Valientes solo ha de hallar

Siendo presidente, Domingo Faustino Sarmiento tuvo que lidiar con el fin de un conflicto externo -Guerra de la Triple Alianza, heredada del gobierno anterior-  y con numerosos episodios de beligerancia interna. Entre los que encontramos el accionar del mítico Felipe Varela.

En este marco el ilustre Primer Mandatario recibió cartas de distintas personas comunicándoles que gobernaban Salta. La influencia de hombres como Varela generaban aquél caos, violentando permanentemente la autoridad del naciente Estado.

Ante semejante situación el sanjuanino necesitaba con urgencia enviar a alguien de peso para hacer valer las leyes en el Norte. Trajeron ante su presencia algo muy diferente de lo esperado:  un hombre aparentemente inofensivo, de unos 25 años.

Su rostro atractivo, juventud y delicadeza hicieron dudar a Sarmiento de enviarlo para enfrentar al poderoso caudillaje. Conocemos este dato gracias al mismo Don Domingo: "pedí un militar de confianza y de peso, para darle una comisión arriesgada.

Presentáronme a un joven de buena apariencia; pero que por serlo uno y otro, no cuadraba a mi propósito. Necesitaba a un hombre de más años y si posible era, un poco feo (…) hubiera querido más años y menos elegancia, en el ejecutor de semejante orden"

Aquél joven era nada menos que Julio Argentino Roca y para que Sarmiento lo aceptara tuvo que convencerlo Martín Gainza -Ministro de Guerra-, asegurándole que era "un muchacho pero con cabeza de viejo".

Bajo su mando las tropas nacionales dirimieron los conflictos en Salta y combatieron a Varela, levantado en armas contra el Estado. La famosa zamba dedicada al caudillo, e inmortalizada por la voz del recientemente fallecido Horacio Guaraní, hace referencia a este episodio.

Aquellos valientes que menciona son miembros del Ejército Nacional comandados por Roca. Vencido y arrojado hacia Chile, Varela murió meses más tarde.

Pero la paz estaba lejos. En Entre Ríos Urquiza fue asesinado. Detrás de esto se encontraba el caudillo López Jordán, quien inmediatamente ocupó el cargo de gobernador y alimentó una serie de rebeliones en la zona.

Sarmiento buscaba una solución y al no hallarla en otros militares de renombre, decidió enviar a Roca quién terminó con la sublevación. Una vez vencido López Jordán también se exilió, lo hizo lamentando el haber sido derrotado "por un puñado de muchachos".

Pocos días después Julio Argentino recibió una carta del Padre del Aula felicitándolo y nombrándolo Coronel. Evidentemente Nicolás  Avellaneda no se equivocó al señalar tiempo antes: "He conocido a un oficial Roca, que con su zorrería tucumana dará mucho que hablar a la República".

Será bajo la presidencia de éste cuando "el zorro tucumano" termine de consagrarse políticamente y comience a aspirar a un mandato propio. A partir de la presidencia de Avellaneda la relación entre Roca y Sarmiento se vuelve cada vez más tirante. El sanjuanino criticará a través de la prensa la Campaña del Desierto y enfureció cuando Nicolás Avellaneda prefirió a Roca como sucesor, hundiendo sus deseos de volver a la presidencia.

Pese a todo esto el sanjuanino y el tucumano volverían a unir fuerzas. Esta vez contra un nuevo enemigo, uno mucho más poderoso: la ignorancia.

Siendo Presidente Julio Argentino convocó a Sarmiento para que se encargara de nuestra primera Ley de Educación. Así nació la 1420 y una nueva Argentina, forjada por verdaderos estadistas que pensaban en las próximas generaciones, mucho más que en las próximas elecciones.

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