Viaje a la Titósfera

“Hotel universo” es el refugio musical que Tito ha puesto en órbita. El disco de siete preciosas canciones ya navega hechizando la red.

"Mendoza está increíble",  dijo. Escuchábamos a El Príncipe Idiota y la terracita era magia pura. La certeza -después de habernos querido ir tantas veces - de que estaba pasando algo único. "Todos hemos atravesado enormes dolores y ahora estamos brillando", dijimos. "Como nunca", asintió Tito.

Y un segundo después llegó la policía, el dueño y un par de infiltrados de la municipalidad a clausurar esa fiesta y las futuras.

¿Quién puede arremeter contra la música más dulce del mundo? Fue la pregunta de todos ante el desalojo de La Honorable, uno de los sitios donde nuestros músicos -en formato acústico- nos daban arte para respirar.

Esa noche, acababa de sonar Tito en vivo. Y estábamos traspasados por el “Hotel Universo”. Él, que siempre canta desde otro mundo, dejó que percibiéramos su experiencia con el aquí y el ahora.

Ocurre -ya en el confort del bandcamp-  que el disco no puede dejar de sonar. Devenido en huésped del “Hotel universo”, el que escucha detecta las habitaciones de su corazón, hace un recorrido por los jardines, respira desde su vista panorámica y luego se acurruca en el cuarto íntimo. Hay una simple complejidad para que los pasajeros leviten sin perder peso existencial. Hay un arquitecto que construye refugios de música.

- ¿Cómo nació el proyecto solista?

A mediados de 2015 viajé a Europa con ganas de descubrir cosas nuevas, descubrirme, estar un rato lejos de casa, encontrar otra casa, todo eso que uno busca cuando viaja.

Estuve unos meses viviendo en una pequeña ciudad de Italia y luego llegué a Barcelona. donde me esperaban tres amigos para compartir un departamento hermoso. Al mes conseguí un Yamaha dx7, un sinte fm de los ‘80, y así me puse a grabar ideas en un cuartito, que parecía una cabinita.

Sus compañeros de estadía llamaban a ese cuarto ‘la titósfera’, porque Tito se encerraba ahí varias horas por día.

“Después de varios meses me fui a viajar por otros países solo. Y me llevé este manojo de melodías para ver que me sugerían. Quería decir cosas, cosas que sentía que me pasaban en el momento. Sin enroscarme. Pero me parecían demasiado crudas para la música que estaba acostumbrado a hacer y a la vez sabía que era lo más sincero que había salido. Opté por creer en decirlo así como salía. Volví a Barcelona, cerré las canciones y saqué un pasaje a Buenos Aires,  con la  idea de quedarme unos meses ahí y aprender a mezclar con Leandro Lacerna".

Los mendocinos se juntaron bajo la mejor sinergia. Lacerna le dio clases durante un mes, y mezclaron estas canciones juntos como un trabajo práctico final.

“Cuando llegué a Mendoza en diciembre me invitaron a tocar en Parador Burzako y me presenté solo, con una máquina de ritmos y la guitarra. Así, Tito, como me dicen mis amigos".

- ¿Qué nuevas sonoridades descubriste así en relación con la pasada experiencia en bandas como Lavanda Fulton?

- Tener un sinte con sonidos nuevos para jugar, las máquinas de ritmo, el beat, la música electrónica que no entendía. Pensar con todos los recursos que aprendí de mis amigos en Lavanda Fulton a la hora de producir, estar en otro lado, cerrar ideas solo, ser tu propio crítico.

- ¿Por qué se llama así, Hotel universo?

-  En agosto del año pasado fui a conocer Lucca, una ciudad de la Toscana, donde nació mi bisnonno. Caminando por ahí con mi amigo Milo, apareció un cartel que decía Hotel Universo. Le dije. manso nombre, y se me quedó. Es donde vivo ahora. Viajar es vivir en en el mundo, en el presente justo y en muchos lugares a la vez. Me cerró todo.

-  ¿Qué vivencias procesaste con estos temas?

- Aceptar, agradecer, desaprender y acompañar como dice ‘Auto’. Es mi manera de resumir todas las vivencias en el proceso.

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