 millones y más lejos aún del CD -en pleno declive- con 105 millones en todo el mundo. Pero el crecimiento del casete sorprendió a más de uno.

Lanzamientos recientes

Pappo: Blues Local

Placa fundamental en la discografía de Pappo (fue su tercer disco solista). Incluye rarezas devenidas en hits como "Mi vieja" (una composición de Eduardo Frigerio y Sebastián Borensztein que nació como un chiste) y obras maestras del rock nacional como "Una casa con diez pinos" del Trío Manal.

Publicado originalmente en 1992, esta actual edición doble en vinilo goza de una calidad única. (DBN)

Almafuerte: Mundo Guanaco

Para entender la química de la banda de Ricardo Iorio hay que escuchar este disco. LP debut del grupo, fue editado originalmente en 1995.

En esta relanzamiento en vinilo se aprecia la calidad vocal de un artista que estaba haciendo sus primeras armas frente al micrófono.

Los amantes del rock duro y del metal celebran esta reedición clave. (DBN)

Horcas: Reinará la tempestad

Es el álbum debut de la banda argentina de thrash metal Horcas. Se lanzó en 1990 por el sello discográfico Radio Trípoli; justamente en la época de mayor auge del CD.

Todas las canciones del disco fueron escritas y compuestas por el recordado grupo conformado por Osvaldo Civile, Hugo Benítez, Gabriel Ganzo y Eddie Walker. Fue lanzado originalmente en vinilo. (DBN)

Babasónicos: Trance Zomba (1994)

No es muy arriesgado decir que este disco es fundacional de un nuevo sonido en el rock nacional. A caballo (o mejor dicho, a patines) de hits como "Desarmate", "Malón", "Patinador Salvaje", el segundo disco en estudio de los Babasónicos mezcla con total pericia psicodelia, rap, bases hip hop y punk.

Esplendor, riesgo y energía, en la banda comandada por Adrián Dárgelos. (Sony Music)

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