Una luna roja sobre Mendoza

Anoche, en América Latina, se pudo observar un eclipse total de “súper luna”, que incluyó la coloración rojiza del astro. Más de 250 personas lo disfrutaron en el Mirador municipal de Capital, con un astrónomo como guía.

Aunque no fue sobre el Mar Negro (como canta Gustavo Cerati en una de sus infinitas metáforas de Soda Stereo), la luna roja se posó sobre Mendoza durante la noche de ayer y la madrugada de hoy.

Entre tantos escenarios que eligieron los mendocinos para disfrutarla (al menos lo que se pudo ver de ella en el cielo), el mirador de la terraza de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza fue uno de los puntos con mayor convocatoria en el Gran Mendoza.

En la azotea del edificio comunal, unas 250 personas disfrutaron de una noche diferente, a oscuras, con mate / café / vino en mano, y hasta dispusieron de algunos segundos para poder observar la luna más cerca que nunca gracias a varios telescopios que habían sido posicionados en el lugar.

Más allá de lo pintoresco y poético de la postal -incluso también tiene su interpretación profética y apocalíptica-, el fenómeno tiene una explicación científica: se trata de un eclipse total de luna, un fenómeno que no volverá a registrarse -siendo visible en este lado del mundo- hasta dentro de tres años.

Y si a ello se le suma que la de ayer se trató de una “súper luna” en eclipse total, habrá que esperar tres décadas para que el fenómeno se repita con estas dos características en simultáneo, explicó el astrónomo Walter García, quien tuvo a su cargo la coordinación de la actividad anoche.

“Es una actividad distinta y vinimos a disfrutarla en familia. Vine con mi hijo Nicolás, que tiene cuatro años, y está fascinado con la luna. Ya de por sí, cuando hay luna llena, se cuelga mirándola. ¡Imaginate hoy!”, contó Valeria (37), mientras sostenía el mate en una mano y el brazo de Nico en la otra. Nico, en tanto, miraba obnubilado hacia su admirada.

Antes de las 20, mendocinos y turistas comenzaron a llegar al edificio municipal. El comienzo de la actividad estaba previsto para esa hora, aunque finalmente se retrasó unos sesenta minutos.

Para las 21, mientras la terraza estaba repleta, abajo a otras tantas personas se les comunicaba que no podrían subir. No obstante esto no impidió que quienes llegaron tarde se fueran congregando abajo, aunque sea para observar el eclipse en la explanada municipal mientras esperaban que los visitantes de arriba fueran marchándose para que se hiciera lugar.

El astrónomo Walter García, del equipo El Firmamento, fue quien coordinó la actividad. Una vez al mes, en Ciudad, se celebra la noche de Astroturismo y la edición de setiembre fue en coincidencia con el eclipse y la luna roja de anoche.

“La luna no está en el plano de la Tierra, sino que su órbita tiene una inclinación de cinco grados. Esos son suficientes para que pueda pasar por delante o por detrás de la sombra de la Tierra”, indicó García, quien resaltó que sólo se producen uno o dos eclipses por año.

La ponencia del astrólogo combinó lo didáctico con lo divertido, captando la atención de la totalidad de los presentes, quienes -sin dejar de escuchar al especialista- no quitaban la mirada del satélite natural. “El eclipse de luna dura cinco horas desde que entra en la penumbra y no siempre es visible en todos lados. El de hoy (por ayer) es interesante por muchas cosas. Primero, porque se ve en América Latina y una parte del Sur de Estados Unidos.

Recién en setiembre de 2018 vamos a poder ver otro eclipse total de luna. Y si a eso se le suma que la de hoy es una ‘súper luna’ (se observa 30% más grande que normalmente), habrá que esperar 30 años para volver a ver un eclipse total de una súper luna”, sintetizó García.

A las 21.11 de ayer, la luna comenzó a entrar en lo que se llama penumbra (estado que sólo puede verse con un fotómetro), mientras que a las 22.07 se empezó a oscurecer (ingresó en la numbra). A las 23.11, en tanto, quedó totalmente eclipsada, mientras que pasadas las 4 volvió a la “normalidad”.

Consultado sobre el por qué de la coloración naranja (algo que se evidenció especialmente en los telescopios), García explicó que se trata de una coloración que se observa debido al polvo en suspensión, sumado a la luz y a la contaminación. “El color naranja que se ve se lo da la atmósfera”, dijo.

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