Una pedalista aguerrida que logró posicionarse

Sonia Aburto está ubicada entre las mejores cinco de Argentina. A pesar de no contar con un buen sostén económico, su esfuerzo, dedicación y humildad le han abierto camino en su carrera deportiva.

Una pedalista aguerrida que logró posicionarse
Una pedalista aguerrida que logró posicionarse

Sonia Aburto tiene 34 años y a los 16 participó por primera vez de una competencia de ciclismo. Su amigo Juan Ulloa le pidió que “le hiciera el aguante” en una carrera que se realizaría en el Polideportivo Municipal y a la que necesitaba sumar pedalistas.

La bicicleta era prestada y no tenía cambios, pero ella se animó y su pretensión fue llegar a la meta. Desde ese entonces, nunca se bajó de los pedales y fue creciendo profesionalmente.

Quince años atrás, el ciclismo en Malargüe acaparaba sólo la atención de los varones por lo que ella tuvo que adaptarse y pronto se sumó al grupo junto a su amigo Carlos Montenegro quien, actualmente, ocupa el cargo de presidente del Club Payunia de Mountain Bike.

A los 17 años corrió su primer Campeonato Argentino en Potrerillos. “Fue mi primera carrera con otras chicas y el nivel era alto”, recordó. En esa oportunidad, una anécdota la marcaría. Su bicicleta tenía pedales normales, a diferencia del resto que usaba automáticos.

“Una de las participantes en la carrera me dijo: ‘¿cómo vas a correr con esos pedales?’, a lo que le contesté que no tenía para más. Me sentí mal al principio, pero al final ella no pudo terminar y yo hice podio”, comentó.

Siguiendo el ejemplo de Aburto, posteriormente, otras pedalistas se fueron sumando al grupo y con el paso de los años este deporte creció en adeptas, tanto en mountain bike como en ruta.

Durante ocho años consecutivos ganó el Campeonato Regional; luego, durante dos años, dejó de participar pero cuando retomó se posicionó nuevamente en el primer lugar hasta hoy.

A nivel nacional, en los últimos años, la malargüina se ha ubicado entre las cinco mejores. “En 2006, si mal no recuerdo, fui subcampeona argentina de XC y en agosto participamos con mi compañera Romina Gutiérrez, de San Rafael, y también salimos subcampeonas argentinas”, indicó.

Esta última competencia se realizó en Tucumán y contó con la presencia de más de tres mil ciclistas de la Argentina y países limítrofes.

Como todo deporte, su práctica demanda ciertos gastos. “Es un deporte caro y los premios no son los que todos imaginan. A veces vamos y sólo nos dan una medalla. Por eso, últimamente, si bien corremos a nivel regional para conseguir un título, porque es lo que te da puntos a nivel nacional, tratamos de buscar carreras que te den algo económico”, explicó.

Unos comerciantes de Malargüe, la familia Arce, la patrocinan desde hace cinco años y la han ayudado a tener una bicicleta de alta gama. “Para mí esta bicicleta es un sueño. Ellos me ayudan con la bici y con indumentaria; realmente se los agradezco”, dijo.

Si bien vive con su marido, Leonardo Mamaní, el living de la casa de su madre está repleto de premios. “Tengo varios, deben ser más de 500, y siempre digo que los gano para mi mamá, porque ella es la dueña de todos”, expresó, pero inmediatamente Vicenta, la “dueña” y cuidadora de los trofeos, aportó con orgullo que superan los 900.

Respecto a los momentos en que ha tenido que lidiar con la parte económica, recordó que participó en un Panamericano que se realizó en Villa La Angostura y los pedalistas que clasificaban en el Argentino debían retornar a la semana siguiente para participar de la final.

“No pensamos que podíamos clasificar y cuando lo hicimos nos sorprendimos, porque además no teníamos plata para volver, así que nos tuvimos que quedar. Dormimos en carpa y, mientras muchos estaban en hoteles, nosotros acampábamos en el circuito y nos bañábamos en un río”, relató.

Practicar este deporte que requiere de un estricto entrenamiento y viajar casi todos los fines de semana para competir, suele complicar la posibilidad de que Sonia consiga un trabajo fijo y bien pago.

Por eso, su labor actualmente es cuidar a sus sobrinos y arreglar bicicletas para poder juntar dinero. Si bien cuenta con una beca del Municipio de Malargüe esta no le alcanza.

Este año ha logrado tener una entrenadora indispensable en esta disciplina. Ha participado en todo tipo de competencias nacionales y en el exterior, sólo en Chile, porque en 2008, por cuestiones económicas, perdió la posibilidad de representar al país en Brasil después de haberse posicionado entre las 3 mejores del Panamericano.

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