Un lazarillo latino y actual

La obra de Arístides Vargas, “De cómo moría y resucitaba Lázaro el lazarillo”, reflexiona sobre la miseria y la pobreza.

“Mirá que han pasado 500 años desde que se escribió el Lazarillo, una novela clásica y anónima cuya esencia aún está vigente”. Con estas palabras, el dramaturgo y director Arístides Vargas reflexiona sobre el estreno de “De cómo moría y resucitaba Lázaro el lazarillo”, una versión moderna de la novela picaresca “El lazarillo de Tormes”.

“¡Qué bueno sería leer estas obras y pensarlas como un pasado remoto! ¿no?”, lanza Vargas mientras analiza la realidad actual. “Si ahora nos acercamos a la calle San Martín, nos vamos a encontrar con un montón de lazarillos que buscan y crean estrategias para sobrevivir”.

Después de leer el clásico por primera vez, varias escenas quedaron dando vueltas en la cabeza del fundador del grupo ecuatoriano Malayerba.

“En mis trabajos siempre incluí elementos basados en la novela original, porque esas imágenes que rondaban mi mente querían salir y expresarse”, añade Vargas. Fue con toda esa información que “reinventó” un lazarillo que no es de Tormes, porque esta vez representa a América Latina.

“Es una obra que pensé como un monólogo y que escribí hace muchos años, pero los sucesivos montajes que se realizaron de ella fueron trabajados por elencos. Ahora, con Guillermo Troncoso, puedo decir que el trabajo vuelve a sus orígenes: el de un unipersonal”, añade Vargas.

“Junto a él trabajé hace un par de años en el teatro Cervantes, en un proyecto federal con el que hicimos ‘La República Análoga’. Más allá del respeto que compartimos en lo laboral, nos une una linda amistad. Es grato trabajar juntos porque Guillermo hace que todo sea más fácil. Es uno de los grandes actores que ha dado Mendoza”, confiesa el dramaturgo.

A la historia la define como un viaje de iniciación en el mundo de la pobreza. Allí, Troncoso asume diversos papeles para contar lo que cada uno de ellos vivió junto al lazarillo. O mejor dicho, lo que al Lazarillo le pasó en compañía de ellos. “Un gran y arduo trabajo de construcción realizado junto a Charo Francés, la directora actoral”, afirma Vargas.

“Algunos de estos personajes son trágicos, otros muy humorísticos y también los hay tristes. Porque la novela es así, por momentos luminosa y alegre, pero también es oscura y triste”.

Vargas considera al teatro como un espacio donde se viven una multiplicidad de emociones, una norma que se respeta en este espectáculo.

Teatro de frontera

A través de una puesta sencilla, Vargas busca resaltar la figura de Troncoso. “En este caso, el espectáculo es el actor”, dice. De la partida también será un títere que por momentos ayuda a la narración y asume el papel de Lazarillo. Pero ésta no es la única técnica que lucirá la puesta.

“Todo el tiempo la obra está haciendo borde. Es un espectáculo fronterizo al clown, al mimo e incluso me animo a decir que lo es a la danza”, detalla el director.

Al equipo de trabajo lo completan Rodolfo Carmona (escenografía y utilería), Gabriela Céspedes (diseño y realización de títeres), Susana Rivarola (vestuario de títere), Dino Cortés (técnica) y Mirta Rodríguez (asistencia de dirección).

La ficha

De cómo moría y resucitaba Lázaro el lazarillo
Día y hora:
Hoy, a las 22. Lugar: Teatro Independencia (Chile y Espejo).
Entradas: $ 150 (general) y $ 100 (jubilados y estudiantes). En boletería.

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