Antes del accidente en el que perdió la vida su amigo Gustavo Guzmán (28), Bruno Exequiel Gutiérrez (28) era un joven sano; ahora tiene una discapacidad del 90 por ciento.
Antes del choque, Bruno tenía un "trabajo en blanco", un sueldo medio como "parquetista" (colocador de parquet); ahora vive de lo que saca como cuidacoches, de la ayuda de sus padres y suegra y de la ayuda social.
Con esos magros ingresos, obviamente no vive bien -junto a dos hijas de 4 y 5 años y a su mujer- en un módulo ubicado en El Challao que no tiene ni baño ni agua corriente.
Caminando con cierta dificultad, Bruno llegó ayer a Tribunales para declarar en el juicio contra Reinaldo Coco, un mecánico que manejaba bajo los efectos del alcohol y ahora es juzgado por homicidio simple (por la muerte de Gustavo Guzmán) y por tentativa de homicidio (por Bruno).
Cuando el juez Carlos Díaz, de la Cuarta Cámara del Crimen, le dijo al ex "parquetista" que debía declarar en calidad de "testigo", él lo corrigió: "Yo soy víctima, no testigo".
"No puedo trabajar, no puedo darles de comer a mis hijas. He sufrido muchísimas lesiones y no he recibido ninguna ayuda. Tengo 28 años y no sé para qué vivo", dijo Bruno.
Y no dijo mucho más en relación al fatídico accidente ocurrido en la madrugada del 9 de julio de 2015, en la calle Perú de Ciudad, frente al supermercado Coto, en un hecho que marcó su vida.
Después de ese día, su vida cambió por completo: "Tengo tornillos por todo el cuerpo. No quedé en silla de ruedas de casualidad. No siento nada.
Varias veces me he querido matar. Yo tenía un trabajo en blanco y ahora no puedo trabajar más y estoy en la ruina. Necesito que alguien me ayude", le confió ayer a Los Andes.
Tras el choque, estuvo internado por cuatro meses en el hospital Central y luego tuvo otras largas temporadas de internación. "Este chico tiene mucha fuerza. No te podés imaginar lo que pasó, los meses que estuvo gritando de dolor", cuenta Julio, su padre, quien lo acompañó a Tribunales.
En el Central lo intervinieron quirúrgicamente muchas veces por una larga serie de lesiones: a) fractura de pelvis; b) politraumatismos de cráneo; c) fractura expuesta de tibia y peroné en pierna izquierda, dislocación de hombro izquierdo; y e) lesiones graves y permanentes en dos dedos de la mano derecha.
"No puedo hacer fuerza, no puedo trabajar más. Estoy tramitando desde mayo del año pasado una pensión por discapacidad pero no ha salido", cuenta Bruno.
Luego, su padre reflexiona sobre lo que significa ser la víctima de un accidente de tránsito cometido bajo los efectos del alcohol: "Cuando un tipo mata o lesiona a alguien y está borracho el seguro no cubre el accidente. Después la gente transfiere los bienes que tiene, talleres, casas, cabañas, autos y si se hacés un juicio civil no vas a poder cobrar un peso. Así son la cosas, y hay que seguir viviendo. Yo me pregunto: ¿para qué sirve la Justicia?"
El juicio contra el mecánico Reynaldo Coco seguirá hoy. El imputado podría recibir una pena que va de los 8 años a 25 años de prisión, aunque no debe descartarse que los jueces puedan cambiar la figura penal a la hora de la sentencia y se lo termine juzgando por homicidio culposo agravado, pues iba de contramano y alcoholizado.
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